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Cambio Climático

Baterías térmicas modulares: el camino hacia la descarbonización industrial

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El próximo año, la nueva planta de Antora producirá baterías térmicas modulares para ayudar a descarbonizar la industria pesada

  • por June Kima | traducido por
  • 30 Octubre, 2023

Antora Energy, una start-up de baterías térmicas con sede en California (EE UU), presentó la semana pasada su plan para construir su primera planta de fabricación a gran escala en San José. El anuncio es un gran avance para las baterías térmicas (también conocidas como baterías de calor), una industria que busca convertirse en un actor importante en el sector del almacenamiento de energía.

Las baterías de Antora almacenan energía renovable en forma de calor, que puede utilizarse para producir productos industriales como cemento o vidrio. La producción de calor industrial representa alrededor del 20% de toda la demanda energética mundial, en parte debido a su dependencia de los combustibles fósiles para generar las temperaturas necesarias para fabricar los productos. Antora espera que sus baterías térmicas, que son modulares y escalables, ayuden a las industrias pesadas a abandonar los combustibles fósiles y reducir su huella de carbono.

"Es un gran paso para nosotros y para el sector de la descarbonización industrial", afirma Justin Briggs, cofundador y director de operaciones de Antora.

La nueva fábrica de Antora empezará a producir las baterías térmicas modulares el año que viene, y se enviarán a plantas industriales de todo el país. La empresa no ha revelado cuántas baterías fabricará en la planta ni quiénes serán sus clientes potenciales.

La tecnología de almacenamiento térmico de Antora es sorprendentemente sencilla. Su sistema de baterías modulares se asemeja a un contenedor de acero relleno de bloques de carbono sólido ― imagínese un cubo de un metro de alto muy caliente― capaz de permanecer esa temperatura durante horas o incluso días.

Las baterías se alimentan de fuentes de energía renovables, como la solar y la eólica, cuando son abundantes. Esa energía se utiliza para calentar los bloques de carbono a temperaturas superiores a 1.800 °C, lo bastante altas para industrias como la siderúrgica. Estos bloques están envueltos en un aislante grueso y recubiertos por otra capa de acero, haciéndolos seguros al tacto incluso cuando los materiales de su interior están extremadamente calientes. Cuando se necesita, el calor almacenado puede suministrarse directamente o convertirse en electricidad mediante células termofotovoltaicas.

Utilizar carbono sólido para almacenar calor tiene varias ventajas. Por ejemplo, el carbono es abundante y barato de obtener. Además, puede soportar temperaturas altas durante mucho tiempo: Antora asegura que sus baterías durarán décadas.

Aunque las baterías térmicas son un sector incipiente, existe un gran mercado sin explotar y un potencial prometedor de crecimiento, afirma Jeffrey Rissman, director de Industria del grupo de reflexión sobre el clima Energy Innovation, con sede en San Francisco (EE UU). Con el sistema de comercio de derechos de emisión de la Unión Europea y otras normativas que encarecen la producción y venta de materiales con altas emisiones, "hay un interés creciente en cómo descarbonizar la producción industrial de forma asequible", afirma.

Además, existen otros competidores en este mercado. Rondo Energy utiliza una tecnología y un medio de almacenamiento ligeramente distintos para crear baterías térmicas similares. Ya cuenta con una planta de fabricación y recientemente ha anunciado planes para ampliar su capacidad de producción.

Blaine Collison, director ejecutivo de Renewable Thermal Collaborative, una coalición que trabaja para descarbonizar el calor industrial, ha seguido de cerca el sector de las baterías térmicas durante varios años y cree que está "a punto de alcanzar una escala inicial sustancial".

Según Collison, aunque no hay una solución única para el reto de descarbonización de la industria pesada, las baterías térmicas son valiosas porque abordan varios problemas a la vez. Alivian la presión sobre la red almacenando el exceso de energía renovable y proporcionan una fuente de calor más limpia a industrias que históricamente han dependido de los combustibles fósiles.

"Es una tecnología sencilla y barata que puede resolver muchos problemas", afirma Collison. "Eso ya es una victoria en sí misma".

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