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Cambio Climático

¿Puede arreglar un software los problemas de la red eléctrica?

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Un consorcio, que incluye a IBM, ha construido un sistema para sacar mayor provecho a la infraestructura ya existente.

  • por Kevin Bullis | traducido por Francisco Reyes (Opinno)
  • 05 Diciembre, 2011

Un software ha permitido a una compañía eléctrica situada en Estados Unidos reducir el consumo de energía hasta en un 50 por ciento mediante una distribución más inteligente de la electricidad a los hogares y las empresas. Pronto tratará de pasar por una prueba más dura.

Esta pequeña demostración es parte de un proyecto que, en última instancia, tratará de unir las envejecidas y fragmentadas infraestructuras de red en cinco estados y 11 empresas eléctricas en EE.UU. para dar cabida a los coches eléctricos y las energías renovables. El proyecto consistirá en 95 pequeñas iniciativas para integrar la energía eólica, almacenar electricidad de la red, acomodar la carga de vehículos eléctricos y establecer "microrredes" que puedan sobrevivir por sí mismas en caso de un apagón.

El software para el proyecto de 178 millones de dólares (133 millones de euros) está casi finalizado, y el sistema estará en funcionamiento el año que viene, afirma Ron Ambrosio, líder de investigación mundial para la industria de servicios y energía en IBM, una de las varias empresas e instituciones que participan. El proyecto es una de las 16 demostraciones de redes inteligentes financiadas en parte por la Ley de Recuperación de 2009.

Parte de la tecnología fue demostrada por primera vez desde 2005 hasta 2007 en la Península Olímpica del estado de Washington. La tecnología permitió a las compañías eléctricas comunicarse con termostatos inteligentes y otros equipamientos en las residencias, reducir la demanda de electricidad en horas punta y responder a las fluctuaciones en el suministro procedente de recursos intermitentes tales como las turbinas eólicas.

Por lo general, un sistema como este dependería de cambios en las normativas para permitir que las compañías eléctricas cobrasen a los clientes residenciales distintos precios por la electricidad según la demanda. Sin embargo la nueva tecnología, desarrollada por IBM, el Laboratorio Nacional del Pacífico Noroeste y otras entidades, hace que no sea necesario el establecimiento de precios en tiempo real.

Mediante este método las tarifas de electricidad se mantienen planas y se proporcionan descuentos a los clientes en sus facturas de energía a cambio de que los termostatos y otros dispositivos inteligentes estén conectados para poder comunicarse con la compañía. La eléctrica envía señales a los termostatos inteligentes y aparatos sobre lo que cuesta actualmente proporcionar la electricidad. A partir de ahí, basándose en las preferencias introducidas por el cliente, los sistemas inteligentes del hogar envían señales a la compañía sobre la cantidad de energía que se va a utilizar. Si los costes son altos, por ejemplo, el termostato podría indicar que va a subir la temperatura para reducir el consumo de energía del aire acondicionado.

La idea se está asentando en lugares tan lejanos como Dinamarca, donde se ha convertido en la base de un proyecto de integración de energías renovables y coches eléctricos con la red.

Cuando el sistema fue probado en la Península Olímpica, logró reducir la demanda de electricidad durante las horas punta en un 15 por ciento de media. Durante un período de suministro especialmente ajustado, el consumo cayó un 50 por ciento. Los consumidores ahorraron alrededor del 10 por ciento en sus facturas de energía.

El sistema incluyó un área geográfica relativamente pequeña y no está claro que pueda funcionar a una escala mayor. Una de las preocupaciones que intentará solucionar la demostración, indica Ambrosio, es el posible desarrollo de ciclos de retroalimentación que puedan hacer que el sistema se vuelva inestable. La preocupación es que el uso de dispositivos inteligentes en 60.000 viviendas en cinco grandes estados del Oeste podría causar fluctuaciones inesperadas de la demanda a las que los generadores de energía no podrían responder. El problema podría agravarse cuando se añadan a la mezcla cambios en el clima o problemas técnicos.

El proyecto también contemplará la coordinación de la demanda de vehículos eléctricos y la automatización de las respuestas ante los cables de electricidad caídos. En total, el proyecto de red inteligente podría permitir a las compañías eléctricas hacer un mejor uso de los equipos existentes, ahorrando miles de millones de dólares. Mediante la reducción de la demanda durante las horas punta, se podría reducir la necesidad de construir más líneas de transmisión para satisfacer dicha demanda. Los sistemas inteligentes también podrían permitir a las líneas de transmisión existentes llevar más energía (en la actualidad van por debajo de su capacidad nominal, llegando a bajar hasta el 85 por ciento, para estar prevenidas ante problemas inesperados).

El objetivo de Ambrosio es que las líneas funcionen a una capacidad del 95 al 97 por ciento. "Lo que nos preguntamos es, ¿podemos eliminar los apagones en su totalidad?" señala Ambrosio.

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