Lo que empezó siendo un servicio para ayudar a los clientes en las tiendas de Alibaba se ha convertido en una empresa financiera con peso propio
Foto: Entre julio de 2013 y el 30 de junio de 2014, Alipay gestionó transacciones por valor de 669.000 millones de euros.
Hace no tanto, Jane Yang, una funcionaria de 26 años que vive en Pekín (China), pagaba el alquiler a su casero cada tres meses con un fajo de billetes de 100 yuanes (poco más de 14 euros). Para pagar los suministros: agua, electricidad e internet, iba a tres bancos distintos donde entregaba el dinero a un cajero. El proceso resultaba "largo y tedioso", recuerda. Aunque aparecían rascacielos y relucientes centros comerciales sin parar alrededor de la capital china, la mayoría de los residentes de clase media nunca habían visto ni usado una sencilla chequera.
Hoy Yang usa la aplicación Alipay, el servicio de pago en línea más popular de China, en su smartphone para trasferir dinero directamente a la cuenta de su casero. También paga sus facturas y el teléfono a través de Alipay, incluso tiene ahorros en su cuenta de mercado Yu'ebao en Alipay, donde el dinero consigue un mayor interés que en una cuenta tradicional. Yang no se había propuesto conscientemente cambiar sus costumbres financieras por completo, pero afirma que la nueva tecnología móvil se "lo puso muy fácil".
En octubre de 2014 Alipay tenía más de 300 millones de usuarios registrados en China (y 17 millones fuera de ella), según las cifras más recientes proporcionadas por la empresa. Muchos, como Yang, abrieron cuentas en un principio para comprar en Taobao.com y Tmall.com, los populares comercios electrónicos de la empresa matriz de Alipay, Alibaba, donde se vende de todo desde ropa de diseño hasta comida de mascotas.
El sistema de pago Alipay funciona de una forma muy similar a PayPal, salvo por el hecho de que los fondos se retienen en depósito y no se trasfieren hasta que los bienes hayan llegado a satisfacción del cliente. En una sociedad donde los compradores han aprendido a protegerse de la publicidad engañosa y los productos falsos, el sistema de depósito de Aplipay ha servido para aplacar las reservas de los consumidores y ha dado a las tiendas de Alibaba una ventaja inicial clave respecto a su rival, eBay.
Ahora mismo las tiendas de Alibaba venden bienes por valor de 300.000 millones de dólares (258.000 millones de euros) anuales, más que las ventas combinadas de eBay y Amazon. La empresa, que al contrario que Amazon no almacena y vende la mercancía en almacenes propios, empezó a cotizar en la bolsa de Nueva York (EEUU) en septiembre pasado, reuniendo 25.000 millones de dólares (unos 21.500 millones de euros), el mejor debut de la historia.
Alibaba y Alipay, que se convirtió en una empresa independiente en 2011, han ayudado a mover la rapidísima expansión del comercio electrónico en China, que ya es el segundo mercado electrónico del mundo. McKinsey Global Institute calcula que, para 2020, el comercio electrónico chino podría generar hasta 650.000 millones de dólares en ventas anuales (unos 559.000 millones de euros), y que el mercado chino "equivaldrá al actual de Estados Unidos, Japón, Rino Unido, Alemania y Francia combinados".
Aunque Alibaba ha sido el motor del pujante mercado de comercio electrónico en China, es posible que Alipay acabe teniendo un mayor impacto en la economía China. "Alibaba and Alipay forman parte integral del éxito del otro", afirma el consultor principal de China Market Research Group en Shanghái, Ben Cavender. El experto apostilla: "No me sorprendería que, a largo plazo, Alipay acabe siendo el negocio más importante, es muy flexible y tiene muchos usos potenciales".
Alipay debutó como un sencillo sistema de pagos electrónicos, pero se ha convertido en una aplicación (y sitio web) de servicios por derecho propio. Además de ayudar a los consumidores con las compras en línea, Alipay, con su inmensa base de usuarios, acaba de poner toda una serie de servicios financieros al alcance de personas que no contaban un acceso fácil a herramientas para hacer pagos, tener cuentas de acciones, y conseguir pequeños préstamos empresariales.
Ahora que los chinos se están acostumbrando a gestionar su dinero a través del teléfono, Alipay se enfrenta a la competencia de nuevas alternativas, como la función Weixin Wallet de Tencent, que permite hacer pagos móviles.
"Hoy en día, en China la innovación en los pagos móviles viene de la mano de las empresas de tecnología", afirma el experto en tecnología financiera y monedas digitales Zennon Kapron. La banca tradicional y el gobierno no son los actores principales.
Entre julio de 2013 y el 30 de junio de 2014, Alipay gestionó 4,8 billones de yuanes (unos 669.000 millones de euros) en transacciones, según la empresa. Tiene capacidad para procesar más de 10.000 millones de transacciones diarias. Durante la popular venta anual del "día de los solteros", similar al viernes negro en Estados Unidos, pero elevado a la enésima potencia, Alipay gestionó hasta 2,85 millones de transacciones por minuto, y el 54% de sus transacciones se hacen a través de teléfono móvil.
Kapron explica que la tecnología de base de Alipay es parecida a la de PayPal, pero la experiencia de usuario es bastante distinta. PayPal es conocido sobre todo como opción de pago, una pantalla a la que llegas al final de una transacción en un comercio electrónico, pero en el caso de Alipay, los clientes van directamente a la aplicación y sitio web para hacer pagos, comprobar sus inversiones o comprar entradas para el cien o billetes de avión. La presentación, según Kaspron, está diseñada "para gente que se ha acostumbrado rápidamente a usar sus teléfonos móviles para todo".
Con estas nuevas tecnologías de pagos móviles, China se ha saltado tanto las chequeras como las transacciones en oficinas bancarias. Jane Yang, por ejemplo, pasó directamente de pagar el alquiler en efectivo a pagarlo a través de Alipay. Según PricewaterhouseCoopers, el 79% de los consumidores chinos encuestados afirmaron estar de acuerdo con recibir cupones a través de sus móviles, comparado con el 53% que está de acuerdo a nivel global. Y el 55% de los consumidores chinos afirmaron que esperaban que su teléfono fuera la forma principal de hacer compras en el futuro, comparado con el 29% en el resto del mundo.
Es un cambio impresionante para un país que durante años parecía estar atascado en una era anticuada y poco tecnológica de servicios financieros. "Los bancos no han hecho nada porque el servicio sea fácil", afirma Cavender, quien señala que durante muchos años para pagar lo debido en una tarjeta de crédito había que hacer cola en una sucursal. No se podía hacer ni por correo ni en línea. Sólo quienes contaban con cantidades importantes que invertir y vivían cerca de sucursales de bancos grandes tenían un acceso fácil a opciones de gestión del dinero.
Estos cambios coinciden con un aumento generalizado de los ingresos en China y con el deseo del gobierno de construir una sociedad más basada en el consumo, observa el socio sénior y director de la oficina en Hong Kong de Boston Consulting Group, Tjun Tang. "Ahora mismo China probablemente esté a la vanguardia mundial a la hora de adoptar servicios financieros digitales", afirma.
Este artículo pertenece a nuestro Informe Especial: El dinero del mañana sin monedas ni billetes