Su sigilo aumenta la probabilidad de accidente con peatones, lo que hace necesario que incorporen sonidos artificiales identificatorios pero, ¿cuáles?
Era un agradable día de junio en Múnich (Alemania). Me recogieron en mi hotel y me llevaron al campo, rodeado de tierras de cultivo a ambos lados de la estrecha carretera de dos carriles. De vez en cuando pasaba algún caminante, y a veces algún ciclista. Aparcamos el coche en el arcén y nos unimos a un grupo de personas que observaban la carretera de arriba a abajo. "Muy bien, prepárate", me dijeron. "Cierra los ojos y escucha". Así lo hice y, aproximadamente un minuto después, escuché un ruido agudo, acompañado por un sonido de zumbido bajo: un automóvil se acercaba. Cuando estuvo más cerca, pude oír el ruido de los neumáticos. Después de que el coche hubiera pasado, me pidieron mi opinión sobre el sonido. Repetimos el ejercicio varias veces, y cada vez que el sonido era diferente. ¿Qué estaba pasando? Estábamos evaluando diseños de sonido para los nuevos vehículos eléctricos de BMW.
Los coches eléctricos son muy silenciosos. El único sonido que hacen proviene de los neumáticos, el aire y, de vez en cuando, el silbido agudo de los componentes electrónicos. A los amantes de los coches realmente les gusta el silencio. Los peatones tienen opiniones muy dispares, pero a las personas ciegas les preocupa y mucho. Después de todo, cruzan las calles con tráfico basándose en los sonidos de los vehículos. Así es como saben cuándo es seguro cruzar. Y la preocupación de los ciegos podría ser la misma de cualquier persona que pise la calle distraída. Si los vehículos no hacen ningún ruido, podrían acabar matando a alguien. La Administración Seguridad en Carreteras Nacionales de Estados Unidos determinó que hay muchas más probabilidades que los peatones se vean afectados por vehículos híbridos o eléctricos que por aquellos con un motor de combustión interna. El mayor peligro es cuando los vehículos híbridos o eléctricos se mueven lentamente: prácticamente no hacen ningún ruido.
Añadir sonido a un vehículo para avisar a los peatones no es una idea nueva. Durante muchos años, los camiones comerciales y equipos de construcción han tenido que hacer sonar sonidos al dar marcha atrás. La ley requiere que los coches tengan claxon, presumiblemente para que los conductores lo utilicen para alertar a peatones y otros conductores cuando surja la necesidad, a pesar de que, en su lugar, a menudo lo utilizan para ventilar la ira y la rabia. Pero lo que resulta complicado es añadir un sonido continuo a un vehículo normal, porque de otro modo sería demasiado silencioso.
¿Qué sonido te gustaría? Un grupo de personas ciegas sugirió poner algunas piedras en los tapacubos. Me pareció genial. Las rocas proporcionarían un conjunto de señales naturales, con gran significado y fáciles de interpretar. El coche sería silencioso hasta que las ruedas comenzaran a girar. En ese momento, las rocas harían un sonido de raspado continuo y natural a bajas velocidades, pasa pasar a un repiqueteo de piedras cayendo cuando se conduzca a velocidades más altas. La frecuencia de las caídas aumentaría con la velocidad del vehículo hasta que las rocas terminaran congeladas contra la circunferencia de la llanta, en silencio. Lo cual no resulta un problema: no es necesario que los vehículos a gran velocidad añadan sonido, porque el ruido de los neumáticos es audible. Sin embargo, la falta de sonido cuando el vehículo no se estuviera moviendo sería un problema.
Las divisiones de marketing de los fabricantes de automóviles pensaron que añadir sonidos artificiales sería una maravillosa oportunidad de marca, para que cada marca de coches o modelo tuviera su propio sonido único que capturase la personalidad del coche que la marca quisiera transmitir. Porsche añadió altavoces a su prototipo de coche eléctrico para darle el mismo sonido gutural que tienen sus coches de gasolina. Nissan se preguntó si un automóvil híbrido debería sonar como pájaros piando. Algunos fabricantes pensaron que todos los coches deberían sonar igual, con ruidos y niveles de ruido estandarizados, para que a todo el mundo le resulte más fácil interpretarlos. Algunas personas ciegas creen que deberían sonar como los coches con motor de gasolina.
El skeumorfismo es el término técnico usado para definir la incorporación de ideas familiares y antiguas en nuevas tecnologías, a pesar de que ya no desempeñen un papel funcional. Los diseños skeuomórficos suelen resultar cómodos para los tradicionalistas, y de hecho la historia de la tecnología muestra que las nuevas tecnologías y materiales a menudo imitan servilmente las viejas sin razón aparente, excepto por el hecho de que la gente sabe lo que hacer con ellas. Los primeros automóviles parecían carruajes tirados por caballos, sin los caballos (y también por eso se llamaban carruajes sin caballos); los primeros plásticos fueron diseñados para parecerse a la madera; las carpetas en los sistemas de archivos de ordenador a menudo se parecen a carpetas de papel, incluso con lengüetas. Una forma de superar el miedo a lo nuevo es hacer que se parezca a algo viejo. Esta práctica es criticada por los puristas del diseño, pero de hecho, tiene sus beneficios para facilitar la transición de lo viejo a lo nuevo. Proporciona comodidad y facilita el aprendizaje. Los modelos conceptuales existentes sólo necesitan modificarse, en lugar de ser reemplazados. Con el tiempo, emergen nuevas formas que no tienen ninguna relación con las viejas, aunque los diseños skeuomórficos probablemente hayan ayudado con la transición.
