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Biotecnología

Una polémica terapia intenta que las mujeres infértiles tengan hijos propios

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El procedimiento, conocido como 'el bebé de tres padres', está prohibido o limitado a casos extremos en muchos países, así que la 'start-up' Darwin Life tendrá que hacerlo en su clínica de México. Su próximo paso será combinarlo con edición genética para crear niños de diseño

  • por Emily Mullin | traducido por Teresa Woods
  • 15 Junio, 2017

Foto: John Zhang ha fundado una empresa que ofrece un nuevo procedimiento de paternidad "triparental" a optimistas mujeres más mayores.

Un médico especializado en fertilidad de Estados Unidos ha lanzado una empresa con una arriesgada propuesta para mujeres maduras: introducir su ADN en el óvulo de una mujer joven para que puedan tener hijos 'propios'. La compañía, Darwin Life, nació de forma sigilosa el año pasado. Su fundador, John Zhang, había establecido anteriormente una clínica en Nueva York (EEUU), el Centro de Fertilidad Nueva Esperanza, para desplegar una innovadora tecnología de fertilidad llamada "transferencia nuclear de huso".

Esta tecnología fue desarrollada para evitar que las mujeres traspasen ciertas enfermedades raras a sus hijos. Zhang señala que también puede usarse para crear óvulos rejuvenecidos. Él lo considera como una "cura para la infertilidad" y dice que Darwin Life comenzará a ofrecerla a las mujeres de entre 42 a 47 años, una franja de edad en la que las posibilidades de quedarse embarazada disminuyen dramáticamente.

Zhang ya ha conseguido varios éxitos en el área de la fertilidad, y el año pasado logró que la tecnología funcionara en un proyecto en México. Para hacerlo es necesario usar unas delicadas agujas huecas para reemplazar los cromosomas del óvulo donado con los de la paciente.

Se trata de un proceso controvertido porque su eficacia aún no ha sido demostrada y porque algunos lo consideran como una forma de modificación genética. En marzo, después de un largo debate público, el Reino Unido se convirtió en el primer país en permitir que una clínica ofrezca un tratamiento similar, pero sólo cuando la pareja corre un riesgo muy alto de tener un hijo con una enfermedad genética potencialmente mortal.

En este vídeo de la clínica Nueva Esperanza, un técnico extrae el núcleo de un óvulo de donante y después introduce el ADN de otra mujer. El proceso, llamada "transferencia nuclear de huso", tiene por objetivo crear un óvulo sano para una mujer más mayor o portadora de una enfermedad genética.

La técnica es ilegal en EEUU, así que Zhang confirma que por ahora Darwin Life solo la ofrecerá en el extranjero. Explica que ya están evaluando a varias mujeres de más de 40 años que podrían beneficiarse.

La creación de la empresa está alarmando a algunos observadores que sostienen que el proceso es demasiado nuevo para comercializarse y que podría aumentar la demanda de donantes de óvulos. "Es un procedimiento biológicamente extremo y arriesgado", afirma la directora ejecutiva del Centro de Genética y la Sociedad, Marcy Darnovsky, cuyo grupo examina avances biotecnológicos. La experta añade: "Si hablamos de usar estas técnicas para [revertir] la infertilidad relacionada con el envejecimiento, sería necesario hacer experimentos en humanos a gran escala".

En un documento presentado a la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos, Darwin Life, que comparte el mismo domicilio legal en la ciudad de Nueva York que la clínica de Zhang, el responsable afirma que ha recaudado casi 900.000 euros en una ronda inicial de financiación, aunque no quiere nombrar a los inversores.

Primero en mover ficha

El procedimiento, al que coloquialmente se le conoce como el "bebé de tres padres", combina los genes de una mujer con el material joven del óvulo de otra persona, principalmente las mitocondrias, los orgánulos responsables de proveer de energía a las células. Dado que las mitocondrias poseen su propio pequeño número de genes, el niño resultante tiene tres padres a nivel genético.

La relación entre la infertilidad y el envejecimiento todavía no se conoce, pero Zhang y algunos expertos coinciden en que las mitocondrias defectuosas son una de las razones. Por eso Zhang cree que su técnica de aprovechar un óvulo joven ayudará.

El año pasado, Zhang y su equipo realizaron una transferencia nuclear de huso a los óvulos de una mujer con una rara enfermedad neurológica, el síndrome de Leigh, causada por mitocondrias defectuosas. Los padres, una pareja jordana, habían dado a luz a dos niños que murieron de la enfermedad.

