Un novedoso gel capaz de filtrar el VIH podría proteger a las mujeres de este tipo de infección.
Un gel de polímero capaz de bloquear partículas virales podría, algún día, ofrecer a las mujeres una forma de protegerse contra una infección de VIH. El gel reacciona con el semen para formar una firme malla que bloquea el movimiento de las partículas del virus. El material, que aún está en su fase inicial de desarrollo, podría finalmente combinarse con los tipos de gel antivirales que en la actualidad se encuentran en fase de pruebas clínicas para, juntos, ofrecer una defensa dual contra el VIH.
Los científicos llevan trabajando en la creación de un gel microbicida contra el VIH desde hace más de una década. Este tipo de profiláctico, que las mujeres podrían utilizar sin tener que depender de sus compañeros, es de interés particular en áreas como el África Subsahariana, donde las cuotas de infección por VIH son altas y el uso de condones es relativamente bajo. Sin embargo, el desarrollo ha sido muy lento hasta ahora—una serie de productos no han logrado superar las pruebas clínicas.
La mayoría de los microbicidas tópicos que se están probando para la prevención del VIH contienen fármacos antivirales diseñados para bloquear la replicación del virus una vez que infecta una célula. El nuevo gel, que está siendo desarrollado por Patrick Kiser y sus colegas en la Universidad de Utah, en Salt Lake City, actúa en la primera fase de la infección—cuando el virus se mueve desde el semen hasta la superficie del tejido vaginal.
“Esta investigación pone énfasis en la mejora no de los fármacos sino del vehículo utilizado para distribuirlo,” afirma Ian McGowan, médico y científico en el Centro Médico de la Universidad de Pittsburg, y que no estuvo involucrado en la investigación. “Es un área a la que se le ha prestado relativamente poca atención, y la tecnología es muy interesante.”
Kiser y sus colegas desarrollaron un gel a partir de dos polímeros—PBA (ácido fenilborónico) y SHA (ácido salicilidroxámico)—que se puede extender alrededor de la vagina antes de la penetración. Con la introducción del semen, la vagina alcanza un nivel de pH más alto, lo que hace que las moléculas del gel se unan, creando una fina malla que evita que las partículas de VIH sigan su curso. “La idea es utilizar el semen para activar el gel y crear una barrera más efectiva,” señala Kiser.
En una investigación publicada esta semana en la revista Advanced Functional Materials, los investigadores demostraron en tests de laboratorio que el gel es capaz de bloquear el movimiento de las partículas de VIH, y que parece ser seguro al probarse en las células vaginales humanas. El siguiente paso es probar el gel en tejidos humanos recogidos de mujeres que hayan pasado por hiterectomías, para demostrar que la infección puede prevenirse.
“El hecho de aprovechar la fisiología normal de la vagina y alterarla para inhibir la transmisión del VIH es muy interesante,” afirma Craig Hoesley, especialista de enfermedades infecciosas en la Universidad de Alabama, en Birmingham. No obstante, puede que esto también acabe siendo un problema. McGowan señala que el cambio en el pH después del acto sexual puede ser variable, por lo que los investigadores necesitan demostrar que el gel puede reaccionar bajo condiciones químicas distintas.
Kiser y su equipo finalmente quieren combinar este tipo de gel con un fármaco antiviral para así bloquear tanto el movimiento del VIH como su replicación. Sin embargo, para ello aún hace falta llevar a cabo un gran número de pruebas, incluyendo tests de seguridad. Por ejemplo, para su uso en el África Subsahariana, el gel debe poder ser estable a distintas temperaturas. “También tendremos que ver si es compatible con los fármacos antivirales,” señala McGowan.