Las emisiones de gas de efecto invernadero aumentan cuando el gas natural sustituye la energía hidroeléctrica por falta de agua
En 2021, las sequías arrasaron el oeste de EE UU, provocaron incendios forestales y dañaron cultivos. Pero la histórica falta de agua tuvo también un impacto en una de las principales fuentes de energía renovable de California: la hidroeléctrica.
Según nuevos datos de la Agencia de Información de Energía de EE UU, la electricidad generada en centrales hidroeléctricas de California disminuyó un 48% respecto a la media de 10 años, y parece que 2022 va a ser aún peor.
La energía hidroeléctrica es la principal fuente de energía renovable del mundo. De hecho, representó alrededor del 17% en 2020. Pero las sequías en varias regiones reducen su fiabilidad. Como fuente de energía baja en carbono, resulta esencial para reducir emisiones de CO2, especialmente porque cuando una central hidroeléctrica deja de funcionar, generalmente se usan combustibles fósiles para compensar ese déficit.
Las centrales hidroeléctricas produjeron en California alrededor del 19% de la electricidad en 2019. La mayoría de ellas están en el norte del estado, donde los embalses se llenan con el deshielo de la nieve de las montañas. Pero las sequías de los últimos dos años han provocado que los embalses se sequen. En el segundo lago más grande del estado, Oroville, los niveles de agua bajaron tanto en 2021 que la central hidroeléctrica tuvo que cerrar por primera vez en su historia.
La energía perdida no se puede sustituir fácilmente con fuentes renovables que fluctúan durante el día, como la eólica y la solar. Cuando la capacidad hidroeléctrica de California cayó de 2019 a 2020, gran parte de la diferencia fue reemplazada por gas natural e importaciones de electricidad de otros estados, según datos de la Comisión de Energía de California.
La energía hidroeléctrica a menudo es criticada por su impacto ambiental, porque los embalses alteran los ecosistemas. De hecho, California actualmente no cuenta con la construcción de grandes centrales hidroeléctricas entre sus objetivos de energía renovable. Pero, más allá de este impacto, la energía hidroeléctrica es una alternativa de bajas emisiones a los combustibles fósiles.
Durante los períodos de alta tensión, la poca fiabilidad de la energía hidroeléctrica ya está causando problemas, afirma Brian Tarroja, investigador de energía de la Universidad de California en Irvine.
El año pasado, el incendio Bootleg en el vecino estado de Oregón (EE UU) afectó a varias líneas de transmisión en California, en un momento en que había aumentado la demanda de electricidad por altas temperaturas. Mantener las centrales hidroeléctricas funcionando a su capacidad reducida mientras crecía la potencia de las plantas de gas natural apenas era suficiente para mantener el suministro eléctrico.
Es probable que estas dificultades continúen, asegura Tarroja. El cambio climático está alterando los patrones de lluvia y causando temperaturas más altas, aunque la precipitación general se mantiene constante. Estos riesgos posiblemente desafíen a la energía hidroeléctrica en las próximas décadas.
Los lugares con altos niveles de energía hidroeléctrica deberían empezar a tener en cuenta las consecuencias del cambio climático en la generación de energía. No se trata solo de California: las sequías en Brasil y China también han amenazado la capacidad hidroeléctrica en los últimos años.
Habrá alguna variación natural de un año para otro, pero no es probable que este respiro llegue pronto. En comparación con el año pasado, los niveles de los embalses en este momento son "considerablemente peores", escribió en un correo electrónico la subdirectora del Departamento de Evaluaciones de Energía de la Comisión de Energía de California, Aleecia Gutierrez.
Otras fuentes de energía renovable podrían, con el tiempo, proporcionar energía más fiable a la red, reforzadas por tecnologías como instalaciones de baterías a escala de red. Pero por ahora, las pérdidas de energía hidroeléctrica probablemente significarán más generación de electricidad a partir de combustibles fósiles y, por tanto, más emisiones.