Se estima que la parálisis de la economía asociada a la pandemia provocará una reducción global de emisiones del 4 % este año. Aunque la cifra final dependerá de cómo se desarrollen las cosas, para evitar un aumento superior a 1,5 ˚C la disminución debería ser del 6 % anual durante la próxima década
El esfuerzo global para detener la propagación del mortal coronavirus (COVID-19) ha paralizado gran parte de la economía mundial, lo que ha dado lugar a un experimento imprevisto sobre su impacto en las emisiones de carbono.
El PIB de China se desplomó casi un 40 % durante los primeros tres meses del año (sobre una base anual del ajuste estacional). Se estima que el PIB de EE. UU. podría caer entre un 30 % y un 50 % hasta el verano. Y la producción económica de Gran Bretaña podría reducirse un 25 % este trimestre. La gran esperanza para evitar un colapso es que las economías se recuperen a partir de mitad de año, a medida que la pandemia vaya desapareciendo, pero es probable que la producción anual disminuya en muchos países. El PIB de EE. UU., por ejemplo, podría caer alrededor del 5 %, según una estimación.
¿Qué supondrá todo esto en términos de emisiones globales? Probablemente una disminución de alrededor del 4 % en 2020, según una nueva estimación de CarbonBrief, basada en un análisis de los conjuntos de datos que representan aproximadamente las tres cuartas partes de las emisiones mundiales.
Esta reducción anual sería mayor que la que se ha logrado con cualquier recesión económica o guerra previa, según el editor adjunto de esta esta plataforma, Simon Evans. Pero también pone de relieve cuán enorme y desafiante es el trabajo que el mundo tiene por delante para reducir las emisiones a una velocidad y volumen lo suficientemente grandes como para combatir el cambio climático.
Para evitar un calentamiento de 1,5 ˚C sobre niveles preindustriales, el mundo debería reducir las emisiones un 6 % cada año durante la próxima década. En otras palabras, incluso después de paralizar gran parte de la economía durante meses, incluido el comercio mundial, los viajes y la construcción, es posible que este año aún seamos incapaces de reducir la contaminación lo suficiente para evitar este peligroso nivel de calentamiento.
Y es casi seguro que las emisiones volverán a subir en cuanto las economías vuelvan a la normalidad, que es lo que ocurrió después de las recesiones anteriores. De hecho, China ya ha vuelto a sus niveles de contaminación habituales, solo unos meses después de la culminación del brote allí.
CarbonBrief quiere destacar que la cifra del 4 % es una estimación aproximada, basada en los datos limitados y sujeta a cambios en función de cómo se desarrolle la pandemia y de la reacción de las economías en las próximas semanas y meses. La relación entre las caídas económicas y las bajas emisiones también dependerá de qué industrias sean las más afectadas, señala. El sector hotelero y el ocio, por ejemplo, podrían sufrir mayores pérdidas que el sector energético que tiene un mayor consumo de carbono.
Pero este hallazgo subraya los límites de los cambios en el estilo de vida y las reducciones en la demanda de los consumidores, como disminuir los viajes en coche y en avión, para bajar las emisiones. Se trata de un recordatorio más de que debemos revisar fundamentalmente nuestra forma de generar electricidad, fabricar bienes, producir alimentos y desplazarnos.