A medida que suba el nivel del mar y aumenten las inundaciones, habrá zonas que acaben sumergidas. aeropuertos en riesgo, posibilidades de que se contaminen las plantas de tratamiento de agua, de que las centrales eléctricas se paren... Pero la ciudad ya tiene un plan para hacerle frente
Hasta hace unos años, Parque Hunter's Point South Waterfront de Long Island (EE.UU.), era un vertedero industrial. Ahora es una versión moderna de las marismas que solían flanquear el East River, con un sendero para correr que zigzaguea a lo largo de la orilla sobre una berma cubierta de hierba y una cala llena de pastos de marisma para que el agua fluya hacia adentro y hacia afuera con las mareas.
El parque, terminado en 2017, también es una fortificación. La zona pantanosa está pensada para absorber las inundaciones causadas por las tormentas y por el aumento del nivel del mar, mientras que las colinas, bermas y muros de hormigón bloquean o reconducen las aguas para proteger el vecindario de las inundaciones.
Hace casi siete años, una crecida del río inundó la ciudad de Long Island durante la gran tormenta Sandy. El cauce se extendió por las calles y provocó daños en coches y sótanos. (También mató a más de 40 personas en Nueva York). Pero eso no logró que las personas se alejaran del agua.
Con el aumento del calentamiento global, la ciudad tendrá que reconfigurar gran parte de su tejido urbano, en concreto sus 837 kilómetros de costa. "Es una escala alucinante", asegura el planificador y encargado de investigación de datos en la independiente Asociación de Plan Regional (RPA, por sus siglas en inglés) sin ánimo de lucro, Ellis Calvin, mientras paseamos por la orilla. A mediados de este siglo, según las estimaciones del Panel de Cambio Climático de la Ciudad de Nueva York, las temperaturas de la ciudad podrían ser alrededor de 2 °C a 3 °C superiores, con varias olas de calor durante los veranos. El nivel del mar podría subir entre 28 y 53 centímetros hasta la década de 2050 y hasta 1,8 metros para 2100, lo que duplicaría el tamaño y la población de la zona de inundaciones de 100 años (el área que tiene un 1 % de posibilidad anual de inundación).
Nueva York está por delante de muchas ciudades costeras en sus planes para adaptarse al cambio climático. Pero según la RPA, un análisis de los planes estatales de recuperación por los desastres en Nueva York, Nueva Jersey y Connecticut (todos en EE.UU.), realizado por el profesor de arquitectura de la Universidad de Harvard (EE. UU.) Jesse Keenan indica que todavía faltan por ejecutar más de 24.000 millones de euros de inversiones planificadas para la recuperación de Sandy.
Adaptarse para resistir al cambio climático es un proceso caro y complejo. Siete proyectos en esta región obtuvieron fondos federales después de Sandy en un concurso de diseño llamado Rebuild by Design (Reconstruir con Diseño), pero varios años después, ninguno de ellos ha comenzado. El otoño pasado, la ciudad de repente cambió los planes para la primera fase de la "Gran U", un proyecto que crearía y conectaría unos 16 kilómetros de parques, barreras y muros contra las inundaciones. La ciudad rechazó un enfoque innovador que permitiría que el parque East River recién rediseñado se inundara parcialmente durante las tormentas. En lugar de eso, decidió invertir más dinero para elevar la altura del parque entre 2,5 metros y tres metros, agregando un terraplén que podría cubrir los hábitats naturales. La directora general de Rebuild by Design, Amy Chester, destaca que cuando las ciudades pasan de las ideas a la implementación, "gran parte de la innovación se descarta".
¿Cómo será la ciudad de Nueva York a medida que suba el nivel del mar? La ciudad tiene una idea, y algunos puntos sobre cómo lidiar con ella, en lo que se conoce como el Cuarto Plan Regional.
Fuente: Departamento de Urbanismo de la Ciudad de Nueva York; Asociación del Plan Regional
Más de dos millones de personas vivirán en zonas vulnerables a inundaciones
El plan contempla la adquisición de viviendas en comunidades propensas a inundaciones. Y recomienda la prohibición inmediata de nuevas construcciones en estas áreas y la reorientación de los fondos destinados al mantenimiento hacia la compra de viviendas.
El 40 % de las plantas de tratamiento de agua correrá un alto riesgo de contaminación o se secará
El plan contempla la creación de una red de sistemas de suministro de agua entre Long Island, Nueva York y Nueva Jersey, que ofrezcan alternativas en caso de que una fuente de agua acabe contaminada o destruida por una tormenta. El plan sugiere que esto lo podrían financiar los servicios públicos.
El barrio que acabará bajo el agua
Meadowlands, una zona de ocho hectáreas situada a solo ocho kilómetros de la ciudad de Nueva York, aloja una infraestructura esencial de almacenes, cercanías para pasajeros y trenes de carga, y carreteras hacia la ciudad. El plan regional exige la eliminación gradual de cada una de estas infraestructuras para ceder espacio al agua y convertirla en un parque nacional de humedales que crecerá a medida que aumente el nivel del mar.
Más del 60 % de la electricidad de la ciudad proviene de centrales que correrán un alto riesgo de inundación
El plan también exige que las centrales eléctricas existentes se modernicen, reemplacen, preserven o reubiquen, en función de cada caso. Sugiere instalaciones a prueba de inundaciones, cuando sea posible, elevándolas. Recomienda que las centrales eléctricas formen una red en caso de que se queden fuera de servicio durante una tormenta severa, y pide un incremento de sus capacidades de generación para hacer frente a la mayor demanda que probablemente ocurrirá durante los períodos de calor.
El metro, los ferrocarriles, las autopistas y los aeropuertos se inundarán con frecuencia
El aeropuerto de Teterboro (Nueva Jersey) maneja gran parte de la carga con destino a Nueva York. A mediados de siglo, podría estar sumergido bajo una capa de 30 centímetros de agua. El plan requiere su cierre paulatino. Los aeropuertos de Newark y JFK deberían ampliarse, según el plan, para soportar la capacidad adicional. Los sistemas del metro serán cada vez más peligrosos, dada la probabilidad de inundaciones y cortes de electricidad. El plan recomienda crear un organismo gubernamental para modernizar todo el sistema del metro, con fondos obtenidos de las tarifas de los conductores que entran a la ciudad, entre otras.