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Biotecnología

Un casco para prevenir la parálisis

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Un grupo de ingenieros está diseñando un casco que podría proteger la espina ante lesiones de gravedad.

  • por Lauren Gravitz | traducido por Francisco Reyes (Opinno)
  • 06 Enero, 2010

Los cascos se usan para todo, desde el fútbol americano hasta el hockey o para montar en motocicleta, y están construidos para proteger a la cabeza contra impactos. Cada nueva generación es mejor a la hora de disipar la fuerza y proteger contra concusiones y otros golpes en el cráneo. Sin embargo los cascos actuales poco pueden hacer por prevenir las lesiones espinales que acaban provocando las parálisis.

Un equipo de investigadores de la Universidad de British Columbia en Vancouver está trabando en un diseño que podría proteger a la espina dorsal durante una lesión en la cabeza. Cuando la cabeza de una persona golpea de frente un objeto plano, el impacto normalmente hace que el cuello se contraiga al tiempo que absorbe la peor parte de la fuerza. Si una vértebra rota se disecciona o daña la delicada espina dorsal, el resultado puede ser una parálisis permanente. Si la cabeza golpea un objeto formando un ángulo, puede que el daño no sea demasiado grande—es por eso que a los jugadores de fútbol americano se les enseña a atacar a los oponentes con las cabezas levantadas.

“Me interesó saber si existía una forma de convertir el impacto contra un objeto plano en un impacto contra un objeto en ángulo,” afirma Peter Cripton, el ingeniero mecánico y especialista en biomecánica en UBC que dirigió el proyecto. Él y sus colegas desarrollaron el casco “Pro-Neck-Tor”, que consiste en una carcasa exterior parecida a la mayoría de los cascos en el mercado actualmente, una carcasa rotante interior que sujeta la cabeza, y un mecanismo que conecta las dos.

“El objetivo principal de los cascos, tanto en deportes como en el transporte, es siempre prevenir las lesiones cerebrales. Estamos intentando hacer algo distinto,” afirma Cripton. “Estamos trabajando para crear un casco con la misma capacidad para prevenir concusiones, pero que también prevenga las lesiones en el cuello.” Durante su uso normal diario, la carcasa interior permanece inmóvil. Sin embargo cuando el casco se golpea con algo con la fuerza suficiente, el mecanismo interno se libera, y la carcasa interior gira, guiando a la cabeza como si hubiese golpeado una superficie angulosa en vez de una plana.

“Con sólo poner más cantidad de acolchado dentro de la cabeza no vamos a solucionar el problema de las lesiones en el cuello, e incluso puede que las empeore,” afirma el experto en lesiones biomecánicas John Melvin, profesor adjunto en la Universidad Wayne State de Michigan que lleva estudiando el problema desde 1968. “Es un problema difícil, aunque el enfoque que están siguiendo es único, y creo que tiene potencial. Tendrá que ser evaluado de muchas, muchas formas para asegurarnos de que es seguro—lo que no queremos es terminar causando lesiones cerebrales serias al tiempo que prevenimos una lesión en el cuello seria.”

El rediseño de los cascos es un negocio complicado, especialmente cuando no hay forma de ponerlos a prueba sin usar seres humanos vivos. (Los ‘dummies’ no funcionan, y los cadáveres no tienen la suficiente fuerza y posición en el cuello.) Sin embargo en los tests de simulación, los prototipos en 3-D de los cascos redujeron la fuerza en el cuello alrededor de un 50 por ciento. Una vez que los investigadores perfeccionen el diseño, individualizarán los cascos para los distintos deportes—fútbol americano, hockey y ciclismo, por ejemplo, en los que se tiende a sufrir distintos tipos de impactos.

El proyecto Pro-Neck-Tor acaba de recibir 150.000 dólares en una nueva ronda de financiación de los Institutos de Investigación de Salud en Canadá para ayudar a permitir la comercialización de la tecnología. Cripton y sus colegas esperan tener el casco listo para el mercado en alrededor de tres años.

Biotecnología

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