Aunque los primeros usos de la ultrafalsificación de contenidos tenían propósitos nefastos, en 2020, la tecnología de manipulación de contenidos ha encontrado sus primeras aplicaciones positivas y ha llegado a las masas gracias a documentales y programas de televisión, y 'apps' para que cualquiera pueda crearlos
Aunque los expertos llevan años avisando de la amenaza de las ultrafalsificaciones con IA para desestabilizar nuestra forma de entender la realidad, el verdadero motor de la desinformación este año han sido las falsificaciones baratas, es decir, contenidos adulterados de bajísima calidad
El reciente informe sobre antimonopolio tecnológico de EE. UU. no solo está lleno de errores sino que plantea el asunto como un tema de competencia en lugar de abordar los verdaderos problemas de las principales plataformas, como la desinformación, la privacidad y los ataques a la democracia
Un antiguo directivo de Facebook admite que utilizó estrategias de las tabacaleras sobre productos adictivos. Pero la comparación entre ambos sectores va más allá de la metáfora: la decisión de los líderes de las redes sociales de no luchar contra las noticias falsas tiene un coste para toda la sociedad
Las empresas de tecnología han asumido muchos aspectos de la gobernanza tecnológica, y lo han hecho casi sin reglas ni restricciones y basándose en sus intereses comerciales. Frente al autoritarismo digital de China y Rusia, los países democráticos solo tienen una opción: un organismo internacional independiente
Una campaña publicitaria, cuya emisión se prohibió en el último momento, presenta sendos vídeos ultrafalsificados del mandatario ruso y de Kim Jong-un, en los que advierten de que el país no necesita que interfieran en sus próximas elecciones, ya que arruinará su propia democracia por su cuenta
Castigar aplicaciones individuales como WeChat no es más que un parche cortoplacista que no aborda la raíz del problema: una economía global de 'apps' que recopila y monetiza todos los datos que puede. La única forma de solucionarlo es con una legislación sólida y democrática más parecida al RGPD de la UE
La red social dejará de admitir anuncios políticos la semana previa a las próximas elecciones de EE. UU. en un intento de no influir en los votantes. Pero esta estrategia no aborda la gran amenaza que las redes sociales suponen para la democracia: no es más que un lavado de cara
El nuevo estándar de Dfinity permitiría crear aplicaciones que se ejecutarían en la propia red en lugar de en servidores propiedad de Facebook, Google y Amazon. El Protocolo de Ordenadores de Internet (ICP) se suma a la lista de iniciativas que intentan que la web vuelva a ser un lugar democrático y libre
Aunque los CEO de Facebook y Twitter intentan aparentar que gobiernan sus plataformas desde la pluralidad y el debate, lo cierto es que toman decisiones unilaterales, inconsistentes y arbitrarias, basadas en el instinto y la supervivencia, sin responsabilizarse de ellas ni permitir que nadie les cuestione