Tecnología y Sociedad
“Las instituciones creían que el canon investigador generaría un conflicto de intereses”
El presidente de la Red Mexicana de Oficinas de Transferencia de Tecnología Luis Beltrán defiende que los científicos reciban parte de los beneficios que generan sus investigaciones
Luis Felipe Beltrán es investigador del Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste (México) y presidente de la Red Mexicana de Oficinas de Transferencia de Tecnología (Red OTT), que desde sus más de 80 oficinas apoya la innovación y la transferencia de la tecnología desarrollada en México. Durante el EmTech México 2014 que se celebra los días 18 y 19 de junio en la capital del país, Beltrán defenderá la importancia de comercializar el desarrollo científico y de establecer lazos firmes entre empresas y academias, con el objetivo de que en los próximos años mejore el ecosistema innovador del país y su inversión en I+D aumente.
¿Qué interés tiene un evento como EmTech México 2014?
Lo más importante es poder intercambiar experiencias en un foro que muestra la creatividad que se genera en México. También me gusta que motiva a los jóvenes en el camino a la innovación y la transferencia de tecnología. Además, gracias a la presencia que tiene el MIT, fortalece el sistema de innovación del país y da visibilidad a México.
¿Por qué es importante divulgar el trabajo que hace la Red OTT?
Nuestro panel mostrará qué hacemos en la Red OTT, qué resultados hemos tenido en estos casi tres años de existencia y qué perspectivas tenemos a corto y largo plazo. Pero lo importante es mostrar casos de éxito, porque muchas veces no se ve lo que se está haciendo, y en México suceden cosas muy interesantes.
¿Qué casos de éxito se han dado?
Uno de los principales problemas del cultivo del camarón es el virus de la mancha blanca, que tiene colapsada a la industria. Hemos creado mediante mejora genética un camarón de rápido crecimiento y resistente a las enfermedades. Se hicieron pruebas de resistencia en Asia y otros países interesados y se creó una spin-off. Hoy en día el camarón tiene un precio de 58 euros y se utiliza en China y Vietnam además de en México. Es un buen ejemplo de innovación local y de cómo se internacionaliza.
¿Antes de la creación de la Red OTT no se producía transferencia tecnológica?
No es que no se produjera antes. Hacemos buena ciencia, pero la innovación y la transferencia tecnológica medida a través de patentes, de su comercialización y del crecimiento económico derivado se daba de forma accidentada, sin ningún método. No lográbamos la unión con la empresa para orientar la investigación hacia la industria o la sociedad.
¿Cómo se logra motivar la transferencia?
La Secretaría de Economía y el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología han establecido como política pública la creación de oficinas de transferencia como parte del ecosistema innovador del país. Existen 114 de estas oficinas en México, de las cuales 85 están en la red OTT. También existen 9 centros de patentes, una red de 25 parques científicos, y otra de unas 80 incubadoras. Estamos en un nivel inicial: el ecosistema no está maduro pero estamos en camino.
¿Cree que este apoyo será suficiente?
Los recursos siempre van a ser insuficientes. Gracias a los fondos existentes se aprueban unos 400 proyectos cada año, pero otros 400 no consiguen financiación. A pesar de ello los fondos han logrado la vinculación, porque para acceder a ellos tiene que haber forzosamente la participación de una empresa y un centro de investigación. Estamos en un proceso de enamoramiento entre empresa y academia, y estimo que en los próximos seis o siete años veremos un mercado tecnológico interesante con innovaciones disruptivas.
¿Qué objetivos buscan?
Queremos aumentar el presupuesto científico. Hace poco se utilizaba un 0,4% del PIB, y queremos alcanzar el 1%. Estábamos por detrás de Brasil y otros países del entorno, pero hoy en día hay un programa muy claro de ciencia y tecnología, porque está demostrado que hay una fuerte relación entre crecimiento económico, innovación tecnológica e inversión en ciencia.
¿Por qué el científico no se ha atrevido a emprender hasta ahora?
Las universidades nos educaron en otro modelo donde ciencia, tecnologías y producción no van de la mano. Pero hay que generar una cultura de conocimiento hacia la empresa para que nos conozca y confíe, como en un matrimonio. Desde la universidad y antes hay que enseñar la importancia del emprendimiento como vía para mejorar problemas. El científico es un artista y debe generar buena ciencia, pero debe tener los conocimientos adecuados sobre la transferencia y el mercado.
Habla de emprender y sacar la tecnología del laboratorio pero, ¿cómo enfocar el tema de la propiedad intelectual?
En México estamos muy rezagados en materia de propiedad intelectual en cuanto a número de patentes y diseños industriales. En la ley de ciencia y tecnología de 2009 se habla por primera vez del reconocimiento al investigador a través de derechos de autor. Antes las instituciones creían que se generaba un conflicto de intereses. Si recibimos un sueldo público por hacer ciencia, ¿por qué habría que dar un canon a los investigadores?
¿Cómo se solucionó el problema?
Nos tuvo cerca de dos años demostrar que era diferente el salario de la propia investigación al concreto de innovar un proceso que diera beneficios a científicos e instituciones. Ahora se reconoce al investigador como autor y se le da un porcentaje de hasta el 70%. Esto ha motivado mucho para que el investigador se sienta mucho más tranquilo.