Los científicos han encontrado evidencias de iridiscencia en una pluma fosilizada de 40 millones de años de edad.
Mediante el uso de un microscopio de electrones para examinar las estructuras a nanoescala de una pluma de pájaro de 40 millones de años de antigüedad, un equipo de investigadores han determinado que, cuando vivían, los pájaros eran negros con un brillo iridiscente cobrizo verdeazulado, como los estorninos y los cuervos. La clave para averiguar esta información se encuentra en el descubrimiento que hicieron los investigadores de la Universidad de Yale, y que determina que las nanoestructuras en forma de vara de los especimenes plumíferos no son bacterias, sino remanentes de células pigmentadas llamadas melanosomas.
La iridiscencia en los pájaros plumíferos viene dada por la interferencia constructiva de la luz esparcida por las células; la forma en que la luz se esparce viene determinada por la distribución de los melanosomas, que se preservan no sólo en los fósiles de los pájaros sino en algunos dinosaurios y mamíferos también. Los investigadores de Yale esperan que esta técnica pueda utilizarse para obtener una mejor imagen de la coloración y los patrones de los dinosaurios y otras criaturas extintas. Este trabajo está descrito en la revista en internet Biology Letters.
Las nanoestructuras en esta pluma de 40 millones de años hicieron que en su día fuera iridiscente.
Fuente: Jakob Vinther/Universidad de Yale