Los dispositivos podrían ayudar a estabilizar la red, y hacer que la carga de vehículos eléctricos fuese más barata.
Esta primavera, GE empezará a vender su línea de “estaciones de carga inteligentes,” unos dispositivos que se comunican con las empresas eléctrica para optimizar la carga de los vehículos eléctricos. La tecnología podría ser crucial para asegurar que los vehículos eléctricos no estrangulen la red eléctrica, y podría ayudar a reducir las facturas eléctricas de los consumidores. Finalmente, y puesto que las estaciones eléctricas podrían ayudar a estabilizar la red, podrían permitir que las compañías eléctricas dependiesen más de fuentes de energía renovable intermitentes como la solar y la eólica.
Los productos de GE llegan en el mismo momento en que los fabricantes de automóviles están empezando a introducir una nueva ola de vehículos eléctricos. GM, Nissan y Ford, por ejemplo, tienen planeado empezar a vender vehículos eléctricos este año, algo que más tarde harán otros fabricantes. Aunque otras compañías ya ofrecen cargadores para vehículos eléctricos, los productos de GE podrían ser de gran importancia ya que están pensados para que funcionen con el resto de la infraestructura de “red inteligente” de la compañía, que va desde la planta eléctrica, a lo largo de la red, para llegar hasta los distintos aparatos dentro del hogar. La compañía también posee estrechas relaciones con las compañías de eléctricas, que podrían acelerar la adopción.
Los vehículos eléctricos podrían provocar un gran impacto en el uso de electricidad—la carga de un vehículo eléctrico constituiría alrededor de un 30 por ciento de la factura típica de un hogar, afirma Michael Kintner-Meyer, científico de investigación senior en el Laboratorio Nacional del Pacífico Noroeste en Richland, Washington. (Ayudó al desarrollo de un cargador inteligente para vehículos eléctricos, cuya licencia ha estado disponible a través de PNNL.) Si un numero demasiado elevado de personas deciden cargar sus vehículos durante las horas punta de uso eléctrico, eso podría forzar a las compañías eléctricas a utilizar plantas eléctricas “para horas punta” de alto coste y contaminantes para alcanzar los niveles de demanda, o incluso provocar cortes en el suministro.
Los cargadores inteligentes podrían ayudar a solucionar este problema. Al nivel más simple, los cargadores de GE permitirían a sus propietarios programar sus vehículos para que retrasasen la carga hasta la mitad de la noche, cuando la demanda es baja. Puesto que cada vez más compañías empiezan a utilizar “tarifas en función de la hora del día,” y que cobran menos por la electricidad consumida a mitad de la noche, por ejemplo, esta característica podrían ayudar a que los consumidores ahorrasen dinero. Sin embargo los cargadores también podrían responder ante señales de precio en tiempo real enviadas por las compañías eléctricas para provocar cambios en las cargas, haciendo que los vehículos eléctricos funcionasen como buffer, equilibrando las variaciones entre el suministro y la demanda.
Por ejemplo, los propietarios de automóviles podrían especificar a qué hora tiene que estar cargado el vehículo y el precio más alto que están dispuestos a pagar por la electricidad. Algunas personas preferirán cargar el automóvil inmediatamente, y por tanto estarán dispuestas a pagar el precio que sea. Sin embargo habrá otras a quienes les preocupe más mantener los costes bajos, o incluso promover el uso de energía renovable, afirma Luke Clemente, director general para la red inteligente en GE Energy. Estas personas podrían programar el cargador para que recargase el vehículo cuando el precio de la electricidad sea muy bajo—es decir, en los momentos en que las compañías de electricidad tengan capacidad de sobra. Una vez que se utilice una gran cantidad de cargadores inteligentes, eso crearía instantáneamente un mercado para el exceso de energía, ayudando a equilibrar el suministro y la demanda, lo que resulta esencial para mantener la red eléctrica en funcionamiento. De forma similar, si el suministro de energía cae—por ejemplo, cuando el viento deja de pronto de soplar—las compañías podrían rápidamente incrementar los precios, haciendo que los cargadores inteligentes detuviesen la carga, y por tanto reduciendo la demanda de electricidad.
El cargador de GE también puede devolver a la red la energía almacenada en las baterías del vehículo si se producen emergencias, como cuando la demanda aumenta rápidamente o alguna planta eléctrica deja de funcionar, señala Clemente. Los propietarios de automóviles que permitan a las compañías obtener energía de sus vehículos podrían obtener descuentos en las tarifas eléctricas. No obstante, esta característica probablemente no se use durante muchos años. Podría requerir el uso de cables e interruptores especiales en los hogares, así como una nueva regulación que gobierne este flujo de energía de doble dirección, además de que podría reducir la longevidad de las baterías de los automóviles, generando problemas en cuanto a las garantías.
En un primer momento, los cargadores inteligentes no serán necesarios—se tardará un tiempo hasta que los vehículos eléctricos y los híbridos conectables estén en la carretera en un número lo suficientemente alto como para afectar de forma significativa a la red eléctrica. Mientras tanto, y según afirma Kinter-Meyer, será importante que los sistemas de carga inteligentes se instalen de forma que los consumidores, y no las compañías, tengan el control final. De esa forma los consumidores podrían contar con que sus vehículos se cargarán cuando lo necesiten.