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Biotecnología

El plan para fabricar un genoma humano artificial obvia toda la ética del asunto

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El proyecto HGP-write, descrito en Science, no menciona nada sobre las posibles implicaciones de generar humanos a la carta, a pesar de sus posibles beneficios, como la resistencia al VIH

  • por Antonio Regalado | traducido por Teresa Woods
  • 06 Junio, 2016

La propuesta elaborada por un grupo de científicos y empresarios para sintetizar un genoma humano desde cero está generando duras críticas, ya que el proyecto pasa por alto las grandes cuestiones éticas que suscita un paso así.

La propuesta, descrita el pasado jueves en una carta de dos páginas y media que será publicada en Science, consiste en hilvanar ADN producido sintéticamente para formar con ella un genoma humano capaz de alimentar una célula sobre una placa, según los principales autores, Jef Boeke del Centro Médico Langone de la Universidad de Nueva York (EEUU) y el biotecnólogo George Church de la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard (EEUU).

Un equipo distinto produjo anteriormente una bacteria con genes fabricados en el laboratorio, pero el genoma humano es mucho más grande. Los defensores del nuevo plan, llamado HGP-write (que en inglés se refiere a 'escritura del Proyecto Genoma Humano') sostienen que un megaproyecto podría impulsar una pronunciada caída del coste de fabricar ADN del orden de 1.000 veces en 10 años. Este descenso contribuiría a revolucionar otros avances de la ciencia y la industria. Pero los 25 autores del trabajo guardan silencio sobre el inminente debate ético: ¿podremos fabricar personas con genomas artificiales, y de ser así, deberíamos?

"Antes de lanzar un proyecto tan transcendental, hay que plantearse algunas cuestiones", incluida si debería llegar a hacerse, según el biólogo sintético de la Universidad de Stanford (EEUU) Drew Endy. El experto critica: "Los autores no abordan estas cuestiones esenciales. De hecho, en su propuesta, no abordan ninguna cuestión ética".

Foto: George Church de la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard publicó un libro en 2012 en el que predijo que la biología sintética podría dar paso a humanos generados mediante la ingeniería genética resistentes a todos los virus. Crédito: Instituto Wyss.

Por suerte, Church es un exuberante futurista cuya mano en la elaboración del trabajo es evidente. Y el experto no sólo se había planteado ya estas grandes cuestiones, sino que también las contestó. En su libro de 2012 Regenesis: How Synthetic Biology Will Reinvent Nature and Ourselves (Regénesis: Cómo la biología sintética reinventará la naturaleza y a los seres humanos), Church describe el "punto culminante" de la biología sintética como la producción de humanos con genomas fabricados en laboratorio, inmunes a todos los virus, incluidos el VIH y el herpes.

Church es una figura pintoresca e influyente cuyos alumnos dominan amplios sectores de la tecnología e innovación genómica. Tampoco ha sido tímido a la hora defender las personas creadas mediante la ingeniería, incluido el uso de la edición genética para reparar determinados genes antes de nacer.

Pero la fabricación de genomas completos abriría la puerta a alteraciones más diversas y amplias. El enfoque que más ha entusiasmado a Church se llama "recodificación", e implica que las letras de un genoma se reajustan para impedir la entrada de los virus. En su libro, Church escribió: "Proponemos... cambiarlo. Sí, desde luego esto suena a hibris".

Los creadores de HGP-write dicen que su objetivo es recaudar 100 millones de dólares (unos 89 millones de euros) para sintetizar un genoma humano en 10 años, pero sólo en una placa de laboratorio. "El objetivo de este proyecto es desarrollar y probar grandes genomas en células, y ya", afirma una de los recaudadores de fondos y autores del trabajo Nancy Kelley, que ha sido calificada de "directora ejecutiva" del proyecto. El esfuerzo hasta ahora, incluidas dos reuniones de planificación, ha sido financiado con una beca de 250.000 dólares (unos 224.000 euros) de la empresa de software Autodesk concedida al Centro para la Excelencia de la Ingeniería Biológica, que dirige Kelley.

"Sí, dejaron claro que van a sintetizar células de mamífero en cultivo", explica el biólogo sintético de Lincoln Labs Peter Carr, que asistió a la reunión de planificación celebrada el mes pasado en la Universidad de Harvard. Y continúa: "Pero, a partir de ahí, ¿hacia dónde evolucionará la historia? Obviamente parte de la conmoción es que habría humanos con genomas sintéticos. ¿Y si pudiéramos hacer humanos inmunes a los virus?"

Lo que extraña a los críticos es que el trabajo de Science no menciona estas posibilidades. Profundiza en cómo se podría lograr que las "células" sean resistentes a los virus o el cáncer, o contengan rasgos mejorados. Pero, ¿quién quiere células humanas así? En el libro de Church, dice exactamente las mismas cosas acerca de hacer personas.

