Un nuevo método de análisis identifica fármacos capaces de atacar de forma selectiva a este tipo de células difíciles de localizar en los tumores.
Recientemente, una serie de evidencias han venido a demostrar que ciertos tipos de cáncer pueden persistir o volver a aparecer después del tratamiento debido a una pequeña población de células, llamadas células madre cancerígenas, que no son eliminadas y son capaces de generar nuevos tumores. Aunque los científicos no tienen claro aún qué papel juegan las células madre cancerígenas en la enfermedad, cada vez hay más evidencias de que estas células son particularmente resistentes a la quimioterapia y a la radiación, y que se pueden quedar en el cuerpo después del tratamiento.
Varios grupos de investigación han empezado a buscar substancias que logren acabar con estas células. Un nuevo enfoque, desarrollado por un equipo de investigadores del Instituto Whitehead para Investigación Biomédica y en Insituto Broad del MIT, así como Harvard, utiliza métodos de análisis de alto rendimiento para identificar componentes químicos capaces de atacar estas células de forma selectiva. En un estudio publicado hoy en Cell, los investigadores identifican un fármaco en particular que elimina las células madre cancerígenas en los ratones. Aunque aún no está claro si el fármaco podría ser útil en humanos, los investigadores creen que el estudio demuestra que es posible atacar estas células de forma selectiva.
Puesto que las células cancerígenas, que tienen la capacidad de crear nuevos tumores, puede que sigan en el cuerpo después de los tratamientos de quimioterapia y radiación, la búsqueda de métodos para eliminar estas células de forma específica puede que acabe suponiendo una forma de tratamiento más efectivo. Sin embargo, acceder y estudiar las células madre cancerígenas ha sido, hasta ahora, todo un reto puesto que existen muy pocas presentes en los tumores y son muy difíciles de generar y mantener fuera del cuerpo. Otros grupos han logrado, recientemente, hallar fármacos que atacan a las células madre cancerígenas de la leucemia y del cáncer de cerebro. En el estudio publicado en Cell, un equipo dirigido por los laboratorios de Eric Lander en el Instituto Broad y por Robert Weinberg en el Instituto Whitehead desarrolló una forma de generar una gran cantidad de células que imitan a las células madre cancerígenas epiteliales que se dan de forma natural; estas células se pueden mantener en este estado durante largos periodos de tiempo.
Los cánceres epiteliales son los tipos de cáncer más comunes en los adultos y afectan a la piel y al forro interior de los órganos del cuerpo. Mediante el uso de células de cáncer epitelial, los investigadores introdujeron un cambio genético en estas células, haciendo que tomasen las propiedades de las células mesenquimales, que forman el tejido conjuntivo del cuerpo. Piyush Gupta, coautor en el Instituto Broad, afirma que por razones que no se saben del todo, cuando esta “transición epitelial-mesenquimial” se lleva a cabo en células de cáncer de pecho, provoca el desarrollo de una gran cantidad de células que, según él, “no se distinguen de las células madre cancerígenas.” Estas células se pueden cultivar en placas y analizar robóticamente para ver su respuesta ante un gran número de componentes químicos.
Los investigadores utilizaron una biblioteca de 16.000 elementos químicos del Instituto Broad para buscar componentes que eliminasen estas células madre cancerígenas transformadas de forma más efectiva de lo que eliminaban las células de cáncer de pecho normales. Gupta explica que puesto que las células madre cancerígenas son normalmente resistentes a los fármacos, se necesita una cantidad de componentes químicos relativamente pequeña—sólo 32 componentes fueron identificados durante el análisis para su uso preferente en el tratamiento de células madre cancerígenas.
Después de unas pruebas iniciales con varios componentes, los investigadores se enfocaron en un fármaco llamado salonomicina. Compararon sus acciones a las de un fármaco que normalmente se utiliza en la quimioterapia con cánceres de pecho, paclitaxel (también conocido por su nombre de marca, Taxol), en células cultivadas de ratón. Aunque los tratamientos con paclitaxel llevan a una mayor proporción de células madre cancerígenas resistentes a los fármacos, la salinomicina tiene el efecto contrario, y reduce el número de células madre cancerígenas entre las células cultivadas alrededor de 100 veces más que el paclitaxel. El fármaco también redujo el crecimiento de los tumores de pecho en ratones, aunque la reducción fue menos pronunciada.
Gupta afirma que no está claro si la salinomicina puede acabar siendo un fármaco útil a nivel clínico, puesto que aún no se ha pueso a prueba en humanos. El equipo sigue estudiando este primer candidato a fármaco, pero también señala que “estamos dándole continuidad a algunos otros que creemos podrían resultar prometedores.”
Jeffrey Rosen, investigador de cáncer de pecho en el Baylor College of Medicine, en Houston, Texas, afirma que el estudio es un ejemplo inicial de lo que puede ser un giro dentro de la búsqueda de terapias contra el cáncer. “Resulta muy emocionante que algunos grupos estén empezando a ver los tumores no como entidades homogéneas sino como subpoblaciones de células a las que hay que atacar y que creemos son importantes dentro de la resistencia a los fármacos,” afirma. Sin embargo, Rosen señala que los resultados en los ratones no fueron tan prometedores como el rendimiento del fármaco en las células. Afirma que el campo del cáncer se ve dificultado por una falta de modelos animales para determinar qué fármacos podrían resultar relevantes para las terapias. El problema, afirma, es que “una vez que identificas un componente o un fármaco, ¿cómo das el siguiente paso y demuestras que realmente va a funcionar?”
Weinberg describe el estudio como “el primer paso en la dirección hacia la eliminación de este tipo de células en los tumores.” Él cree que incluso si el rol de las células madre cancerígenas en distintos tipos de cáncer aún no ha sido definido del todo, “no nos cabe la menor duda de que eliminar estas células va a ser una parte muy importante dentro de la búsqueda de curas a la enfermedad.”
Aunque este estudio se enfoca en el cáncer de pecho, los investigadores anticipan que el análisis podría aplicarse a cualquier tipo de cáncer epitelial. Gupta afirma que aunque el ataque de las células madre cancerígenas puede no ser necesariamente la “panacea” de los tratamientos contra el cáncer, “si tienes una subpoblación de células cancerígenas que son resistentes a los tratamientos estándar, lo que querrías es encontrar un componente que ataque a estas células.” Añade que un fármaco capaz de atacar a las células madre cancerígenas se podría utilizar en combinación con los tratamientos estándar para asegurarse de que este tipo de células resistentes no se mantengan vivas en el cuerpo.