La compañia ha invertido en la 'start-up' Global Bioenergies, cuyo proceso de fabricación evita la destilación, una de las partes más caras del proceso
Foto: Global Bioenergies está adaptando esta instalación de ensayo, propiedad de la organización investigadora Fraunhofer, para producir biocombustibles usando un nuevo proceso que evita el caro paso de la destilación.
Audi va a invertir en una start-up francesa, Global Bioenergies, que afirma ser capaz de hacer biocombustible barato partiendo de azúcar y otras fuentes renovables. La asociación incluye opciones financieras y una cantidad en fondos sin especificar.
Igual que la producción convencional de biocombustibles, la tecnología de Global Bioenergies utiliza microorganismos para fermentar azúcares y producir combustible. Pero su proceso elimina la segunda parte más cara de la fabricación, la de la destilación, que consume grandes cantidades de energía. Y al fabricar gasolina en vez de etanol, la start-up evita uno de los problemas principales que impiden el crecimiento de los biocombustibles, el hecho de que el mercado para el etanol está saturado.
Global Bioenergies ha demostrado su tecnología en el laboratorio y está construyendo dos plantas piloto para producir isobutileno, un hidrocarburo que otro socio convertirá en gasolina a través de un proceso químico ya existente. La mayor de las dos plantas piloto será lo suficientemente grande como para producir más de 100.000 litros de gasolina anuales.
Este proceso resuelve uno de los principales retos de la producción de biocombustibles convencional, el hecho de que el combustible puede matar a los microorganismos que lo producen. En un proceso de fermentación convencional, una vez que la concentración de etanol alcanza el 12%, empieza a envenenar la levadura y deja de producir etanol.
Global Bioenergies ha modificado genéticamente bacterias de Escherichia coli para producir un gas (isobutileno) que se evapora de la solución por lo que su concentración en el tanque de fermentación nunca llega a niveles tóxicos. En consecuencia, las bacterias pueden seguir produciendo combustible durante más tiempo que en el proceso convencional, aumentando la rentabilidad de la planta y reduciendo los costes de capital.
Aún hay que separar el isobutileno de otros gases, como el dióxido de carbono, pero Global Bioenergies afirma que hacer esto es mucho más barato que la destilación.
Sin embargo, el nuevo proceso no resuelve el mayor coste de producción de los biocombustibles, el de la materia prima. Aunque está diseñado para funcionar con glucosa, el tipo de azúcar que producen el maíz o la caña de azúcar, la empresa lo está adaptando para funcionar con azúcares de fuentes no comestibles como la madera, que contiene glucosa, pero también otros azúcares como la xilosa.
La asociación de Audi con Global Bioenergies forma parte de los planes del fabricante de vehículos para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero ante la aprobación de legislaciones cada vez más restrictivas. Recientemente, Audi ha anunciado otras dos inversiones en combustibles más limpios. Ha financiado un proyecto para fabricar metano a través de energías renovables, metano que se puede usar en los coches de gas natural de Audi (ver "Audi producirá combustible utilizando energía solar"). Y ha financiado Joule Unlimited, que está usando microorganismos fotosintéticos para producir etanol y diésel (ver "Audi apuesta por una start-up de biocombustibles").