Aunque el Ford Responder amenaza con erradircar el rugido de los motores de las persecuciones policiales, el vehículo todavía cruza vías de tren, pasa por encima del agua y sube bordillos de gran altura sin dificultad
No escasean las escenas de Hollywood con persecuciones de coches por las calles de Nueva York y San Francisco, ambas en EEUU. En ellas, unos corpulentos coches de policía persiguen coches deportivos vintage de gran cilindrada bajo un sol resplandeciente. Las suspensiones botan, las ruedas chirrían y, tal vez de forma más notable, los motores V8 rugen. Pronto, no obstante, las cosas podrían sonar radicalmente distintas cuando un renegado intente eludir a las autoridades.
El último coche policial de Ford desde luego no es ningún debilucho. Está a prueba de persecuciones, lo que significa que ha superado una serie de arduos desafíos que las agencias policiales consideran esenciales si el coche va a estar a la altura de una vida persiguiendo criminales. Cruza vías de tren a unos 48 kilómetros por hora, sube con facilidad bordillos de unos 20 centímetros, pasa por encima de unos 24,5 centímetros de agua a en torno a 64 kilómetros por hora y puede realizar un bonito giro en forma de J. Pero guarda un secreto bajo el capó: es híbrido.
De hecho, el Sedan Híbrido de Respuesta Policial de Ford (de aquí en adelante Responder, su nombre comercial) es el primer híbrido en superar todas estas pruebas de persecución. Eso significa que la primera persecución de coches híbridos –tal vez el Responder persiguiendo a un Toyota Prius– ya es una posibilidad real.
Una posibilidad silenciosa además: el coche puede funcionar en modo eléctrico a velocidades de hasta 96 kilómetros por hora durante un período corto, lo que permite labores de patrulla continua. Nunca va a poder rendir como un coche deportivo, pero cuando se alimenta de electrones y gasolina a la vez puede rendir lo suficientemente bien como para atrapar otros vehículos no híbridos, especialmente en distancias cortas dado que su diseño semieléctrico le permite acelerar muy deprisa. El coche también viene equipado con muchas de las prestaciones habituales en los coches policiales: puertas a prueba de balas, respaldos a prueba de apuñalamientos, asientos traseros fáciles de limpiar y demás.
El Responder, que está basado en el Ford Fusion, también tiene credenciales híbridas que agradarán a los ecologistas. Como señala Associated Press, el coche policial más popular del país, el Taurus Police Interceptor, está alimentado por un motor V6 de 3,7 litros que permite que el coche consuma tan solo un litro de gasolina cada 8 kilómetros. Emparejado con una batería de iones de litio de 1,4 kilovatios, el motor de dos litros y cuatro cilindros del Responder logra una mdia de 16 kilómetros por litro. Ford afirma que el coche podría ahorrar a los departamentos de policía unos 3.877 dólares (unos 3.652 euros) por vehículo cada año.
A pesar del impresionante rendimiento y el ahorro que supone electrificarse, a la policía le llevará más tiempo que al resto de consumidores abandonar la gasolina por completo. La razón es que mientras la autonomía y el tiempo de recarga eléctrica pueden ser frustantes para las personas de a pie, para la policía y otros cuerpos de seguridad podría convertirse en una debilidad. Pero contar con vehículos híbridos podría tener mucho sentido, incluso a pesar de que a las escenas de persecuciones del futuro resulten algo menos emocionantes.
(Para saber más: Associated Press, La pasión yanqui por los coches grandes amenaza sus objetivos energéticos, Puede que esté a punto de comprarse un coche eléctrico y aún no lo sepa)