La World Weather Attribution afirma que la acumulación de gases de efecto invernadero aumentó en 150 las probabilidades de este evento meteorológico sin precedentes. Y lo peor es que este fenómeno extremo fue más grave de lo que predicen los peores modelos de cambio climático
Sí, la culpa es del cambio climático. El calentamiento global provocado por el hombre ha sido el responsable de incrementar la virulencia de la ola de calor que se llevó la vida de centenares de personas la semana pasada en el noroeste del Pacífico de EE. UU. y Canadá.
Según el análisis de World Weather Attribution, la acumulación masiva de gases de efecto invernadero en la atmósfera hizo que este evento meteorológico sin precedentes fuera 150 veces más probable. El equipo de científicos internacionales concluye que la ola de calor extremo habría sido "virtualmente imposible" sin el cambio climático, que ya ha calentado el planeta alrededor de 1,2 ˚C.
Los científicos pasaron mucho tiempo resistiéndose a atribuir cualquier evento meteorológico al cambio climático, manteniendo la idea general de que haría que las olas de calor, las sequías, los incendios y los huracanes fueran cada vez más frecuentes y severos. Pero el aumento de los registros de datos satelitales, el mayor poder de computación y las simulaciones climáticas de mayor resolución han hecho que los investigadores se sientan más seguros de afirmar, a menudo en cuestión de días, que el calentamiento global ha aumentado sustancialmente las probabilidades de algunos desastres específicos. (Ver 10 Tecnologías Emergentes 2020: la responsabilidad del cambio climático).
Las temperaturas extremas de la semana pasada batieron los récords de temperatura de todos los tiempos en varias ciudades y pueblos de la región, dejaron sin electricidad a decenas de miles de hogares y en Washington y Oregón (EE. UU.) más de 2.000 personas acudieron a urgencias por enfermedades relacionadas con el calor.
Hasta ahora, las autoridades han informado sobre más de 100 muertes relacionadas con el calor en esos estados, según distintos medios de comunicación. Además, hubo casi 500 "muertes repentinas e inesperadas" en Columbia Británica (Canadá), unas 300 más de lo normal durante el período correspondiente de los últimos cinco días.
El escenario más probable es que las temperaturas globales más altas simplemente empeoraron las consecuencias de las inusuales condiciones atmosféricas que ocurrieron la semana pasada, cuando un llamado domo de calor atrapó el aire caliente en una gran extensión de la región. De ser cierto, los investigadores afirman que algunos eventos similares podrían ocurrir una o dos veces por década si las temperaturas aumentan hasta los 2 ˚C.
La posibilidad más preocupante, aunque menor, es que las emisiones de gases de efecto invernadero hayan empujado al sistema climático más allá del umbral conocido, donde el calentamiento planetario provoca aumentos más pronunciados de lo esperado sobre las temperaturas extremas. Esa teoría requerirá más investigación. Pero significaría que las olas de calor severas superarán los niveles que predicen los modelos climáticos actuales, según afirman los investigadores.
En un comunicado, la codirectora de World Weather Attribution y directora del Instituto de Cambio Ambiental de la Universidad de Oxford (Reino Unido), Friederike Otto, afirma: "Se supone que no se deben batir récords en cuatro o cinco grados Celsius. Se trata de un evento tan excepcional que no podemos descartar la posibilidad de que estemos experimentando extremos de calor que creíamos que llegarían más adelante con niveles más altos de calentamiento global".
Se espera otra ola de calor en los próximos días que subirá las temperaturas de nuevo en algunas partes del noroeste de EE. UU.