Tecnología y Sociedad
La guerra interna de Microsoft entre revolucionar el futuro y generar ingresos
Frente a los últimos lanzamientos innovadores de la compañía, su último portátil es bastante aburrido aunque con muchas probabilidades de llenarle los bolsillos. Su intención de innovar debería ser aplaudida, pero debe tener cuidado con no hacerlo demasiado deprisa
Microsoft ha lanzado recientemente su nuevo portátil Surface. Es un dispositivo de lujo dirigido a universitarios, de aspecto elegante, bien equipado y de tamaño adecuado, y que opera con una nueva versión educativa de Windows. Su precio: 1.000 dólares (unos 913 euros). Surface está totalmente diseñado para comerse una parte del pastel del Macbook Air de Apple.
Pero también es el hardware más aburrido que Microsoft ha lanzado en los últimos años. Antes de él, la compañía hizo varios lanzamientos bastante más avanzados: el Surface Book, que rebosaba de detalles técnicos; un elegante PC convertible todo-en-uno llamado Surface Studio; y tal vez su mayor apuesta de futuro, su casco de realidad aumentada (RA), HoloLens.
Como resultado de esa ráfaga de innovación de Microsoft (y del estancamiento relativo de Apple), el año pasado parecía que la gente de Redmond (EEUU) estaba a punto de hacerse con el trono de la innovación que durante tantos años ha estado ocupado por el fabricante del iPhone. Ahora, resulta que Microsoft se toma en serio el lanzamiento de productos nuevos y futuristas, pero tal vez esté llevando las cosas un poquito demasiado lejos.
Bloomberg aprovechó el lanzamiento del nuevo portátil Surface para preguntar al equipo directivo de Microsoft sobre la estrategia de innovación de la empresa. Merece la pena leerse el artículo: describe la adopción relativamente reciente del hadware por parte de la empresa y retrata a una compañía que está creciendo deprisa, tomado decisiones audaces y cambiando de rumbo rápidamente cuando las cosas salen mal.
Pero, hacía el final del artículo, aparecen un par de citas reveladoras que sugieren que el reciente esfuerzo de la empresa por innovar no reafirma su autoridad sobre el rumbo con el que se ha comprometido, al margen de la demanda de consumo. El director de Marketing de hardware de Microsoft, Yusuf Mehdi, dijo: "No vamos a sacar un dispositivo que ya haya sacado otra empresa". Le siguió rápidamente el inventor del HoloLens, Alex Kipman, con la siguiente explicación: "El móvil ya está muerto. Pero la gente aún no se ha dado cuenta". De acuerdo con esto, el portátil Surface no sería más que una tecnología creada con la intención de generar ingresos y que cedería ante, por ejemplo, unas gafas de realidad aumentada con auriculares inalámbricos que aumenten cada centímetro de nuestra visión y audición.
Ahora bien, a largo plazo, tal vez Mehdi y Kipman tengan razón. La muerte del móvil tal y como lo conocemos tiene probabilidades de producirse en algún momento, pero incluso aquí en MIT Technology Review tenemos que reconocer que aún queda bastante para eso. Y existe un peligro real de que Microsoft intente desarrollar y vender el futuro antes de que el público esté preparado. Con la excepción de anomalías como el iPhone, eso a menudo no sale bien: ¿recuerdan lo que pasó cuando Google intentó eso mismo con el proyecto Glass?
Desde luego, el espíritu actual de innovación en Redmond debería ser aplaudido, y sus productos aún podrían ayudar a definir cómo utilizaremos la tecnología en el futuro. Pero como empresa, todo eso sólo tendrá sentido si se utiliza para desarrollar hardware que los consumidores quieran comprar y utilizar ahora mismo.
(Para saber más: Bloomberg, El día que Apple cedió el trono de la innovación a Microsoft, Por muchos iPhones que lance, Apple nunca volverá a repetir el éxito del primero)