En lugar de dedicarse a reducir el carbono de sus propias actividades, el cual aumenta cada año, el gigante va a financiar proyectos de compensación de bajo coste, los cuales pueden sobrestimar la cantidad de carbono almacenada y provocar un aumento de la explotación maderera en otras regiones
En abril, Amazon anunció que aportaría 10 millones de dólares (8,55 millones de euros) a un par de proyectos diseñados para pagar a los propietarios de los bosques de los montes Apalaches (EE. UU.). El dinero debía ayudar a los dueños a mejorar la gestión de sus terrenos para capturar más dióxido de carbono del aire.
Ambos proyectos representan algunas de las primeras inversiones del Fondo Climático Right Now de 100 millones de dólares (85, 5 millones de euros) del gigante, una iniciativa para apoyar el uso de "soluciones climáticas basadas en la naturaleza", como bosques, praderas y humedales, para absorber más gases de efecto invernadero. Amazon lo lanzó el año pasado en asociación con la organización de conservación sin ánimo de lucro The Nature Conservancy, como parte de su esfuerzo por alcanzar la neutralidad de emisiones de carbono en 2040. Juntos, están desarrollando estrategias para que Amazon y otras empresas financien a terceros para prevenir o eliminar suficientes emisiones de carbono para contrarrestar las de sus propias operaciones.
Pero, en nombre de MIT Technology Review, los científicos responsables de investigar estas compensaciones han analizado una de las propuestas para los bosques en el este de EE. UU. Según sus conclusiones, el proyecto podría exagerar significativamente su capacidad de eliminar carbono. Además, varios estudios y artículos han señalado en repetidas ocasiones problemas similares con otros programas de compensación diseñados para incentivar la absorción adicional de carbono a través de los árboles y el suelo.
Eso genera preocupaciones reales a medida que cada vez más grandes empresas, incluidas Amazon, Microsoft e incluso gigantes del petróleo y el gas como Shell, anuncian sus planes de "cero emisiones netas", los cuales dependen, en gran medida de compensaciones basadas en la naturaleza para contrarrestar teóricamente su continua contaminación climática.
Reducir los costes para los propietarios
Los árboles absorben carbono del aire a través de la fotosíntesis y lo almacenan en sus troncos, hojas, raíces y ramas. Los bosques sanos con árboles grandes generalmente capturan más carbono que los bosques superpoblados, donde los árboles más pequeños y otros tipos de vegetación compiten por el agua, la luz solar y el espacio. Cuando los árboles se caen y se pudren, o se cortan y se convierten en productos como papel, gran parte del carbono se vuelve a liberar a la atmósfera.
La organización The Nature Conservancy se asoció con la American Forest Foundation para crear un nuevo protocolo de compensación diseñado para permitir que los propietarios de pequeñas extensiones de terrenos de bosques obtengan créditos por tomar medidas para absorber y almacenar más carbono.
The Family Forest Impact Foundation, una filial de la American Forest Foundation, pagará a los propietarios por llevar a cabo dos prácticas: fomentar el crecimiento de los árboles más altos cosechando menos de lo planeado previamente, y eliminar los arbustos competidores y otros tipos de vegetación. Los dueños deben mantener estas nuevas prácticas durante 20 años y 10 años, respectivamente.
The Family Forest Impact Foundation, a su vez, venderá los créditos por el carbono adicional que se acumula en esas propiedades a empresas como Amazon en los mercados de la compensación voluntaria.
Hasta ahora, los propietarios familiares de terrenos no han participado mucho en dichos mercados porque puede ser complicado y costoso cumplir con esos programas. "Los mercados de bosques de carbono existentes no funcionaban para los pequeños propietarios", afirma la directora del Programa de Carbono de Bosques Familiares de la American Forest Foundation, Christine Cadigan. Al suavizar algunos de los requisitos más complicados, los grupos creen que pueden reducir los costes en un 75 %, asegura.
Las organizaciones están trabajando con otra organización sin ánimo de lucro Verra, que acredita los protocolos de compensación, para "revisar y validar" el método. En el segundo esfuerzo financiado por Amazon, conocido como Forest Carbon Co-ops, The Nature Conservancy está colaborando con Vermont Land Trust para desarrollar un programa similar para los propietarios de los terrenos de bosques en un área de entre 80 hectáreas y 800 hectáreas.
Amazon afirmó que la suma de ambos programas reduciría o evitaría la liberación de 18,5 millones de toneladas métricas de dióxido de carbono hasta 2031. Además de la subvención de 10 millones de dólares (8,55 millones de euros), la compañía también se ha comprometido a comprar compensaciones por un valor de cinco millones de dólares (4,27 millones de euros).
