Si no se construyen suficientes plantas de aquí a 2025 no se cumplirán los principales objetivos de emisiones de carbono
Para que la energía nuclear juegue un papel en la reducción de las emisiones de carbono, algo que según muchos expertos es necesario, habrá que empezar a construir pronto una nueva generación de plantas de energía nuclear.
La construcción mundial de nuevas centrales nucleares se ha reducido significativamente en las últimas décadas, y la producción global de energía nuclear se ha estancado. La construcción se ha ralentizado en gran parte debido a los altos costes de capital y las malas condiciones del mercado. Por otro lado, el reciente desastre de Fukushima ha provocado que algunos países cancelaran algunas plantas previstas y cerraran otras ya existentes.
La falta de nuevas construcciones es particularmente preocupante, puesto que se necesitan al menos de cinco a diez años para construir un nuevo reactor, y los reactores normalmente duran solo de 30 a 40 años. Eso significa que los reactores construidos en la década de 1970, en el apogeo del auge nuclear, ya tienen una edad avanzada y muchos van a ser desmantelados.
La Agencia Internacional de la Energía cree que la capacidad instalada en todo el mundo estará entre un 5% y un 24% por debajo de donde tiene que estar en 2025 para garantizar, al menos, una probabilidad del 50% de limitar el aumento medio de la temperatura global a 2 °C. La agencia señala que se deben agregar 186 gigavatios de nueva capacidad nuclear entre hoy y 2025, o alrededor de 17 gigavatios por año.
Este déficit se produce a pesar de los ambiciosos planes de construcción de varios países, entre ellos China y Rusia. Por otro lado, el año pasado la capacidad nuclear agregada en EEUU solo fue suficiente para compensar la capacidad desmantelada (ver "El apagón nuclear de EEUU pondrá en riesgo sus objetivos de emisiones").