ZeaChem comienza sus trabajos de construcción en Oregon, aunque los planes en otras localizaciones se han estancado o han sido reducidos de tamaño.
ZeaChem, con sede en Lakewood, Colorado, ha comenzado la construcción de una planta de demostración de 250.000 galones al año en Boardman, Oregon, que producirá sustancias químicas a partir del azúcar y, finalmente, etanol a partir de la madera y otros materiales celulósicos.
En un principio, la planta de ZeaChem convertirá el azúcar en acetato de etilo, un disolvente utilizado en la fabricación de pinturas y para descafeinar el café. Su tecnología utiliza organismos que transforman los azúcares en ácido acético, que luego se convierte en acetato de etilo. En un año, ZeaChem planea agregar equipamiento a este proceso para así permitir la producción de etanol celulósico. Esto incluye un proceso termoquímico que descompone la madera, convirtiendo la celulosa en azúcares que luego pueden ser suministrados a los organismos productores de acetato de etilo. El proceso de descomposición de la madera deja tras de sí un residuo de lignina, que ZeaChem gasifica para producir hidrógeno. El hidrógeno se utiliza para convertir el acetato de etilo en etanol.
La planta está programada para comenzar la producción de acetato de etilo y etanol el año próximo. ZeaChem espera iniciar la construcción de una planta comercial de 25 a 50 millones de galones al año de etanol celulósico para 2012, según afirma el director general de la compañía, Jim Imbler, aunque sólo después de haber puesto en marcha una planta comercial de acetato de etilo.
Los planes de ZeaChem para aplazar la fabricación de biocombustibles reflejan los retos económicos que hasta ahora han evitado que la producción comercial de etanol celulósico a gran escala se haya desarrollado tan rápidamente como muchos esperaban. Un estándar de combustible renovable convertido en ley a finales de 2007 requiere el uso de 100 millones de galones de etanol celulósico en Estados Unidos este año, y subirá hasta 16 mil millones de galones en 2022. Sin embargo hasta ahora ninguna planta comercial está en funcionamiento, según la Biotechnology Industry Organization (BIO), un grupo comercial que representa a empresas de biocombustibles. La Agencia de Protección Ambiental de los EE.UU. anunció en febrero que estaba reduciendo los mandatos a sólo 6,5 millones de galones, que podrían ser suministrados por las centrales de demostración a pequeña escala y las nuevas instalaciones que se espera comiencen sus operaciones este año. Eso representa una subida desde los aproximadamente 3,5 millones de galones producidos en 2009. El estándar de combustible renovable requiere que se usen 250 millones de galones de etanol celulósico el próximo año, aunque la BIO estima que se producirán cerca de 30 millones de galones en las plantas previstas. La EPA planea anunciar en noviembre cualquier cambio dentro de las exigencias para el próximo año.
Varias empresas han tenido que retrasar o reducir la escala de sus planes para la creación de plantas de etanol celulósico. Por ejemplo, Range Fuels, con sede en Broomfield, Colorado, anunció en 2007 que esperaba abrir una instalación comercial de 20 millones de galones al año en 2008, aunque lo ha retrasado hasta este año y ha reducido la capacidad a 10 millones de galones. "La recesión económica ha detenido gravemente los progresos en la comercialización de los biocombustibles de celulosa", afirma el director general de Range Fuels, David Aldous. "La recesión ha restringido el acceso al capital, lo que ha detenido el avance de una serie de plantas comerciales de biocombustibles de celulosa que habían sido anunciadas en 2008".
Mascoma, con sede en Lebanon, New Hampshire, ha construido una planta de demostración de 200.000 galones al año en Nueva York, aunque estaba previsto inicialmente que tuviera una capacidad de alrededor de medio millón de galones anuales. Los planes para una planta que produciría de 20 hasta 40 millones de galones al año en Michigan se están retrasando desde 2012 hasta 2013, a causa de una serie de problemas para asegurar la financiación, y a pesar de la ayuda del gobierno.
Imbler desde ZeaChem afirma que la recesión está ayudando de alguna manera, disminuyendo los costes de materiales y facilitando la contratación de buenos trabajadores. La estrategia de la compañía para hacer que el negocio sea un éxito financiero y atraiga inversiones para las plantas a escala comercial consiste en comenzar por la producción de acetato de etilo, que "requiere alrededor de la mitad del equipamiento y se vende por el doble del precio del etanol, por lo que es un producto ideal con el que comenzar", asegura. Otras empresas de biocombustibles están adoptando un enfoque similar--a la búsqueda de productos de alto valor para compensar los altos costes, al menos inicialmente. ZeaChem planea incorporar la tecnología en una planta de etanol de maíz ya existente para la producción comercial de acetato de etilo. "Si todo va bien, esa planta podría entrar en funcionamiento a finales del próximo año", afirma. A eso le seguiría una planta comercial dedicada únicamente al etanol celulósico. Podríamos cambiar entre vender ácido acético, acetato de etilo o etanol, dependiendo del mercado.