Un implante estimula la lengua para así tratar la enfermedad.
Al contrario que la mayoría de investigadores, los ingenieros de ImThera Medical puede que lo consideren un cumplido si alguien dice que su producto “te hace dormir”. El dispositivo experimental está diseñado para tratar la apnea del sueño, una enfermedad respiratoria capaz de interrumpir el sueño y provocar graves complicaciones, incluyendo un riesgo incrementado de enfermedades del corazón y derrames, así como una somnolencia durante el día tan grave que aquellos que la sufren a menudo se quedan dormidos al volante. El implante, que se enrolla alrededor de un nervio conectado a la lengua, se está poniendo a prueba en la actualidad en unas pequeñas pruebas clínicas en Europa.
La apnea del sueño es una de los traumas más comunes dentro del proceso de la respiración. Afecta hasta a un 4 por ciento de la población de los EE.UU., y ocurre cuando algo---normalmente un bloqueo, tal y como puede ser la lengua—detiene la respiración de la persona múltiples veces durante la noche. La depravación resultante de oxígeno y pérdida de sueño conduce a la fatiga a corto plazo, aunque también puede causar serios problemas de salud a largo plazo.
El estándar de oro de los tratamientos contra la apnea del sueño es una máquina CPAP (Continuous Positive Airway Pressure, o Presión Positiva y Contínua sobre el Conducto Aéreo), que mantiene el conducto aéreo abierto mediante la entrada forzada de aire a través de una máscara por la garganta de la persona. Sin embargo el dispositivo es muy ruidoso y poco cómodo, y casi la mitad de los usuarios de las CPAP no las pueden tolerar. Entre las terapias alternativas se incluye todo desde un dispositivo que cambia las posiciones relativas de la mandíbula superior e inferior, hasta la rotura efectiva de la mandíbula y su reposicionado, pasando por algo tan intrusivo como es el corte de una porción del paladar blando del paciente para incrementar la apertura del conducto de aire.
El dispositivo de ImThera sigue un enfoque distinto, uno que todavía no ha sido explorado ampliamente. El neuroestimulador se enrolla alrededor del nervio hipoglosal grande de la lengua, y distribuye pulsos eléctricos al nervio en hasta seis puntos distintos. “El objetivo es abrir el conducto de aire haciendo que la lengua no se caiga,” afirma Marcelo Lima, presidente de la compañía. Esto se consigue mediante la creación de tonicidad muscular en los laterales y por debajo de la lengua—músculos que alisan, endurecen, empujan la lengua hacia adelante y evitan que caiga hacia atrás y bloquee el conducto aéreo. La energía proviene de un generador de pulso recargable, del tamaño aproximado de un encendedor Zippo, que se implanta por debajo de la piel en el músculo pectoral en el pecho, y se conecta al electroestimulador con un pequeño cable de alimentación que sube hasta la garganta.
Lima probó el aparato por primera vez utilizando una fuente de alimentación externa en dos pacientes hospitalizados de Brasil. Los resultados fueron tan prometedores que un aparato más refinado ya es el centro de unas pequeñas pruebas clínicas con 12 pacientes en Europa; unas pruebas de mayor tamaño se espera que comiencen en los EE.UU. a mediados de 2010.
Sin embargo, no todo el mundo cree que usar la lengua como objetivo proporcione una solución amplia, principalmente porque las causas anatómicas de la apnea del sueño no se entienden bien. Las obstrucciones físicas—aunque incluyen la lengua—pueden estar localizadas en otro lugar y pueden ser difíciles de localizar en los pacientes a nivel individual. “Existen otros 16 músculos que pueden provocar la apnea del sueño,” afirma Lisa Shives, directora médica del Northshore Sleep Medicine en Evanston, Illinois. “Y en general, no sabemos exactamente dónde se localiza la obstrucción de una persona.”
No obstante, otros especialistas están interesados en ver lo que las pruebas muestran, especialmente dada la gran necesidad de encontrar nuevos tratamientos. “Creo que es un concepto intrigante y que merece la pena explorar,” afirma Susan Sprau, experta en sueño en la Universidad de California en Los Angeles. “Aplaudo el esfuerzo de esta compañía por trabajar en un método nuevo y poco convencional, y tendremos que esperar antes de ver si es un éxito.”
En comparación con la máquina CPAP, el dispositivo de ImThera tiene mejores probabilidades de alcanzar una cuota de cumplimiento del 100 por cien—una vez que el dispositivo es implantado, si funciona, el paciente tiene que hacer poco por mantenerlo funcionando. “Siempre es bueno tener otras alternativas,” afirma el neurólogo Alon Avidan, director asociado del Centro de Enfermedades del Sueño en UCLA. “Siempre nos encontramos con pacientes a los que les ha fallado todo. Antes de hacer un agujero en sus gargantas con una traqueotomía quirúrgica, esta es otro tipo de alternativa que quizá mejore la apnea del sueño sin comprometer o afectar de forma adversa la calidad de vida del paciente.”