Una novedosa técnica mejora los transplantes de médula espinal para los pacientes de leucemia.
Un transplante de células sanas de médula espinal puede que sea la única esperanza para muchos pacientes con leucemia mieloide, un tipo de cáncer que afecta a la producción de glóbulos blancos sanos. Sin embargo, después de que las células cancerígenas y el sistema inmunológico del paciente resultan derrumbados por la radiación y la quimioterapia, la reconstrucción de la capacidad inmune de la persona es un proceso delicado y potencialmente letal.
La donación de células inmunes proporciona una protección a corto plazo durante las semanas posteriores a la operación. No obstante estas células inmunes también atacan al cuerpo del anfitrión, provocando la mortal enfermedad del injerto contra el huésped (GVH, en sus siglas en inglés). En la actualidad, un grupo de científicos italianos e israelíes acaba de desarrollarse un novedoso sistema para prevenir esta reacción en los receptores de médula espinal, al tiempo que se les protege de infecciones peligrosas.
La clave reside en añadir unas células especiales inmuno-calmantes al material del transplante para prevenir que las células inmunes del donante ataquen al anfitrión, sin por ello comprometer su capacidad para combatir infecciones peligrosas. Los investigadores responsables del trabajo presentaron sus descubrimientos esta semana en la Reunión Anual de la Sociedad Americana de Hematología en Nueva Orleáns.
El problema con la GVH se ve agravado por el hecho de que la mayoría de los transplantes proceden de donantes parcialmente emparejados, dado que los emparejamientos perfectos—aquellos con proteínas compatibles, llamadas antígenos del leucocito humano—normalmente no están disponibles.
Cuando el paciente y el donante no se emparejan perfectamente, una alta dosis de células madre, que maduran hasta convertirse en células inmunes, pueden sufrir el rechazo. El principio ha sido aplicado con éxito en modelos animales por el coautor del nuevo estudio, Yair Reisner desde el Instituto de Ciencia Weizmann, en Rehovot, Israel.
Después del éxito obtenido con ratones, Reisner unió fuerzas con un grupo de investigadores de la Universidad de Perugia, Italia, para probar el método en más de 300 pacientes. La cuota de éxito de estos transplantes parcialmente emparejados fue similar a la obtenida tras los transplantes de donantes emparejados obtenidos a partir de registros internacionales de donantes de médula espinal. Para reducir el riesgo de GVH, las células T inmunes maduras se tienen que extraer, lo que significa que los niveles de infección letal post-tratamiento son altos.
En el último estudio, los investigadores italianos colocaron en 28 pacientes de leucemia un tipo de células inmunes reguladoras llamadas CD4/CD25+ que habían sido seleccionadas a partir de la propia sangre de los donantes. Estas células reducen la tendencia de las células T a atacar el tejido anfitrión, y se ha demostrado que previenen la GVH en los estudios con animales. Las células inmunes “calmantes” también han demostrado lograr mantener a raya el resto de respuestas inmunes, incluyendo los ataques autoinmunes sobre las propias células del cuerpo, sin por ello entorpecer la capacidad de las células inmunes de combatir una infección.
Las células CD4/CD25+ fueron inyectadas después de que las células cancerígenas y el sistema inmune del paciente hubiesen sido derrumbadas por el uso de radicación y quimioterapia en todo el cuerpo. Después a los pacientes se les proporcionó unos transplantes de médula espinal con células madre y células T maduras para ayudar a que los sistemas inmunes agotados pudiesen combatir las infecciones y los virus a corto plazo.
De todos los pacientes que recibieron el tratamiento completo, sólo uno desarrolló la GVH. Además, los investigadores afirman que la reconstitución de los sistemas inmunes de los anfitriones parecía ocurrir más rápidamente de lo normal.
El líder del estudio, Massimo Martelli, director de hematología y inmunología clínica en la Universidad de Perugia, afirma que el estudio muestra que la “terapia T-reguladora basada en células puede que sea una estrategia innovadora para mejorar el resultado de los pacientes que pasan por transplantes de médula espinal.”
“Esperamos que este nuevo método reduzca la mortalidad relacionada con las infecciones y con ello mejore los índices de supervivencia generales,” añade.
Armand Keating, director de hematología y profesor de medicina en la Universidad de Toronto, afirma que el nuevo método es una “forma interesante y potencialmente importante de regular las células T” en los transplantes de células madre dados a pacientes de leucemia.
Keating afirma que el método, si finalmente resulta validado, podría ser particularmente importante para las minorías étnicas que necesitan transplantes de médula. “La gran mayoría de los donantes que figuran en los registros son personas blancas de origen noreuropeo. Sin embargo con este método podría ser posible aceptar más emparejamientos parciales de miembros familiares cercanos como hermanos o padres, si son lo suficientemente jóvenes,” afirma. “Con este tipo de transplantes hay que moverse rápido. A veces un día puede marcar una gran diferencia, por lo que no hay tiempo para encontrar emparejamientos perfectos en el registro.”
Sin embargo, Keating enfatiza que es necesario llevar a cabo estudios más grandes y de mayor duración. “Con estos pacientes, las recaídas son siempre un motivo de preocupación,” afirma.