Biotecnología
La vacuna contra el VPH: guerra entre los expertos y los padres que no quieren hablar de sexo
El tratamiento presenta altísimas probabilidades de evitar un cáncer potencialmente mortal. Sin embargo, las tasas de vacunación en países como EEUU siguen siendo insuficientes. Parece que parte del problema es no querer asumir que los adolescentes puedan mantener relaciones sexuales
Mandi Price nunca pensó que le diagnosticarían un cáncer a los 24 años. Era una estudiante universitaria sana que terminaba su último año cuando, durante una citología vaginal rutinaria, su ginecólogo encontró células anormales en su cuello uterino. Era cáncer de cuello uterino (o cáncer cervical) en etapa II.
Aún más devastador fue el hecho de que su cáncer se podía haber prevenido. Los médicos detectaron una cepa del virus del papiloma humano (VPH), la infección de transmisión sexual más común en los Estados Unidos, en las células cancerosas de Price. Esa cepa del VPH es susceptible a una vacuna llamada Gardasil. Pero Price nunca recibió la vacuna. Su médico de atención primaria no se la recomendó cuando era adolescente en el estado de Washington (EEUU). Si la hubiera recibido antes de infectarse con el VPH, no habría tenido cáncer.
Infografía: Porcentaje de adolescentes con la vacuna del VPH al día en los diferentes estados de EEUU
Price abandonó sus estudios para recibir tratamiento. Necesitó una cirugía para extirpar el tumor de su cuello uterino, luego se sometió a quimioterapia y radiación para matar cualquier tejido canceroso que quedara. En su cita de seguimiento pasado un año, los médicos encontraron que el cáncer se había propagado. Sufrió la quimioterapia durante otros seis meses. Ahora, a los 29 años, Price está en remisión y trabaja en Los Ángeles (EEUU). La joven recuerda: "La mayoría de mis veintitantos consistieron en estar en un hospital. Era aislante".
La vacuna Gardasil de Merck fue considerada un gran avance cuando fue aprobada por la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos en junio de 2006. Fue la primera vacuna que protegía contra varios tipos de cáncer. Pero más de una década después de que saliera al mercado, las tasas de vacunación en muchos lugares de los Estados Unidos, especialmente en los estados del Sur, Medio Oeste y Apalaches, siguen siendo mucho más bajas que las tasas de otras vacunas infantiles, demasiado bajas para detener la transmisión de las cepas más peligrosas del VPH.
En 2016, sólo alrededor del 50% de las niñas y el 38% de los niños habían recibido todas las dosis de la vacuna contra el VPH necesarias para estar completamente protegidos, según los datos publicados recientemente por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC). Estas cifras están ligeramente por encima de las del año pasado, pero aún no están cerca del 80% que los expertos en salud pública quieren lograr.
Gardasil está aprobada para proteger contra cánceres cervicales, vulvares y vaginales en niñas y mujeres de 9 años a 26 años, así como cáncer anal para el mismo grupo de edad en niñas y niños. Recientemente, también se ha demostrado que la vacuna protege contra cánceres orales en los hombres. El VPH causa alrededor de 32.000 cánceres cada año, siendo el cáncer de cuello uterino el más común entre las mujeres y los cánceres orales, los más frecuentes en los hombres.
La epidemióloga del cáncer de la Universidad Estatal de Ohio (EEUU) Electra Paskett afirma que todavía está sorprendida de que la adopción de la vacuna haya sido tan lenta. La experta critica: "Es una locura que no haya colas que den la vuelta a la esquina. Si se tratara de una vacuna para el cáncer de mama, estaríamos vacunando día y noche".
El problema al que se ha enfrentado la vacuna es su relación con un tabú en la cultura estadounidense: la actividad sexual entre los adolescentes. Alrededor de una de cada cuatro personas en los Estados Unidos, incluidos los adolescentes, están actualmente infectados con el VPH. Los proveedores de atención médica son el mayor obstáculo para aumentar la cifra de niños vacunados. Algunos médicos de atención primaria, como en el caso de Price, pueden no recomendarla en absoluto.
