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Cambio Climático

Aunque los paneles son cada vez más baratos, las solares siguen perdiendo dinero

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SunEdison está al borde de la bancarrota y el panorama del resto no es mucho mejor, así que la industria se esfuerza por ahorrar costes en cada detalle, como el 'marketing' y la mano de obra

  • por Richard Martin | traducido por Teresa Woods
  • 14 Abril, 2016

Empantanado en una deuda que supera los 11.000 millones de dólares (unos 9.630 millones de euros) y pendiente de al menos una investigación federal más una demanda interpuesta por su propia filial, el gigante solar SunEdison se precipita hacia la bancarrota. Las acciones de otros proveedores solares líderes, incluidos SolarCity y Sunrun, han perdido más de la mitad de su valor durante los últimos cuatro meses mientras los inversores pierden confianza en el modelo de alquiler a 20 años sin cuota inicial que ha impulsado el crecimiento explosivo del mercado de la energía solar sobre tejado durante los últimos años.

Aunque el Congreso de Estados Unidos ha prorrogado las ayudas fiscales para las inversiones solares, que proporcionan créditos por valor del 30% de las instalaciones, se espera que ese crecimiento se ralentice mientras los desarrolladores se centran en mejorar sus balances contables en lugar de impulsar su expansión (ver La extensión del crédito fiscal a renovables en EEUU logra el mejor trimestre de su historia).

"El paisaje del mercado está cambiando", afirma el CEO de SolarCity, Lyndon Rive. Apoyadas por subsidios gubernamentales y financiación de los grandes bancos, durante años las empresas solares han logrado aumentar drásticamente las instalaciones año tras año, incluso mientras perdían dinero. Pero el colapso de SunEdison deja claros los peligros de un crecimiento demasiado rápido.

SolarCity instaló 870 megavatios solares en 2015, un 73% más que en 2014, y sus ingresos se incrementaron casi hasta los 400 millones de dólares (unos 351 millones de euros), un aumento del 56,7% respecto a 2015. Pero la empresa sigue perdiendo dinero: casi 769 millones de dólares (unos 675 millones de euros) durante el año, más del doble de las pérdidas de 2014. De forma similar, Sunrun perdió 28,2 millones de dólares (unos 24,7 millones de euros) en 2015 a pesar de aumentar los ingresos en un 53%.  Existen pocas pruebas de que los principales desarrolladores solares se vuelvan rentables este año ni el que viene.


Crédito: Sam Pathacky (Getty Images).

Así que incluso en un momento en el que la demanda y los ingresos siguen subiendo, la eficiencia de la tecnología sigue mejorando, y los costes de instalación están bajando, la energía solar doméstica se enfrenta a importantes recortes. Esto está provocando que los ejecutivos se replanteen sus estrategias de negocio y que nos preguntemos cómo se puede convertir la energía fotovoltaica doméstica en un negocio viable y lucrativo.

La respuesta de las empresas es reducir costes. Según el investigador del Centro Steyer-Taylor para las Políticas y Finanzas Energéticas de la Universidad de Stanford (EEUU) Jonathan Koomey, durante años la rápida bajada del precio de los paneles solares ha ido reduciendo el coste de las instalaciones en términos de kilovatio-hora. Pero no basta. Ahora las empresas deben lograr unas reducciones de precio parecidas en todo lo que rodea los paneles, los llamados costes indirectos: los gastos generales, la mano de obra, las labores de marketing, las licencias, y así sucesivamente. "El coste de los paneles ha caído tanto que cada vez representa un problema menor", afirma Koomey.

La llegada de paneles más pequeños y altamente eficientes ahorrará dinero al reducir el hardware asociado y la mano de obra requerida para instalarlos, esto también facilitará el diseño y la obtención de licencias. Tanto Rive como el CEO de Sunrun, Lynn Jurich, afirman que eliminarán otros costes al reducir los gastos generales, automatizar los sistemas y bajar el coste de adquirir nuevos clientes. Sunrun, por ejemplo, ha alcanzado unos acuerdos de marketing local con unos proveedores al por mayor como Costco y Home Depot que aumentarán la visibilidad de la empresa. Y las compañías están haciendo recortes: tanto Jurich como Rive prevén un ritmo de crecimiento, en términos de nuevas instalaciones, de alrededor del 40% para 2016 con respecto a 2015, que superó el 75%.

Aun así, no está asegurado que la reducción de costes por sí sola vaya a llevar estas empresas hasta la rentabilidad después de que caduquen los créditos fiscales en 2022. Los instaladores solares, que han basado sus modelos de negocio en el rápido crecimiento mediante acuerdos de alquiler que favorecen a los clientes y cargan a las empresas con unos altos costes iniciales, se encuentran ahora en un círculo algo vicioso: para seguir financiando nuevas instalaciones, han de seguir recaudando dinero. "Cuando te subes a la cinta de correr, ya no se para", afirma el CEO de Mercom Capital, Raj Prabhu, que analiza datos financieros del sector de las energías limpias.

Pero, en algún momento tendrán que demostrar beneficios.

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