La idea consiste en capturar dióxido de carbono atmosférico y utilizarlo para producir combustibles sintéticos capaces de alimentar un avión supersónico. Para que funcione, el carburante deberá tener una alta densidad energética y equilibrar sus costes frente a los tradicionales, sin aumentar las emisiones
Dos empresas se han unido en un proyecto que podría ofrecer una prueba clave de nuestra capacidad de usar combustible sintético, fabricado con dióxido de carbono capturado del aire, para reducir las emisiones creadas por la aviación.
Carbon Engineering, la compañía de captura directa de carbono desde el aire con sede en Columbia Británica (Canadá), ha firmado un acuerdo con la start-up Aerion de Nevada (EE. UU.), que está desarrollando un avión comercial supersónico conocido como AS2, para analizar si el combustible derivado de las máquinas de aspiración de CO2 podría servir para realizar vuelos comerciales neutros en carbono.
¿Y qué? Esta colaboración es importante por dos razones principales. Primero, muestra un posible modelo de negocio que podría ayudar a las empresas que trabajan en la captura directa de carbono del aire a escalar y rebajar los costes de un proceso que podría resultar crucial para reducir el dióxido de carbono atmosférico.
En segundo lugar, esta asociación evaluará nuestra capacidad para reducir las emisiones de los aviones y de otras fuentes mediante el uso de combustibles sintéticos, una tecnología más avanzada que el tipo de baterías de próxima generación necesarias para electrificar completamente las aerolíneas. El transporte aéreo comercial produce alrededor del 2,5 % de las emisiones globales, y es uno de los sectores técnicamente más difíciles de limpiar.
Desafíos: la química requerida para producir combustibles sintéticos, que implica combinar hidrógeno con dióxido de carbono, es bastante sencilla. Lo complicado será llevarlo a cabo de una manera relativamente asequible y sin producir grandes emisiones. Eso requerirá usar electricidad procedente de energías renovables para el funcionamiento de la fábrica de captura directa de carbono del aire y para separar el agua para producir una forma limpia de hidrógeno.
Todavía queda por ver si Carbon Engineering es capaz de producir combustibles con la densidad energética necesaria para mantener por completo un vuelo supersónico y cuánto más caros serán estos combustibles frente a los convencionales.
En resumen: al final, los vuelos seguirían generando emisiones, al igual que algunas partes del proceso de capturar carbono, y producir y distribuir el combustible sintético. Pero si los cálculos salen bien, todo eso equivaldría a la cantidad de dióxido de carbono que Carbon Engineering ha eliminado desde el principio, lo que significa que los vuelos no añadirían más emisiones a la atmósfera.