Para Merck, el fabricante de vacunas más grande del mundo, Gardasil ha sido una fuente de beneficios, aunque admite que la adopción de la vacuna ha sido sorprendentemente lenta. La compañía está tratando de aumentar las tasas educando a los profesionales de la salud.
El profesor de medicina preventiva y enfermedades infecciosas en la Universidad de Vanderbilt (EEUU) William Schaffner recuerda el entusiasmo inicial de la comunidad médica cuando salió Gardasil: "Pensé que la llegada de la primera vacuna explícitamente contra el cáncer, y el hecho de que era tan increíblemente eficaz y segura, sería inmediatamente recibida con fanfarrias y pétalos de rosa".
Diferencias regionales
En 2016 las tasas de vacunación en los estados de EEUU para las tres dosis fueron tan altas como el 73% entre las niñas en Rhode Island y tan bajas como el 31% en Carolina del Sur. Entre los chicos, Wyoming tuvo la tasa más baja, donde solo un 20% recibió la ronda completa de inyecciones.
En general, los adolescentes que viven en las principales áreas metropolitanas tienen muchas más probabilidades de recibir la vacuna que los que viven en las zonas rurales, que pueden ser más conservadoras socialmente y no tener acceso a ciertos servicios de salud. En algunos de estos lugares, los ingresos promedio de los hogares son inferiores a la media nacional, y los padres pueden no ser capaces de permitirse el lujo de llevar a sus preadolescentes o adolescentes a recibir la vacuna.
En algunos estados del país con bajas tasas de vacunación se dan las tasas más altas de cánceres causados por el VPH. En Mississippi, por ejemplo, sólo el 34% de las niñas y el 25% de los niños reciben todas las dosis necesarias de la vacuna. Este estado también tiene una de las tasas más altas de cáncer cervical relacionado con el VPH en el país. Wyoming presenta una situación similar, con altas tasas de cánceres asociados al VPH en hombres y mujeres.
Por supuesto, esas tasas de cáncer todavía no pueden estar vinculadas a las bajas tasas de vacunación de los estados. Hace poco más de una década que se introdujo Gardasil y muchos de estos casos de cáncer se dan en personas que eran demasiado mayores para recibir la vacuna cuando salió. Pero estas disparidades podrían crecer si más gente allí no recibe la vacuna.
La vacunación contra el VPH en los niños está especialmente rezagada en algunas áreas. Paskett, que ha estudiado el cáncer en la región de los Apalaches, dice que hay una percepción de que el VPH solo causa cáncer en las mujeres. "Muchos padres no saben que los niños deben ser vacunados", dice. Los niños y los hombres no sólo portan el VPH, sino que también pueden contraer cánceres relacionados con el VPH, como los cánceres anales, de pene, de garganta y de lengua.
Price recuerda que poco después de su diagnóstico de cáncer, instó a sus padres a que vacunaran a sus dos hermanos más jóvenes.
Dudas de los doctores
Un estudio de 2015 halló que algo más de la cuarta parte de los 776 pediatras y médicos de familia encuestados no respaldaba la vacuna contra el VPH. Alrededor de un tercio del total de médicos encuestados también dijo que tener que hablar de una infección de transmisión sexual les hacía sentirse incómodos.
La profesora asociada de medicina adolescente en el Centro Médico de la Universidad de Mississippi, Nneka Holder, dice que le resulta frustrante que muchos médicos no recomienden la vacuna contra el VPH porque piensan que significa que tienen que hablar con los padres sobre el sexo. La experta cuenta: "Normalmente a los pacientes no se les explica cómo se contrae la hepatitis o la meningitis. Entonces, ¿por qué debería ser diferente para el VPH?" Holder considera que los profesionales de la salud deberían centrarse en el aspecto de prevención del cáncer de la vacuna, en lugar de en cómo se propaga el VPH.
Incluso los proveedores de atención médica que sí hablan con los padres sobre la vacuna no siempre transmiten eficazmente su mensaje. Un estudio de 2014 reveló que el 47% de los médicos y enfermeras de atención primaria de Minnesota que preguntó a los padres por sus recelos sobre la vacuna dijo que carecía de tiempo para llevar el tema más allá y el 55% sintió que no podía cambiar la mentalidad de los padres.
