Tecnología y Sociedad
Matemáticas, física e ingeniería son las nuevas puertas de entrada para trabajar en Silicon Valley
Incluso una licenciatura en geología puede conducir a un empleo bien pagado como desarrollador de software. Las empresas cada vez demandan perfiles más diversos incluso a gente que se autoenseña a programar. La guerra de talento no ha hecho más que empezar
La economía sugiere que si los estudiantes universitarios detectan que la demanda de ciertas habilidades específicas aumenta, se produciría una estampida hacia carreras universitarias relacionadas. Durante años, las empresas de tecnología, los bancos e incluso las industrias tradicionales han estado contratando programadores, desarrolladores de software e informáticos a una velocidad sin precedentes. Desde 2010, los empleos para desarrolladores de software de aplicaciones han aumentado un 59%, con un aumento salarial del 15% en EEUU, según la Oficina de Estadísticas Laborales de EE.UU. Las noticias sobre ingenieros de tecnología que ganan más que los deportistas profesionales siguen haciendo titulares.
Entonces, ¿por qué no hay más estudiantes universitarios estadounidenses en informática? Las universidades estadounidenses sólo concedieron 59.581 títulos universitarios de informática o ciencias informáticas en 2015, el primer año en el que hay datos disponibles, según el Centro Nacional de Estadísticas de Educación de EEUU. Aunque se estima que el dato es un 7,8% mayor que al año anterior, los informes de los profesionales del reclutamiento indican que la cifra sigue sin estar a la altura de la demanda.
Hay varios ejemplos que intentan explicar este aparente déficit de crónico de formación. Las teorías lo tocan todo, desde las preocupaciones por que la informática parezca demasiado difícil hasta el sesgo de género dentro del campo. Pero un extenso nuevo estudio revela que tanto los estudiantes como los empleadores están encontrando una manera de evitar el problema: apuntarse a carreras menos obvias pero que también conducen a trabajos de software.
% de graduados que trabaja como desarrollador de software desglosado por especialización de estudios
- 5,6% Ingeniería aeronaútica
- 8,1% Astronomía y Astrofísica
- 30,3% Ingeniería informática
- 11,3% Ingeniería eléctrica
- 6,1% Matemáticas
- 8,2% Física
El estudio, que fue publicado en mayo por el Proyecto Hamilton del Instituto Brookings, utilizó datos recopilados entre 2010 y 2013 por la Oficina del Censo de EEUU para realizar un seguimiento de las opciones universitarias de 1,2 millones de graduados. Entre sus hallazgos: muchas personas que actualmente trabajan como informáticos, desarrolladores de software y programadores dedicaron sus años de universidad a especialidades de ciencias tradicionales u otros tipos de ingenierías, en lugar de la programación informática ni el desarrollo de software.
Entre los graduados en física, matemáticas, estadísticas e ingeniería eléctrica, hasta el 20% trabaja en campos relacionados con la informática. Al menos el 10% de las personas con licenciaturas en ingeniería aeroespacial, astronomía, ingeniería biomédica e ingeniería general ha hecho la misma migración. Incluso los departamentos universitarios de geografía, ingeniería nuclear y química envían entre el 3% y el 5% de sus graduados al desarrollo de software o campos similares, según informa el Proyecto Hamilton.
En la Universidad de Indiana en Bloomington (EEUU), decenas de estudiantes de matemáticas y ciencias han conseguido empleos en el sector del software, informa el director del Centro de Carreras Waller de la universidad, Joseph Lovejoy. Las compañías de bioinformática como Cerner y Epic Systems están interesadas en ingenieros de biología con conocimientos de codificación sin especialización en informática, añade. General Motors ha estado reclutando a matemáticos para puestos de analista y desarrollador de software.
Las matemáticas también están de moda en Microsoft. Dawn Klinghoffer, que analiza las tendencias de contratación de la gigantesca compañía de software, explica que las áreas de rápido crecimiento como el aprendizaje automático dependen de la capacidad de crear y afinar algoritmos altamente sofisticados. Por eso, Microsoft cada vez valora más a candidatos que han aprendido a programar por su cuenta pero también tienen un profundo dominio de las matemáticas complejas.
Klinghoffer añade que Microsoft ha estado "ampliando su red" de reclutamiento para adquirir talento y evitar quedar atrapada en las guerras de ofertas contra otros gigantes tecnológicos que intentan contratar a los mismos maestros de ciencias de la computación de las mismas universidades de élite. Estar dispuesto a considerar una gama más amplia de estudios ayuda a cumplir con los objetivos de una fuerza de trabajo diversa, dice Klinghoffer.
Entre las personas que escogen este camino alternativo a la informática está Luke Kanies, licenciado en Química por la Universidad Reed (EEUU). Sin tener claro qué quería hacer después de la universidad, dirigió varios centros de datos corporativos durante unos cinco años antes de fundar Puppet Labs, una compañía de gestión de software que ayuda a las grandes compañías a mantener cientos de programas informáticos tan actualizados y compatibles como sea posible. Kanies recuerda sus comienzos poco ortodoxos como una ventaja. En Puppet Labs, sus colegas y él prueban el software de la misma manera que los químicos prueban sus modelos teóricos. El experto concluye: "Quieres saber si tu hipótesis puede sobrevivir a tus 10 experimentos más peligrosos".