Investigadores del MIT estudian un método rápido y sostenible para producir hidrógeno
El hidrógeno podría alimentar motores y pilas de combustible sin generar emisiones perjudiciales para el clima. Sin embargo, transportar este gas volátil es arriesgado. Las latas de refresco viejas y el agua de mar podrían ser la solución.
El aluminio reacciona con el agua para producir hidrógeno, pero no lo hace si se expone al aire, que crea una barrera de óxido en su superficie. Douglas Hart, que obtuvo la maestría de ciencias del MIT en 1985 y es catedrático de ingeniería mecánica, había demostrado anteriormente, junto con sus colegas, que podía mantener a raya el óxido combinando el aluminio con indio de galio, pero eso resulta bastante caro. Ahora, su equipo ha demostrado que la reacción en una solución de iones ayuda a que la aleación precipite en una forma que puede recogerse y reutilizarse para generar más hidrógeno.
“Por suerte para nosotros, el agua de mar es una solución iónica muy barata y disponible”, explica Aly Kombargi, estudiante de doctorado y autor principal del artículo. “Fui literalmente a la playa de Revere con un amigo y cogimos nuestras botellas y las llenamos, y luego me limité a filtrar las algas y la arena”.
Una bolita de aluminio del tamaño de un guijarro, al ser depositada en un vaso con una precipitación de agua de mar filtrada, produce gas hidrógeno que burbujea hacia arriba y sale del recipiente en pocos minutos.
Por desgracia, la reacción se produce mucho más lentamente que en agua dulce. Sin embargo, Jonathan Slocum, doctorado en ciencias por el MIT en 2018, añadió unos posos de café y se sorprendió al comprobar que la reacción se aceleraba. En última instancia, Kombargi determinó que la adición de un componente de cafeína permitía generar en cinco minutos el hidrógeno que, de otro modo, se produciría en dos horas.
Los investigadores están desarrollando un pequeño reactor que podría funcionar en una embarcación o vehículo submarino para producir hidrógeno a demanda.