Las ventosas planicies de marea ofrecen energía verde cerca de las concurridas costas de China.
La primera granja china de energía eólica marina, un conjunto de 102 megavatios que se prevé estará completamente activado este mes en el delta del río Yangtze, cerca de Shanghai, parece ser el comienzo de algo grande. El gobierno chino anunció planes el mes pasado para aceptar ofertas de construcción de tres o cuatro grandes proyectos de energía eólica marítima, que generarían hasta 1.000 megavatios en total. La consultoría de energía Azure International, con sede en Beijing, predice que China instalará 514 megavatios de energía eólica marina en los próximos tres o cuatro años, y en 2020 se habrán invertido 100 mil millones dólares para instalar hasta 30.000 megavatios. Eso equivale a todas las granjas eólicas en tierra ya instaladas actualmente en China, que ya se ha erguido como el mayor mercado del mundo dentro de la energía eólica.
Los vientos marinos de China son más lentos que los de Europa porque cruzan Asia antes de llegar al mar, mientras que los vientos del Mar del Norte realizan viajes transatlánticos sin obstáculos. Sin embargo, el 40 por ciento de la población china vive a lo largo de la costa oriental. China está construyendo una súper red de transmisión para transportar energía hidroeléctrica, carbón y energía eólica desde la parte occidental del país, aunque Meyer afirma que los líderes de las provincias costeras ven el desarrollo en alta mar como una forma de inversión local. "China todavía tiene una economía muy proteccionista a nivel local. Hay un interés por parte de los gobiernos provinciales por apoyar la economía costera y el empleo mediante el apoyo de la industria eólica," señala Sebastian Meyer, director de investigación de Azure.
La situación eólica marina de China es análoga a la de los Estados Unidos, donde los estados de la costa este apoyan la energía eólica marina por encima de la construcción de una súper red interestatal que distribuya energía eólica procedente de la parte oeste del país. La semana pasada, por ejemplo, Cape Wind, que ha propuesto una granja eólica cerca de Nantucket, anunció que había hecho un pedido de 130 turbinas. La diferencia es que la primera granja de energía eólica marina en China, instalada por el principal productor de turbinas chino, Sinovel, está a punto de empezar a generar electricidad, mientras que Cape Wind ha estado esperando a conseguir el permiso federal desde que consiguió los permisos locales y estatales en 2008. El Secretario de Interior de los EE.UU., Ken Salazar, ha prometido una decisión en cuanto a Cape Wind para finales de este mes. La Administración Nacional de Energía de China, y la Administración Nacional Oceánica, emitieron en enero una serie de reglamentos conjuntos para el desarrollo de granjas eólicas marinas, en lo que se considera un intento por acelerar la industria.
Li Junfeng, subdirector del Instituto Chino de Investigación de Energía en Beijing, señaló a través de una presentación en un seminario sobre energía eólica marítima en Noruega el mes pasado que el desarrollo a corto plazo se centrará en el potencial de entre 100 a 200 gigavatios de energía eólica disponible dentro de las grandes planicies de marea. Destacó en particular a la provincia de Jiangsu, al norte de Shanghai, que posee un potencial de entre ocho y 10 gigawatios de potencial de energía eólica intermareal. Jiangsu es el único sitio costero entre los seis centros regionales de desarrollo de energía eólica designados por Beijing el año pasado. Se espera que cada sitio reciba por lo menos 10 gigavatios de instalación para el año 2020.
Las primeras granjas marinas a escala piloto de Jiangsu se encuentran en construcción: un proyecto de 30 megavatios ejecutado por Longyuan Group y un proyecto de seis megavatios desarrollado por el Proyecto de las Tres Gargantas, con sede en Hebei. En febrero, Shenhua Guohua Energy Investment, con sede en Beijing y subsidiaria del mayor productor de carbón de China, anunció que estaba considerando dos proyectos marinos de 300 megavatios en Jiangsu, que utilizarían turbinas de 3,6 megavatios, actualmente en fase de desarrollo por la compañía Shanghai Electric Wind.
Un reto técnico clave reside en la ingeniería que requieren los fondos marinos fangosos de las planicies de marea y los bancos de arena cambiantes, que necesitan distintas fundaciones y buques de instalación en comparación con aquellos desarrollados para su uso en el Mar del Norte. Guohua, por ejemplo, está desarrollando una novedosa fundación de base de acero para sus granjas eólicas de Jiangsu. En lugar de los monopostes de acero, de uso común en los proyectos del Mar del Norte, Guohua empleará cinco postes, de 56 metros de largo cada uno.
Mientras tanto, para los proyectos en aguas más profundas en el sur de China, el riesgo de tifón podría ser alto, según afirma Junfeng. En 2003, el tifón Maemi dañó gravemente las seis turbinas de una granja eólica en Japón, en Miyakojima Island, cerca de Okinawa. Ráfagas de viento de hasta 90 metros por segundo doblaron las torres de dos turbinas, arrancaron la fundación de una tercera, y rompieron las aspas del resto.
Además, las turbinas de Miyakojima eran relativamente pequeñas en comparación con las turbinas previstas para los planes de desarrollo marino en China. Varios fabricantes, entre los que se incluyen Sinovel y Goldwind, con sede en Xingjiang, están construyendo máquinas de cinco megavatios.
Los fabricantes chinos tendrán que esforzarse para demostrar que pueden construir un tipo de equipamiento lo suficientemente robusto como para resistir las operaciones en alta mar. Las deficiencias en cuanto a la calidad son moneda corriente dentro de la industria de turbinas china. Tal y como expresaba un informe de 2009 sobre el mercado chino de tecnologías de energía limpia, emitido por China Greentech Initiative, “los problemas de calidad reales y los percibidos en la manufactura nacional china de turbinas y componentes tienen un impacto negativo en la eficiencia de las granjas eólicas, y limitan las oportunidades de exportación."
Esas preocupaciones se pusieron de relieve el pasado otoño tras la entrega de fundaciones de monopostes defectuosas procedentes de un fabricante chino, e instaladas en una graja eólica marina de 500 megavatios localizada en Greater Gabbard, Reino Unido. La compañía Scottish and Southern Energy reconoció en febrero que los defectos de calidad en los postes de 65 metros de largo, y 650 toneladas de peso, habían logrado retrasar su proyecto.