Christina Lampe-Onnerud, fundadora de la start-up fabricante de baterías, habla sobre las ventajas de trasladar la fabricación e investigación de su empresa a China.
Aunque es normal que las empresas de tecnología consolidadas recurran a la producción barata en Asia, últimamente hasta las empresas más jóvenes están dirigiéndose hacia el Este.
Un ejemplo destacado es Boston Power, una start-up con sede en Westborough, Massachusetts (EE.UU.), que fabrica baterías de ión litio más duraderas y con mayor capacidad que las actuales.
La empresa ha recibido el reconocimiento general por su tecnología y entre sus primeros clientes se cuentan HP y Mercedes-Benz. Sin embargo, en 2009 no consiguió una subvención de 100 millones de dólares (75 millones de euros) que había solicitado como parte del Recovery Act de Estados Unidos (la ley promovida por la Administración de Obama para estimular la economía). No obstante, a finales del año 2011 ha aparecido el gobierno chino con un paquete de 125 millones de dólares (93 millones de euros) en capital de riesgo, préstamos a bajo interés y subvenciones.
Ahora Boston Power está montando una fábrica en China capaz de producir baterías para 20 000 coches eléctricos. También está construyendo nuevas instalaciones de i+D e ingeniería allí.
La fundadora de Boston Power, Christina Lampe-Onnerud afirma que el dinero es solo parte del atractivo de China. Lampe-Onnerud ha hablado con el redactor jefe de Technology Review sobre los demás atractivos que ofrece China, el impacto que podría tener este traslado en la innovación estadounidense y qué puede hacer un recién llegado para competir con los grandes fabricantes de baterías.
TR: ¿Cuál es el atractivo de China para las empresas de tecnología jóvenes?
Christina Lampe-Onnerud: No se trata de que todo lo chino sea bueno y todo lo estadounidense malo. No es así de simple. Nos encanta tener nuestra sede en Estados Unidos por la cultura de la innovación. Boston es una comunidad impresionante en la que hay muchísima infraestructura y apoyo para innovadores y emprendedores. Lo que nos proporciona China es escala y reconocimiento a un nivel muy alto en la burocracia.
Incluso el primer ministro chino me invitó a una reunión con él. En Estados Unidos, bueno, entiendo que no puedo hablar con el presidente Obama, pero ¿podría hablar con alguien de la Administración? Me vendría bien por lo menos saber qué quiere hacer mi país, pero no conseguí llegar hasta ellos. Nos encantaría fabricar en Estados Unidos, pero si China está más dispuesta y tiene más ganas [de tenernos allí], es donde iremos.
Aunque tiene su sede en Estados Unidos, tiene conexiones con Asia desde hace mucho. ¿Qué le atrajo en un principio?
Cuando montamos la empresa, inmediatamente viajamos a China para fabricar prototipos. En Estados Unidos podías hacer pruebas piloto, pero pagando u millón de dólares de entrada. Yo pensaba: “No voy a pagarte un millón de dólares. Ni siquiera sé si funciona”.
En China pude fabricar nuestros prototipos en plantas de producción. Pagaba los materiales y podíamos hacer pequeñas tiradas. Estuve allí con el equipo de la fábrica, compartiendo mi experiencia de 15 años en la industria de las baterías. Era más como un intercambio. Teníamos prototipos funcionales a los dos meses de empezar y los pagué con mis ahorros del Bank of America: 5 o 6 mil dólares por tirada (3.700 - 4,500 euros).
¿Cómo de importante es el dinero, especialmente ahora?
El dinero no es lo más importante. Nos viene bien, porque los gastos de operación de la fábrica serán muy bajos durante algunos años, pero quizá lo más importante para mí y para nuestros inversores es que en China, a través de su política a largo plazo, los mercados están funcionando. Hay un auténtico tirón de mercado. El alcalde de Pekín tiene una política muy sencilla: si quieres comprar un coche de gasolina, participas en una lotería, y si ganas, puedes conducir ese coche cuatro de cada siete días. Si quieres conducir los siete días de la semana, tienes que comprar un coche eléctrico. Eso me parece una gran oportunidad. Así están creando mercados de tecnologías limpias. Así que diría que los mercados son la razón número uno, el gobierno la número dos y el dinero la número tres.
Si cada vez se traslada una mayor parte de la fabricación de tecnología avanzada a China, ¿en qué puede afectar esto al desarrollo de nueva tecnología en Estados Unidos?
Si hubiéramos conseguido la subvención del paquete de estímulo, probablemente habríamos construido una fábrica aquí antes. [Pero] aún así habríamos construido una en China, porque el mercado es muy grande. En primer lugar somos emprendedores e iremos donde esté el mercado. Si hubiéramos tenido la oportunidad de hacerlo antes aquí, hubiéramos estimulado a otros innovadores. Cuantos más puntos de contacto tienes, más impacto tendrás.
¿Qué importancia tiene que los investigadores estén cerca de la producción?
Es cierto que hay que estar donde está la producción. Es fantástico que los doctores puedan investigar en un laboratorio, pero a menos que esa investigación se pueda transferir sin trabas a la producción, te quedas sin dinero. No puedes estar yendo y viniendo de la fábrica constantemente. Tienes que vivir allí, hablar el idioma de la fábrica, saber con qué necesitan ayuda y aprender a anticipar algunos de los problemas en la línea de producción, porque es muy cara.
¿Por qué no consiguieron la subvención de 100 millones de dólares del Departamento de Energía?
Aunque tengo muy buenas conexiones en el mundo de los negocios, no las tengo demasiado buenas en el mundo de la política y realmente no sé muy bien si había una agenda oculta. No gastamos mucho dinero en los lobbies. Al final, todo el dinero se fue a Michigan. Nuestra percepción es que fue difícil para quienes tenían que tomar esas decisiones. Probablemente fue un error intentar [decidir qué empresas financiar] en menos de cuatro meses.
Como emprendedora aceptaré la realidad de que no se me ha invitado al club. Tengo reconocimiento en Europa, algunos clientes estadounidenses y una enorme atención por parte de China.
¿Cómo es posible que una empresa como la suya compita con fabricantes de baterías consolidados, especialmente algunos que ya tienen asociaciones con fabricantes automovilísticos importantes?
Estamos compitiendo contra Goliat: Sony, Sanyo, Panasonic, LG y Samsung. Tienes razón al afirmar que hacen falta socios muy grandes, [pero] Boston Power se está asociando ahora con empresas automovilísticas chinas muy grandes.
Panasonic seguirá siendo uno de los mayores fabricantes de baterías del mundo, sin duda. Tienen instalaciones de i+D fantásticas. Japón seguirá siendo un actor importante en el negocio y también Corea. Pero China está entrando a lo grande y está haciendo algo que está muy bien: invitar a jugadores de todo el mundo a su pista. China será una fuerza importante, no cabe duda. Como "ciudadana de la tierra", si quieres usar ese término, me siento muy bien porque China realmente necesita esta tecnología limpia. Tienen ganas y están innovando en torno a ella.