El minado de datos permite saber en qué momento es más rentable cada servicio y ya hay una 'app' para compararlos en Nueva York
El servicio de taxi gestionado por crowdsourcing, Uber, está arrasando en todo el mundo. Los viajeros usan la aplicación para smartphones del servicio para solicitar un coche, y Uber reenvía la solicitud al conductor disponible más cercano para que haga la recogida.
Uber determina el coste de la tarifa, así que no hay intercambios de dinero en el coche. Las fija según el servicio que ofrece, la duración del trayecto y a veces la distancia recorrida. El precio también sube cuando la demanda es mayor. En la víspera de Año Nuevo en 2011, por ejemplo, las tarifas subieron siete veces más de lo normal.
Podría decirse que Uber ha alienado a los conductores oficiales de taxis en muchas ciudades de todo el mundo. La compañía ha tenido que enfrentarse a muchos ataques y problemas regulatorios. Pero aún así, sigue siendo muy popular.
Así que he aquí una cuestión interesante: ¿es Uber más barato que los taxis convencionales? Una respuesta nos llega gracias al trabajo de Cecilia Mascolo desde la Universidad de Cambridge (Reino Unido), que junto a varios colegas ha comparado los precios de Uber con los de los taxis amarillos en Nueva York (EEUU). Señalan que la capacidad de comparar los precios de esta forma debería ayudar a los viajeros a elegir las opciones más baratas y, por lo tanto, ayudar a controlar los costes para todos los usuarios de taxis.
El método del equipo es posible gracias a un petición de 2014 para liberar datos asociados con los viajes en taxis amarillos por Nueva York en 2013. Este conjunto de datos es enorme, cubre cientos de millones de viajes y suma unos 50 gigabytes. Incluye la ubicación de cada recogida y el destino final, además de la tarifa por cada trayecto.
Hacer una comparación con el precio de Uber en cualquier momento es sencillo. Mascolo y su equipo tomaron las coordenadas de cada viaje hecho en taxi amarillo en 2013 y preguntaron a Uber cuánto cobraría por el mismo viaje utilizando la versión más económica del servicio, llamada Uber X.
A continuación, Uber sugirió una tarifa mínima y máxima posible, que Mascolo y su equipo utilizaron para hacer un promedio. Luego compararon esta cifra con el precio del taxi amarillo.
Los resultados son interesantes. "Uber parece más caro para precios por debajo de 35 dólares (33 euros) y comienza a ser más barato sólo después de ese umbral", afirman Mascolo y sus colegas.
Eso es interesante porque la movilidad humana está caracterizada por un gran número de viajes cortos y un número relativamente pequeño de viajes largos. "Por tanto, esta observación sugiere que el modelo económico de Uber aprovecha esta tendencia de la movilidad humana para maximizar los ingresos", aseguran Mascolo y su equipo.
Hay dos cosas importantes a tener en cuenta en este trabajo. En primer lugar, los datos de taxis amarillos son de 2013, mientras que los datos de Uber son de 2014. Sin embargo, los precios de los taxis amarillos los fija la ciudad y cambiaron por última vez en 2012, después de permanecer constantes durante ocho años. Así que las tarifas de 2013 deberían ser un buen indicador de las tarifas de 2014.
En segundo lugar, los precios de Uber X varían según la demanda y Mascolo y su equipo no lo tuvieron en cuenta en sus comparaciones. Argumentan que la comparación es interesante y útil de todas formas. "Creemos que el proceso de comparar dos empresas distintas que proporcionan el mismo servicio en la misma área geográfica es valioso para los pasajeros", afirman.
Lo interesante de este trabajo es que abre la posibilidad de lograr una verdadera transparencia para los viajeros a la hora de elegir el servicio más rentable. "Nuestras observaciones muestran que, de media, podría ser financieramente ventajoso para los viajeros elegir entre taxis amarillos o Uber en función de la duración del viaje", afirman Mascolo y sus compañeros.
Para ayudar a los viajeros, el equipo ha desarrollado una aplicación llamada OpenStreetCab que permite a la gente comparar los precios de un viaje en Uber con el de un taxi amarillo. Por supuesto, este servicio sólo funciona en Nueva York, al menos hasta que el equipo tenga acceso a conjuntos de datos comparables de otras ciudades.
No está claro que eso pueda ser posible. Pero es un paso hacia una comparación de precios como la de las líneas aéreas para la gente que use taxis, y sin duda debería beneficiar a los consumidores a largo plazo.
Ref: arxiv.org/abs/1503.03021: OpenStreetCab: Exploiting Taxi Mobility Patterns in New York City to Reduce Commuter Costs