ESolar espera poner pronto en marcha su enorme planta de energía termal solar.
El problema con la energía solar siempre ha sido su elevado coste: el sol puede que sea gratis, pero los materiales y el equipo necesario para convertir los rayos en electricidad ciertamente no lo son. Ese es el motivo por el que los emprendedores llevan tiempo buscando la forma de crear una compañía solar con un modelo económico que se parezca al de una startup de software—vender un programa de ordenador sofisticado que funcione en un hardware de bajo coste.
Hill Gross, fundador de la incubadora de empresas Idealab, con sede en Pasadera, California, cree haber dado en el clavo: una empresa diseñada para dar comienzo a lo que él llama la “revolución disruptiva” dentro de la energía libre de carbono. Gross es un emprendedor en serie con más de 30 lanzamientos de empresas tecnológicas en su haber, además de director general de eSolar, una empresa con sede en Pasadera y dedicada a la energía termal solar, que comenzará sus operaciones este verano con un banco de pruebas de cinco megavatios de su tecnología de suministro a la red eléctrica.
Sin embargo, esto representa sólo una pequeña porción de lo que está por llegar. eSolar, de propiedad privada, junto a su socio operador de planta, NRG Energy, han anunciado acuerdos con tres compañías suministradoras de energía para instalar 500 megavatios de energía termal solar a lo largo de los próximos años.
Para hacernos una mejor idea, esto es más que los 450 megavatios de energía termal solar que circulan hoy día por la red en Estados Unidos, afirma Daniel Englander, analista de energía solar con GTM Research, en Cambridge, Massachussets. Y supone una fracción significativa del total de 1,5 gigavatios de capacidad solar fotovoltaica instalados en la actualidad a lo largo del país.
Estos acuerdos—con Pacific Gas and Electric, Southern California Edison, y El Paso Electric—están destinados a la producción de energía a partir de 2011. Aunque las compañías suministradoras no han hecho público el precio de la electricidad en los contratos, Gross señala que es capaz de distribuirla a aproximadamente 10 centavos por kilovatio-hora—un precio menor a la tarifa típica de la energía eólica o incluso la procedente de una planta de gas natural.
La tecnología termal de eSolar sólo consiste en unos cuantos componentes básicos. Campos gigantescos de paneles de cristal del tamaño de una encimera se dedican a seguir al sol y a reflejar la luz. Los rayos apuntan a unas torres donde el agua se hierve para crear vapor, el cual mueve una turbina tradicional. A todo esto, un software especial cuyo desarrollo ha costado 100 millones de dólares se ejecuta en un banco de servidores Dell. El software está coordinado con unas video cámaras baratas que hacen un seguimiento constante del ángulo de los paneles entre que el sol sale y se vuelve a poner.
Otras compañías tales como Brightsource Energy también han desarrollado una tecnología termal solar mediante el uso de torres y calderas. Sin embargo, lo que resulta novedoso del método de eSolar, afirma Daniel Englander, es que los espejos son más pequeños y más baratos de fabricar y de instalar, por lo que se requiere un software de control más sofisticado.
Las plantas termales solares lo suficientemente grandes como para suministrar energía eléctrica llevan bastantes años funcionando. La mayor de ellas es el conjunto de plantas Kramer Junction en el Desierto de Mojave, que produce 350 megavatios de energía para Southern California Edison. No obstante, los enormes paneles con forma de abrevadero, que aprovechan la luz del sol, son costosos de fabricar e instalar, en gran medida debido a que requieren una gran cantidad de acero para poder soportar los paneles de cristal con forma de antena parabólica.
Sin embargo, una gran cantidad de la energía termal solar de nueva creación será generada mediante el uso de nuevas tecnologías. En la actualidad, existe la promesa de entregar a las compañías suministradoras de los EE.UU. más de ocho gigavatios de capacidad termal solar; no está claro qué cantidad de esos ocho gigavatios se acabará construyendo finalmente. “Muchos de los contratos que las compañías están firmando en California no tienen la vista puesta en realmente acabar construyendo nada,” afirma Englander. “Muchas veces, es sólo una fachada para expresar la buena voluntad existente a la hora de adoptar energías renovables.”
Más tarde durante el mes de julio, está previsto que la planta de 24.000 paneles de eSolar en Lancaster, California, empiece a suministrar electricidad a la red. Sin embargo, y puesto que la planta está autofinanciada y es dirigida por la propia compañía, nadie al margen de eSolar podrá verificar el coste real que supone producir la electricidad.
No obstante, a partir de ese momento eSolar no construirá sus propias plantas. NRG Energy, con sede en Princeton, Nueva Jersey, comprará la tecnología de eSolar y construirá, financiará y operará los 500 megavatios que están previstos. En la actualidad, NRG maneja 24 gigavatios de capacidad energética en una docena de plantas alimentadas a partir de una gran variedad de fuentes energéticas. Michael Liebelson, el director de desarrollo de tecnologías bajas en carbono de NRG, afirma que escogió a eSolar debido al “bajo coste en comparación con el resto de soluciones solares.”
Mediante un acuerdo distinto, aunque de mayores proporciones, eSolar ha firmado un pacto similar con ACME Tele Power of India, para generar un gigavatio de capacidad—lo suficiente como para alimentar a cientos de miles de hogares.
Hasta ahora, Gross ha reunido 170 millones de varias firmas de capital riesgo y socios estratégicos, entre los que se incluyen inversiones de NRG, ACME y Google.