Biotecnología
Las epidemias y los ensayos clínicos mejorarán con esta fábrica portátil de fármacos
Tiene el tamaño de un frigorífico y es capaz de producir hasta cuatro medicamentos distintos. Según los expertos, representa la mayor innovación en producción famacéutica en años
El proceso de fabricación de medicamentos está peligrosamente desfasado. Mientras que muchas industrias se han vuelto mucho más eficientes a la hora de fabricar sus productos, las farmacéuticas dependen de un enfoque anticuado, lento, inflexible y propenso a las averías. Un nuevo aparato del tamaño de un frigorífico puede abrir la puerta a una nueva estrategia en potencia para la fabricación más flexible, eficiente y fiable de fármacos. El aparato, que puede ingerir un conjunto de ingredientes y producir rápidamente cuatro fármacos comunes, podría ser la idea más innovadora en años para la producción del sector. Las tecnologías portátiles de fabricación de fármacos como esta podrían utilizarse para responder con mayor rapidez a la escasez local de fármacos y los picos de demanda, como los que se producen durante una epidemia.
Fabricar fármacos puede llevar meses o hasta un año porque el método actual incluye la ejecución de múltiples pasos químicos, que a menudo se realizan en sitios distintos. Parar la producción de una planta puede provocar unas importantes interrupciones del suministro.
Crédito: Eurekalert.
La nueva unidad autosuficiente, desarrollada por unos investigadores del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, EEUU), ejecuta automáticamente todas las reacciones químicas requeridas, separando y purificando los productos intermedios. Puede dispensar dosis líquidas de las versiones genéricas de Dimedrol, Valium, Prozac y lidocaína, una anestesia local común.
Se trata del sistema compacto de flujo continuo más importante jamás demostrado, y el primero que es capaz de fabricar múltiples fármacos. Los cuatro medicamentos fueron escogidos por el patrocinador del proyecto, el Departamento de Defensa de Estados Unidos. Entre sus objetivos estaba el de demostrar la amplitud de las capacidades del nuevo sistema, puesto que los fármacos varían químicamente entre sí y requieren distintas rutas de síntesis. También se encuentran con frecuencia dentro del botiquín de un médico.
En 2012, el mismo grupo de investigación desarrolló otro sistema continuo, incorporado en una unidad del tamaño de un contenedor de transporte, que fabricaba un medicamento para la tensión en forma de pastillas (ver Un avance que ofrece una forma mejor de fabricar medicamentos). Ese proyecto fue fundado por Novartis como parte de una colaboración de 10 años y 65 millones de dólares (unos 57 millones de euros) entre el MIT y la empresa farmacéutica suiza para desarrollar tecnologías de fabricación de flujo continuo.
Aunque la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) lleva más de una década abogando por mejores maneras de fabricar fármacos, la tecnología de fabricación de flujo continuo aún se encuentra en una fase relativamente temprana de desarrollo. No reemplazará el procesamiento por lotes en un futuro previsible. Pero a corto plazo, podría ser empleada a pequeña escala para acelerar algunos aspectos. Y sistemas como el que demostraron los investigadores del MIT podrían ser utilizados para proporcionar fármacos desesperadamente necesitados en los campos de batalla, las zonas de catástrofes o durante una epidemia.
Crédito: David Biskup.
Actualmente la industria farmacéutica tiene una "capacidad muy limitada" de aumentar rápidamente su producción para abordar escaseces y picos de demanda, alerta el portavoz de la FDA, Christopher Kelly. Para el típico proceso por lotes, introducir una nueva línea de producción puede llevar años.
La capacidad de monitorizar el proceso con precisión y realizar las correcciones necesarias en tiempo real representa otra importante ventaja de la fabricación continua sobre el procesamiento por lotes, asegura Kelly. La industria depende demasiado de las pruebas del producto final, y explica que a menudo no detecta fallos hasta que se ha producido el lote al completo.
La tecnología de flujo continuo también podría resultar beneficiosa para el desarrollo de nuevos fármacos. Fabricar pequeñas cantidades de fármacos, por ejemplo para los ensayos clínicos, resulta "tremendamente caro" bajo el modelo actual. Los sistemas de flujo continuo podrían hacerlos mucho más económicos, según el profesor de ingeniería química, ciencia de materiales e ingeniería del MIT Klavs Jensen, que ayudó a liderar el proyecto junto con el profesor de química Timothy Jamison y el profesor de ingeniería química Allan Myerson.
El nuevo enfoque también ofrece oportunidades para ejecutar determinados tipos de reacciones, como las que requieran unas temperaturas muy altas o produzcan productos intermedios inestables, que no son compatibles con el enfoque por lotes.