Una nueva encuesta del Centro de Investigación Pew muestra un declive en la cifra de americanos que creen que el cambio climático es un problema grave.
El
Presidente Obama afirmó el pasado 23 de octubre que los escépticos en cuanto al
cambio climático están siendo empujados a un lado, pero tal afirmación puede
que tenga más de deseo que de realidad.
Los
resultados de una encuesta del Centro de Investigación Pew para la Población y
la Prensa que se publicaron el 22 de octubre afirman que el número de personas
que creen que "hay evidencias sólidas de que la tierra se está calentando" bajó
de un 71 por ciento en abril de 2008 a un 57 por ciento a día de hoy. Sólo un
36 por ciento afirmó que había buenas evidencias de que el calentamiento está
provocado por la actividad humana, frente al 47 por ciento en abril de 2008.
Sólo un 35 por ciento afirmó que el cambio climático era un problema grave.
Las
cifras de creyentes en el cambio climático llevan disminuyendo desde hace años
entre Demócratas, Independientes y Republicanos. Entre los independientes, por
ejemplo, un 79 por ciento creía que había evidencias sólidas en 2006, comparado
con el 53 por ciento que lo cree ahora. Puede que no sea coincidencia que la
película de Al Gore, "Una verdad incómoda," se estrenase en 2006.
Lo
realmente raro es lo siguiente. A pesar de estas cifras tan bajas, el 50 por
ciento de los americanos cree que deberían limitarse las emisiones de carbono,
incluso si algo así provoca una subida de los precios de la energía. Sólo se
opone un 39 por ciento.
Hay una
interpretación clara--que los americanos se contradicen. Aunque también hay una
interpretación con un poco más de esperanza. Los modelos de cambio climático
están llenos de incertidumbres. Nadie sabe realmente cuánto se calentará la
tierra, o qué impacto tendrá el calentamiento, particularmente en los patrones
climáticos regionales. Puede que los americanos estén descubriendo estas
incertidumbres, y de ahí las bajas cifras que afirman que haya "evidencias
sólidas," aunque se concluye que el riesgo es lo suficientemente alto como para
hacer algo y evitar el peor de los resultados posibles.