Cuando llegó el momento de decidir qué sonido deberían generar los nuevos automóviles silenciosos, ganaron aquellos que querían un sonido diferenciador, aunque todo el mundo estuvo de acuerdo en crear algunos estándares. Debería ser posible determinar que el sonido proviene de un automóvil, para identificar su ubicación, dirección y velocidad. No es necesario generar sonido una vez que el coche vaya a gran velocidad, en parte porque el ruido de neumáticos sería suficiente. Se requeriría cierta estandarización, aunque con mucha libertad de acción. Los comités de estándares internacionales comenzaron sus procedimientos. Varios países, descontentos con la velocidad normalmente glacial de los acuerdos de estandarización, y presionados por sus comunidades, empezaron a redactar la legislación. Las empresas se apresuraron a desarrollar sonidos apropiados, contratando psicólogos, diseñadores de sonido de Hollywood, y expertos en psicoacústica.
La Administración Seguridad en Carreteras Nacionales de Estados Unidos emitió una serie de principios, junto con una lista detallada de requisitos, entre ellos los niveles de sonido, espectros y otros criterios. El documento completo tiene 248 páginas , y señala lo siguiente:
Este estándar garantizará que los ciegos, deficientes visuales y otros peatones sean capaces de detectar y reconocer vehículos eléctricos e híbridos cercanos, al exigir que los vehículos híbridos y eléctricos emitan un sonido que los peatones puedan escuchar en una variedad de entornos ambientales, y que incluyan contenido acústico de señalización que los peatones reconozcan como procedente de un vehículo. El estánar propuesto establece los requisitos de sonido mínimos para los vehículos híbridos y eléctricos cuando vayan a menos de 30 kilómetros por hora (18 millas por hora), cuando se active el sistema de arranque del vehículo pero el vehículo esté detenido, y cuando el vehículo esté funcionando marcha atrás. La agencia eligió una velocidad de cruce de 30 km/h puesto que es la velocidad a la que los niveles de ruido de los vehículos híbridos y eléctricos medidos por la agencia se aproximaban a los niveles sonoros producidos por vehículos similares de motores de combustión interna. (Departamento de Transporte de EEUU, 2013).
Mientras escribo esto, los diseñadores de sonido siguen experimentando. Las empresas de automóviles, legisladores y comités de estándares están aún trabajando en ello. No se espera la salida de los estándares hasta 2014 o más tarde, y después se tardará un tiempo considerable hasta que los millones de vehículos en todo el mundo los cumplan. ¿Qué principios deberían utilizarse para los sonidos de los vehículos eléctricos (incluyendo los híbridos)? Los sonidos tienen que cumplir una serie de criterios:
- Alerta. El sonido indicará la presencia de un vehículo eléctrico.
- Orientación. El sonido hará posible determinar dónde se encuentra el vehículo, su velocidad aproximada y si se está acercando al oyente, o alejándose de él.
- Bajo nivel de molestia. Puesto que estos sonidos se escucharán con frecuencia, incluso con tráfico ligero, y continuamente con tráfico pesado, no deben ser molestos. Hay que tener en cuenta el contraste con las sirenas, bocinas y señales de marcha atrás, que estás destinadas a ser advertencias agresivas. Estos sonidos son deliberadamente desagradable, aunque como son poco frecuentes y relativamente de corta duración, son aceptables. El reto para los vehículos eléctricos es crear sonidos que alerten y orienten, sin molestan.
- Estandarización frente a individualización. La estandarización es necesaria para garantizar que todos los sonidos de los vehículos eléctricos puedan ser fácilmente interpretados. Si varían demasiado, los nuevos sonidos podrían confundir al oyente. La individualización tiene dos funciones: seguridad y marketing. Desde el punto de vista de la seguridad, si hay muchos vehículos en la calle, la individualización les permitiría ser identificados. Esto es especialmente importante en intersecciones concurridas. Desde el punto de vista del marketing, la individualización puede asegurar que cada marca de vehículo eléctrico tenga su propia característica única, y tal vez la calidad del sonido se asocie a la imagen de marca.
Quédate quieto en una esquina y escucha con atención los vehículos a tu alrededor. Escucha las silenciosas bicicletas y los sonidos artificiales de los coches eléctricos. ¿Los coches cumplen con los criterios? Después de años intentando crear coches más silenciosos, ¿quién hubiera pensado que un día tendríamos que dedicar años de esfuerzo y decenas de millones de euros para agregar sonido?
Don Norman es profesor de ciencia cognitiva (UC San Diego, Noroeste) y también ejecutivo (vicepresidente de Apple) y diseñador (Miembro de IDEO), así como autor de 20 libros, entre ellos Living with Complexity and The Design of Everyday Things. Se le puede encontrar en jnd.org.
Extraído con permiso de "The Design of Everyday Things: Revised and Expanded Edition" de Don Norman.Disponible en Basic Books, miembro del Perseus Books Group. Copyright © 2013. Edición del Reino Unido, publicada por MIT Press.