Nuevos estudios sugieren que simplemente agregar minerales o cultivar algas marinas podría ser una forma limitada o costosa de eliminar el dióxido de carbono
Los océanos son impresionantes esponjas de carbono. Ya capturan una cuarta parte del dióxido de carbono (CO2) producido por el hombre cuando las aguas superficiales reaccionan con el gas de efecto invernadero en el aire o cuando los organismos marinos lo tragan a medida que crecen.
Su eficacia ha generado crecientes esperanzas de que de alguna manera podamos acelerar esos procesos naturales para aumentar esa cantidad que los océanos capturan, lo que ayudaría a frenar el cambio climático.
Una idea que está ganando atención e inversiones es introducir minerales que podrían retener el carbono en los océanos.
Pero un estudio publicado la semana pasada en la revista Frontiers in Climate sugiere que podría haber limitaciones a una versión prometedora de esta estrategia, que se basa en un mineral volcánico conocido como olivino. En teoría, agregar olivino molido debería aumentar la alcalinidad del agua de mar, algo que ayuda a convertir el CO2 del agua en una forma estable y permite que los océanos absorban más dióxido de carbono de la atmósfera.
Los investigadores del Centro GEOMAR Helmholtz para la Investigación Oceánica en Alemania disolvieron recientemente arena de grano fino compuesta principalmente de olivino en agua de mar artificial. Descubrieron que, durante un período de 134 días, la alcalinidad del agua en realidad disminuyó. Según los investigadores, este y otros factores redujeron la cantidad de CO2 eliminado por un factor de cinco en comparación con el potencial teórico del olivino.
Otros grupos de investigación también han descubierto que la disolución de olivino en agua de mar artificial y filtrada produjo un aumento en la alcalinidad menor de lo esperado, señaló el estudio. Un artículo reciente en preprint encontró resultados igualmente confusos para otros minerales que se esperaba que aumentaran la alcalinidad del océano.
Mientras tanto, varios estudios han planteado dudas sobre un enfoque diferente relacionado con el océano: cultivar algas marinas y hundirlas para absorber y almacenar carbono.
Encontrar formas viables de reducir los gases de efecto invernadero será vital en las próximas décadas. El informe de las Academias Nacionales de EE UU de diciembre del año pasado sobre la eliminación de carbono de los océanos señaló que el mundo podría necesitar absorber 10.000 millones de toneladas adicionales al año para mediados de siglo para limitar el calentamiento a 2°C.
Según el grupo de investigación Ocean Visions, aumentar la alcalinidad del océano teóricamente podría eliminar decenas de miles de millones de toneladas cada año por sí solo. Pero el informe de las Academias Nacionales señaló que eso requeriría extraer, moler y transportar rocas en escalas más o menos similares. Este proceso también tendría consecuencias ambientales sustanciales.
Los nuevos estudios no han dado la última palabra definitiva sobre si alguno de estos métodos sería una forma factible de ayudar a alcanzar esos objetivos de eliminación de carbono.
Pero uno de los autores del estudio de olivino y estudiante de doctorado en GEOMAR, Michael Fuhr, resalta que sus hallazgos sugieren que este enfoque "no es tan fácil como se esperaba hasta ahora". Añade que podría funcionar bien solo en ciertos lugares donde la química del océano es adecuada. Eso podría incluir zonas donde las aguas son de baja salinidad, pero ricas en sedimentos orgánicos, lo que aumenta la acidez.
Fuhr y otros creen que se necesitarán más experimentos de laboratorio y trabajo de campo para determinar si este método funcionaría bien en el mundo real, cuáles serían las condiciones ideales o si otros materiales son más prometedores.
La investigadora del Instituto Alfred Wegener para la Investigación Polar y Marina Maria-Elena Vorrath escribió en un correo electrónico que el estudio mostraba que el proceso del olivino no funcionaba de la manera que suponíamos. Pero resaltó que ese mineral seguía siendo "uno de los métodos más permanentes y prometedores que nos brindaba la naturaleza".
"Solo hay que entenderlo y leer la guía", escribió y señaló que la mezcla de agua y otras variables en los océanos reales podrían alterar los resultados observados en el laboratorio.
La empresa Proyecto Vesta ha planeado realizar una prueba de campo en el Caribe durante varios años, lo que implicaría esparcir arena del olivino por las playas o en aguas poco profundas. También ha estado realizando experimentos de laboratorio, ensayos de toxicología y planificando pruebas de campo en la costa este de EE UU, asegura el director ejecutivo de la compañía, Tom Green.
Proyecto Vesta comenzó como una organización sin ánimo de lucro, pero actualmente es una corporación de beneficio social: tiene el doble objetivo de obtener ganancias y lograr el bien social. La esperanza es poder vender créditos de carbono por cualquier gas de efecto invernadero eliminado con olivino, según Green.
Una lista de nuevas start-ups trabajan en otras formas de aumentar la alcalinidad del océano, a través de técnicas que incluyen procesos electroquímicos, como Ebb Carbon, Planetary Technologies y Seachange, que ya han vendido por adelantado toneladas de eliminación de carbono que esperan lograr a empresas como Shopify y Stripe.
Además, el estudio de las Academias Nacionales de EE UU pidió establecer un programa de investigación estadounidense de 125 millones de dólares (112,6 millones de euros) para estudiar si es posible desarrollar formas de ampliar o acelerar estos procesos, identificar los efectos secundarios ambientales y descubrir cómo medir y verificar de manera fiable si se está produciendo la eliminación de carbono.
"La geoquímica oceánica tiene mucha complejidad", señala el profesor visitante de la Universidad Northwestern (EE UU) Wil Burns, que se dedica a la eliminación de carbono. "Tendremos que hacer muchas iteraciones de esta investigación, en condiciones muy distintas y a diferentes escalas, para sacar conclusiones y poder llevarlo a cabo a gran escala y monetizarlo", concluye.