Primero, Zhang consiguió un óvulo de una donante y eliminó su núcleo. En este óvulo genéticamente hueco inyectó  los cromosomas de la mujer jordana que había obtenido previamente de uno de sus óvulos. Entonces Zhang fertilizó el óvulo reconstruido con el esperma del padre, como ocurriría en durante un rocedimiento de fertilización in vitro (FIV). Aunque ese embrión fue creado en la ciudad de Nueva York, se trasladó al útero de la mujer en México debido a una ley estadounidense que en efecto prohíbe el uso de la tecnología dentro del país. El resultado del procedimiento: nació un bebé sano en abril de 2016.

Las preocupaciones sobre los "bebés de diseño" hicieron que el Congreso de EEUU prohibiera que la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) considere las solicitudes de investigación que incluyan cualquier tipo de embriones genéticamente modificados, incluyendo aquellos que hayan sido generados usando la técnica de transferencia nuclear.

Debido a esa burocracia reglamentaria, Zhang dice que Darwin Life seguirá haciendo embriones en los Estados Unidos, pero realizará los procedimientos médicos en la clínica de Nueva Esperanza en Guadalajara (México) o en otros países que cree que adoptarán la idea. El responsable detalla: "Por ahora, nuestra técnica de transferencia nuclear es muy parecida a un iPhone diseñado en California y ensamblado en China".

Preocupaciones de seguridad

El biólogo de desarrollo del Instituto Francis Crick de Londres (Reino Unido) Robin Lovell-Badge dice que el objetivo de Zhang de comercializar la tecnología resulta "preocupante" porque el procedimiento conlleva riesgos. Las mitocondrias defectuosas pueden terminar formando parte del embrión resultante y también hay posibilidades de que se produzca una incompatibilidad genética.

El propio informe de Zhang sobre el nacimiento de México, publicado en abril, revela que se produjo transferencia involuntaria de ADN defectuoso de la madre al óvulo donado, lo que podría provocar problemas de salud para el niño más adelante.

Lovell-Badge formó parte de un panel de expertos en Reino Unido que en noviembre recomendó que el país aprobara la terapia de reemplazo mitocondrial. Argumentaba que el riesgo merecía la pena, pero sólo en casos en los que el objetivo sea evitar enfermedades genéticas.

El experto detalla: "Entiendo el deseo de las mujeres de tener hijos y tener hijos genéticamente emparentados [con ellas]. Pero la relación riesgo-beneficio es diferente. Se trata de no tener hijos o de tener un hijo con una enfermedad terrible. No es exactamente lo mismo". La profesora adjunta de bioética de la Universidad de Sídney (Australia) coincide en que "es prudente limitar el uso del reemplazo mitocondrial para prevenir enfermedades bajo una estricta regulación y un protocolo de investigación, como en el Reino Unido".

Por su parte, el portavoz de la Sociedad Estadounidense de Medicina Reproductiva, un grupo industrial que representa a los médicos, Sean Tipton, señala que la decisión de Zhang de ofrecer el procedimiento en el extranjero es el resultado de esas restricciones. El experto matiza: "Cuando nuestro Gobierno entierra la cabeza en la arena al negarse a permitir que la FDA evalúe este tipo de procedimientos, estos esfuerzos se trasladan a lugares donde la supervisión no hace como queremos".

Bebés de diseño

Según Zhang, Darwin Life cobrará entre 70.000 euros y 110.000 euros por la transferencia nuclear de huso. Calcula que el mercado de la tecnología sería de unos 18.000 millones de euros al año, teniendo en cuenta cuántas mujeres no pueden concebir debido a su edad. De cerca de 8.700 intentos de FIV realizados por mujeres mayores de 42 años en EEUU en 2014, menos del 4% acabó en un embarazo exitoso, algo que demuestra cuánto pesa la edad en las probabilidades de éxito.

A Newson le preocupa que la comercialización de estos procedimientos a mujeres estériles "venda esperanza a mujeres a menudo muy vulnerables". Pero la fecundación in vitro ya es complicada, cara, físicamente agotadora e incierta. El precio medio de un tratamiento de FIV es de alrededor de unos 11.000 euros en EEUU, según la organización de Tipton, y muchas mujeres tienen que someterse a dos o tres rondas de tratamiento antes de quedarse embarazadas.

Zhang dice que las mujeres que pasan por la FIV ya están convencidas de quedarse embarazadas. Por esa razón, Zhang no cree que la necesidad de viajar a otro país para someterse al procedimiento las haga cambiar de opinión. Asegura que Darwin Life ya ha recibido cientos de solicitudes de padres potenciales.

Los planes de Zhang no acaban con la transferencia nuclear de huso. En el futuro, planea combinar la técnica con la edición genética para que los padres puedan seleccionar el color del pelo o de ojos, o quizá mejorar el coeficiente intelectual de sus hijos. El responsable concluye: "Todo lo que hacemos representa un paso hacia los bebés de diseño. Con la transferencia nuclear y la edición genética podríamos hacer todo lo que quisíeramos".

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