Schaffner explica que los médicos que más consiguen que los padres acepten la vacuna contra el VPH son los que no llaman una atención especial sobre ella. En su opinión, la mejor táctica es que los médicos metan la vacuna contra el VPH entre otras vacunas recomendadas, como por ejemplo: "Es hora de que su hijo reciba las vacunas meningocócicas, de VPH y DTP".
Preocupaciones de los padres
Dado que la vacuna tiene poco más de 10 años, es demasiado pronto para saber cuántos casos de cáncer ha conseguido prevenir hasta ahora. Pero los ensayos clínicos demuestran que la vacuna proporciona casi un 100% de protección contra las infecciones cervicales causadas por ciertas cepas de VPH. Estas infecciones han caído un 64% entre las niñas adolescentes en los EEUU desde 2006, cuando se introdujo la vacuna. Grandes ensayos clínicos de la vacuna contra el VPH también han demostrado que es segura para niños y niñas.
Estos beneficios han llevado a estados de EEUU como Virginia, Rhode Island y Washington DC a adoptar mandatos en las escuelas públicas para la vacunación contra el VPH. Sin embargo, algunos padres todavía se sienten incómodos por la asociación de la vacuna contra el VPH con el sexo y piensan que sus hijos no la necesitan porque no son sexualmente activos. Esto ha llevado a los padres a formar grupos en oposición a tales mandatos.
La directora de uno de estos grupos, llamado Rhode Island contra la vacuna contra el VPH, Aimee Gardiner, dice que no ve al VPH como la "epidemia" que ella piensa que el CDC la ha hecho parecer. La responsable explica: "Para mí, el riesgo de desarrollar un cáncer de cualquier VPH es tan insignificantemente pequeño que no siento que la vacuna sea una necesidad". Gardiner tiene dos hijos, uno de los cuales no tiene la edad suficiente para recibir la vacuna y el otro no la ha recibido. Ella dice que no planea vacunarlos con Gardasil.
Es cierto que, en la mayoría de las personas, el sistema inmunológico elimina el virus de sus sistemas naturalmente. Pero para un pequeño número de personas el VPH persiste y puede volverse canceroso. Para esos pacientes, como Price, el cáncer puede ser una ordalía vital importante, por no mencionar que mucho más caro que una vacuna que cuesta alrededor de 125 euros por dosis.
Mirando hacia el futuro
Las tasas de vacunación contra el VPH continúan aumentando constantemente, pero los problemas asociados con su adopción podrían implicar problemas para otras vacunas en el futuro. Por ejemplo, durante años los investigadores han estado trabajando en una vacuna que protegería a las personas contra el VIH, el virus que causa el SIDA. Si una vacuna contra el VIH tuviera alguna vez éxito, podría enfrentarse a los mismos problemas. Los factores de riesgo del VIH (sexo desprotegido y uso de drogas intravenosas) lo hacen aún más tabú.
Otra preocupación es que el aumento de los sentimientos antivacunas que hacen que los padres dejen de vacunar a sus hijos afecten a los esfuerzos por expandir la cobertura de la vacuna contra el VPH.
Un factor que puede aumentar las tasas de vacunación es una nueva directriz del CDC anunciada en octubre de 2016. Los niños de 11 a 14 ahora sólo necesitan dos dosis de la vacuna contra el VPH con un intervalo de al menos seis meses en lugar de las tres que se recomendaban previamente. Los adolescentes de 15 años o más aún necesitan completar la serie de tres dosis. Este cambio puede aumentar la adopción de la vacuna, ya que las tasas de vacunación disminuyen después de cada dosis.
Para Price y otros pacientes con cáncer, la idea de no recibir una vacuna que pudiera prevenir algo tan terrible es inimaginable. La joven concluye: "Soy una gran defensora. Si tuvieras la oportunidad de prevenir el cáncer en tu hijo o hija, ¿por qué no lo harías?"