Sobrestimar la captura de carbono
Sin embargo, varios investigadores externos que han analizado la propuesta temen que el programa podría estar sobrestimando las reducciones de carbono reales de varias formas.
La mayor señal de alerta para la investigadora del Centro de Política Pública Medioambiental de la Universidad de California en Berkeley (EE. UU.) Barbara Haya consiste en cómo el programa se ocupa de lo que se conoce como "fugas", las cuales ocurren cuando la reducción de producción maderera asociada a los proyectos de compensación de carbono simplemente se traduce en un aumento de la extracción en otros lugares.
Haya asegura que algunas investigaciones previas sugieren que más del 80 % de tales reducciones sencillamente pueden traducirse en una mayor producción de madera en regiones vecinas o incluso en otros países. Pero, según las reglas para la práctica de la cosecha reducida, los propietarios de estos terrenos generalmente solo tienen en cuenta una tasa de fuga del 10 % en sus cálculos.
Esto sugiere que, aunque las iniciativas en bosques familiares reduzcan una cantidad significativa de carbono adicional, gran parte del beneficio podría desaparecer al aumentar la explotación en otros lugares, lo que limitaría los beneficios climáticos reales.
Algunos analistas también están preocupados por cómo se auditarán los proyectos para garantizar su cumplimiento. Una de las formas clave en la que el programa promete un menor coste de la participación consiste en eliminar la obligación de que los topógrafos acudan y realicen evaluaciones detalladas de cada sitio del proyecto.
En lugar de eso, el programa plantea usar una agregación de parcelas de muestra en bosques similares para determinar qué debería suceder en el terreno del proyecto en ausencia del programa, teniendo en cuenta las prácticas forestales habituales de la región. Luego compararán esas cifras con las mediciones de campo del carbono almacenado adicional a lo largo del tiempo de una "muestra aleatoria de propiedades estadísticamente significativa" incorporada en el programa, para determinar cuánto más carbono se debería ahorrar o eliminar mediante sus prácticas.
El fisiólogo vegetal en Black Rock Forest y en la Universidad de Columbia (EE. UU.) Grayson Badgley opina que este enfoque lograría una contabilidad precisa a lo largo del tiempo. Pero cree que será complicado asegurarse de que todas las suposiciones sean correctas y que las parcelas se seleccionen y ponderen correctamente para reflejar las condiciones y las prácticas de manejo de los terrenos en los proyectos inscritos.
Uno de los riesgos consiste en que las prácticas forestales que se supone que son comunes en la zona podrían ser más representativas de las grandes empresas madereras que de los propietarios familiares. Este error exageraría el volumen de producción maderera que se habría producido sin el programa, lo que sobrestimaría las reducciones de carbono conseguidas.
Finalmente, existen preocupaciones adicionales sobre si el programa depositará suficientes créditos para cubrir los contratiempos que podrían ocurrir si los propietarios simplemente aumentan la cosecha al final de los términos del contrato de 10 años o 20 años, o como resultado de los riesgos naturales para los árboles como los incendios forestales, tormentas e infestaciones de insectos, todos los cuales están aumentando con el cambio climático.
Cadigan destacó en un correo electrónico que todavía estaban en proceso de aprobación y trabajando en varios ajustes basados en comentarios públicos y otras sugerencias. Pero, también dijo que confiaban en que sus metodologías generarían una mejora sostenida en las prácticas forestales y estimarían con precisión la eliminación adicional de carbono a lo largo del tiempo.
"Cuando los propietarios establecen una nueva gestión, en realidad tiene más sentido económico para ellos mantener este enfoque y, como resultado, habrá un impacto positivo a largo plazo", escribió.
Riesgos a gran escala
El programa de bosques familiares es solo uno de los numerosos esfuerzos de compensación de carbono en los que Amazon tiene intención de invertir o de donde quiere comprar créditos. La compañía también anunció planes de proporcionar más de cuatro millones dólares (3,4 millones de euros) a un programa de "arboricultura urbana" en Alemania, otro proyecto de The Nature Conservancy.
Amazon también está tomando medidas para reducir sus propias emisiones corporativas de forma directa. Ha invertido en más de 30 proyectos solares y eólicos a gran escala en todo el mundo y ha colocado paneles solares en las azoteas de docenas de centros de distribución y clasificación, como parte de su esfuerzo por funcionar completamente con electricidad renovable para 2025. También acordó comprar 100.000 camionetas eléctricas de reparto de Rivian con la idea de garantizar que la mitad de sus envíos tengan "cero carbono neto" para 2030.
