Si acabamos inmediatamente con todas las centrales de carbón, coches, aviones y fábricas, y cerramos las infraestructuras fósiles al final de su vida útil, tendríamos un 64 % de probabilidades de lograrlo, según una nueva investigación. Pero hay más indicios de que no vamos a hacer ninguna de estas cosas
Un nuevo estudio señala que el mundo todavía podría evitar que la temperatura del planeta aumente 1,5 °C sobre niveles preindustriales. Ese es precisamente el objetivo que se fijó en el histórico acuerdo alcanzado la Cumbre del Clima de París (Francia). La mala noticia es que lo más seguro es que no lo hagamos.
Para tener un 64 % de probabilidades de mantener el pico del calentamiento global por debajo del 1,5 °C deberíamos eliminar cualquier infraestructura de combustibles fósiles al final de su vida útil y cerrar inmediatamente todas las centrales de carbón, coches, aviones y fábricas. Así lo afirma un reciente estudio de un equipo de investigadores de la Universidad de Oxford, de la Universidad de Leeds (ambas en Reino Unido) y otras instituciones, publicado recientemente en Nature Communications. En ese escenario, el mundo debería reemplazar todas esas instalaciones y máquinas con alternativas de cero emisiones de carbono, como las plantas solares y los vehículos eléctricos.
De hecho, el estudio destaca las consecuencias de las elecciones que tomemos como sociedad de este punto en adelante, teniendo en cuenta el ciclo de vida útil de nuestros activos que queman combustibles fósiles. Si esperamos hasta 2030 para dejar de usarlos, nuestras probabilidades de que la temperatura suba más allá de 1,5 ° C aumentarán significativamente, incluso aunque en ese momento jubilemos anticipadamente a todos los vehículos y las fábricas.
El documento elude la pregunta de si resulta factible detener todo nuevo desarrollo de infraestructura de combustibles fósiles, aunque lo más probable es que no lo sea. En cambio, hay indicios de que el mundo todavía pasará muchos construyendo centrales eléctricas, vehículos y otras máquinas que emiten de dióxido de carbono.
Las compañías chinas están planificando o construyendo centenares de centrales de carbón en todo el mundo, según The New York Times. India continúa invirtiendo miles de millones en nuevas instalaciones a carbón. Y los vehículos eléctricos representan solo una pequeña fracción de las ventas de coches a nivel mundial.
Y lo que es peor, existen grandes sectores de la economía que emiten gases de efecto invernadero para los que no existen alternativas limpias disponibles, como la aviación, la agricultura, el cemento y el acero.
Así que, mientras el estudio señala que el mundo podría, en teoría, evitar el calentamiento de 1,5 °C, lo que realmente subraya es que cada vez es menos probable que lo logremos. El escenario que describe sería difícil, si no imposible, de alcanzar bajo nuestras actuales realidades políticas, económicas y técnicas. (De hecho, otras investigaciones han descubierto que la infraestructura energética existente por sí sola ya es capaz de llevarnos a niveles catastróficos de calentamiento).
Pero aunque decidamos pasar por alto el umbral del 1,5 °C, 2 °C o incluso 3°C, el mensaje más importante permanece: cuanto antes nos alejamos de los combustibles fósiles, más reduciremos los daños y los peligros que están por venir.