En un correo electrónico, Church se mostró de acuerdo en que las propuestas descritas en su libro podrían seguir si se desarrollasen tecnologías de escritura de genoma, incluso aunque ese no sea el objetivo de HGP-write. El experto afirma: "Nuestro proyecto hace caso a las implicaciones a más largo plazo".

Tales posibilidades no escritas preocupan a la profesora de religión y bioética de la Universidad Northwestern (EEUU) Laurie Zoloth, quien critica: "No está claro si entienden que el primer paso, que ha de representar el inicio del proyecto, es preguntarse: ¿es una buena idea?". Señala que hacer nuevos genomas a través de la reproducción sexual es "una de las últimas cosas que queda que la gente hace por sí misma, con alegría y fe, y no lo hace para lucrarse. De hacerse en un laboratorio, se convertiría en un bien".

A Zoloth también le preocupa que una propuesta tan transcendental esté siendo liderada por Autodesk, una empresa de software de credenciales escasos. El pasado jueves, la compañía publicó dos actualizaciones de blog en Medium (aquí y aquí) en las que desestimó la idea de personas hechas en laboratorio. En sus textos, el futurista de Autodesk, Andrew Hessel, afirma: "Sentimos decepcionar, pero no se producirán humanos sintéticos aquí".

Recodificando la vida

Según Church, sin embargo, hacer nuevos tipos de personas sí es el objetivo final de tal tecnología. Church es un transhumanista que considera que la meta de la humanidad es seguir evolucionándose a sí misma y al resto de la naturaleza con ella, de acuerdo a los principios científicos. En su libro, Church dice que tales ideas no son tan "blasfemas" como podrían parecer de primeras.

Para entender la gran idea de recodificación de Church, es importante saber que la información del ADN se entrega en grupos de tres letras llamados codones. Cuando las células fabrican proteínas, estos codones le indican qué aminoácido añadir a la proteína en formación. Otros codones indican cuándo ha de parar.

Casi cada aspecto de nuestros cuerpos, y vida en general, depende de proteínas fabricadas con este código de ADN.  Aunque nadie lo sabe aún con certeza, el código nació hace varios miles de millones de años, tal vez en un charco primordial al pie de un volcán en alguna parte, y no ha variado desde entonces. En 1968, tres tipos muy inteligentes ganaron el Premio Nobel por averiguar cómo funciona. (Nota: para hacerlo, tuvieron que fabricar los primeros genes sintéticos).

Una característica importante del ADN es que algunos codones son redundantes: especifican el mismo aminoácido. La idea de recodificación de Church consiste en reconfigurar un genoma para eliminar codones redundantes, además de algunos otros genes que estos codones necesitan para ayudar con la generación de proteínas. Sin esa maquinaria, los virus invasores no podrían copiarse, ya que dependen de codones que no existirían.

Así que, despídase del VIH, herpes y del catarro común. Es una idea que haría saltar de alegría a Louis Pasteur. Una "llave inglesa", lo llama Church.

El laboratorio de Church ya ha empezado a ajustar los codones del E. coli. De hecho, este proyecto está bien avanzado. El responsable afirmó en una entrevista que su laboratorio ha sintetizado el equivalente de un genoma de E. coli al completo y reemplazado siete de sus 64 codones. Esos bichos probablemente no podrán ser infectados por los virus que se alimentan de las bacterias, algo que podría resultar realmente útil. No es un tema adecuado para la cena, pero muchos fármacos y productos importantes se fabrican en E. coli, y a veces unas voraces infecciones atacan las biofábricas e inhabilitan las líneas de producción.

Church afirma: "Representa un cambio radical. No existe ningún otro organismo que no use los 64 codones salvo el que nosotros hemos creado".

Después de las bacterias, podría haber aplicaciones agrícolas. ¿Qué tal una planta de tomate que repele los virus? ¿O vacas lecheras cuyas ubres no sufran infecciones? El trabajo de Science sugiere que podríamos hacer órganos o células humanos resistentes a los virus para los trasplantes.

En su libro, Church permite que la idea se desarrolle hasta su conclusión. Si tales aplicaciones preliminares se demostraran viables, entonces existiría "la tentación de aplicar la misma técnica a los humanos". Y habría buenas razones para hacerlo. Podríamos hacer humanos resistentes al cáncer al abarrotar sus genomas con genes supresores tumorales. O podrían ser resistentes a la radiación para poder viajar por el espacio y poblar nuevos mundos, por si el nuestro se volviera insostenible.

Todo suena propio de una galaxia muy, muy lejana. Pero con HGP-write, se va acercando.

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