Además, la compañía cofundó y firmó el esfuerzo Compromiso Climático (The Climate Pledge), para conseguir que otras corporaciones importantes se comprometan a alcanzar "cero carbono neto" para 2040, al que se han sumado empresas como Best Buy, Siemens y Verizon.
En respuesta a la consulta de comentarios de MIT Technology Review, la empresa afirmó: "Amazon quiere implementar estrategias de descarbonización a través de cambios comerciales e innovaciones, que incluyen mejoras de eficiencia, energía renovable, reducciones de materiales y otras estrategias de eliminación de emisiones de carbono. Como parte del Compromiso [Climático], se recomienda a las empresas que tomen medidas para neutralizar las emisiones restantes con compensaciones adicionales, cuantificables, reales, permanentes y socialmente beneficiosas. Trabajamos en estrecha colaboración con The Nature Conservancy para identificar los proyectos basados en la naturaleza, fundamentados en la ciencia, que muestran su clara intención, integridad y transparencia".
Pero, entre sus instalaciones corporativas, centros de datos, operaciones y proveedores, Amazon deja una huella de carbono masiva que siguió creciendo en el último recuento. El año pasado emitió el equivalente a más de 50 millones de toneladas métricas de dióxido de carbono, directa o indirectamente. Eso es bastante más que las cerca de 44 millones de toneladas que emitió en 2018.
Como la mayoría de las empresas, Amazon no ha especificado qué parte de sus emisiones espera abordar mediante las compensaciones basadas en la naturaleza. Pero, de acuerdo a un número creciente de investigadores, depender excesivamente de las compensaciones supone grandes desafíos si la mayoría de estos programas tienden a sobrestimar las reducciones reales.
Permite a las empresas apoyar a los clientes, a los legisladores y a otros que operan de manera climáticamente neutra, mientras continúan produciendo, a toneladas, más gases de efecto invernadero de los que eliminan con estos programas.
Otro problema es que el creciente número de proyectos basados en la naturaleza está creando conjuntos más grandes de compensaciones de carbono de bajo coste, cuya disponibilidad puede socavar la viabilidad de los métodos de captura de carbono más seguros.
Las empresas que piensan en términos finales probablemente elegirán una compensación forestal de aproximadamente 10 dólares (8,5 euros) para compensar la misma tonelada de gases por la que la start-up suiza Climeworks cobra 1.100 dólares (940 euros) para su eliminación segura y para almacenarla permanentemente, utilizando máquinas de succión de dióxido de carbono y las formaciones geológicas subterráneas. (En concreto, Microsoft ha dicho que solo está dispuesto a pagar 20 dólares (17 euros) por cada tonelada compensada, ya que tiene la intención de anular todo su historial corporativo de emisiones. Algunos analistas creen este enfoque que lo alejará de los medios más seguros de la eliminación de carbono).
A una corporación como Amazon le resultará mucho más barato comprar créditos de compensación que abordar los aspectos más difíciles de las reducciones de sus propias emisiones corporativas, como eliminar todas las de su proceso de envío o asegurarse de que su amplia red de proveedores sea libre en carbono.
"Básicamente, se está otorgando a estas grandes corporaciones una licencia para que sigan llevando a cabo sus negocios como de costumbre", opina el científico conservacionista Sam Davis, de la organización medioambiental sin ánimo de lucro Dogwood Alliance, enfocada en proteger los bosques en el sur de Estados Unidos. Y añade: "Si realmente debemos y queremos abordar el cambio climático desde una perspectiva corporativa, entonces no podemos pagar la deuda con créditos de carbono y con greenwashing o ecopostureo".
Los modelos climáticos muestran que el mundo ya está obligado a reducir las emisiones en miles de millones de toneladas de dióxido de carbono al año hasta mediados de siglo para prevenir los niveles más peligrosos del calentamiento global. Pero existen limitaciones sobre cuánto se puede lograr mediante bosques y otros sistemas basados en la naturaleza.
La profesora asistente del Medio Ambiente y Sostenibilidad en la Universidad de Búfalo (EE. UU.) Holly Buck cree que lo ideal sería que estas opciones se reservaran para las partes realmente difíciles de resolver del rompecabezas de la descarbonización, como la aviación, la industria pesada y el metano de la agricultura, o que se usaran para otorgar a los países en desarrollo un margen de maniobra para seguir emitiendo durante un poco más de tiempo hasta que sus economías prosperen.
En otras palabras, existen riesgos reales si las empresas ricas de los países ricos compran una parte desproporcionada de las fuentes más baratas de eliminación de carbono mientras tienen muchas otras formas de llevar sus emisiones a cero.