La 'start-up' Skydio ha desarrollado un piloto automático para crear drones autónomos capaces de volar y evitar obstáculos incluso en las zonas más concurridas
Durante un paseo reciente en bici por un bosque cercano a Menlo Park en California (EEUU), a Adam Bry, el CEO de una empresa llamada Skydio, y sus compañeros se les unió un pequeño y ágil dron. Mientras avanzaban por un sendero de tierra, el dron les siguió de cerca, zigzagueando con maestría entre árboles y ramas con una habilidad sorprendente.
Pero lo increíble no es eso, es que el dron no lo pilotaba una persona, sino la tecnología de Skydio. Esta permite que un vehículo aéreo no tripulado (VANT) emplee varias cámaras de vídeo no sólo para evitar obstáculos sino también para navegar por espacios aéreos complejos a gran velocidad y con la misma maestría que un piloto humano.
Ese tipo de autonomía podría transformar el mercado de consumo de los drones al dificultar mucho que la aeronave sufra accidentes. También podría facilitar que los VANT ejecuten tareas de forma autónoma incluso en entornos de mucho tráfico. Skydio, fundada el año pasado, ha recaudado hasta ahora 25 millones de dólares (unos 23 millones de euros) en una ronda de financiación liderada por Andreessen Horowitz y Accel Partners. Bry rehusó comentar cuándo llegará el primer producto de Skydio al mercado ni cuánto podría costar.
Foto: El nivel de detección y navegación demostrado por la aeronave de Skydio es difícil de lograr en una plataforma ligera y barata. Crédito: Skydio.
"La motivacion para la empresa es conferir al dron la agilidad, atención y conciencia de un piloto experto", explica Bry. "Es un reto extremadamente difícil. Entra mucho contexto en juego cuando volamos".
Volar de forma autónoma es más difícil que conducir porque el hardware ha de ser compacto y ligero, y porque hasta el más pequeño error de cálculo puede acabar en desastre. "Esencialmente, no existe ningún margen de error", afirma Bry. "No puedes parar y apagarlo todo, porque si lo haces, te estrellas. De hecho, si sale algo mal con cualquier parte del sistema, el resultado más probable es que te estrelles".
El dron desarrollado por Skydio emplea una cámara combinada con un software de procesamiento de imágenes que permite a la aeronave determinar dónde se encuentra dentro del espacio e identificar y evitar obstáculos. Bry desarrolló los algoritmos que lo permiten en colaboración con Abraham Bachrach, actual director tecnológico de Skydio, cuando ambos eran alumnos del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, EEUU). Las técnicas que elaboraron han permitido que los drones naveguen en interiores desconocidos de forma segura y que un avión con una envergadura de dos pies (unos 60 centímetros) de ancho vuele por un concurrido garaje sin incidente.
Nick Roy, un profesor de robótica que asesoró a Bry y Bachrach en el MIT, prevé que los vehículos aéreos se vuelvan habituales para tareas de vigilancia e inspección. Pero añade que una prestación fiable de piloto automático, para la que Skydio ha dado un paso importante, es una pieza clave que falta para completar esa visión. "Si queremos que estas cosas proporcionen todos los servicios que la gente espera [de ellas] en cuanto a la inspección de infraestructuras, la agricultura de precisión o varios tipos de grabación, esto va a requerir autonomía", afirma Roy. "Será sumamente importante".
Hoy la mayoría de los drones se controlan a distancia o sólo permiten una automatización básica. Varios drones empiezan a aparecer con capacidades más avanzadas de identificación y evasión de obstáculos, pero ninguno es tan sofisticado como el prototipo de Skydio. El último dron de la empresa china DJI, el Phantom 4, emplea varias cámaras para detectar obstáculos, e invalida la acción del controlador si parece probable que vaya a chocar contra algo. El Phantom 4 también puede rastrear objetos en movimiento con su sistema de visión artificial. Pero no ejecuta el tipo de mapeo y navegación que realiza el dron de Skydio.
"La navegación es absolutamente crucial, especialmente en vuelo", asegura Lora Weiss, la directora científica del Instituto para Máquinas Inteligentes del Instituto de Tecnología de Georgia (EEUU), una empresa sin ánimo de lucro que trabaja de contratista para el Departamento de Defensa de Estados Unidos en varios proyectos de vehículos automatizados.
Weiss está trabajando en proyectos de VANT con una autonomía incluso más avanzada. Algunos de los sistemas que está desarrollando son, por ejemplo, capaces de desviarse de un rumbo programado si divisan algo de interés, y entonces piden ayuda a otros aeronaves que tengan visibilidad del nuevo objetivo. "La destreza en vuelo va a resultar muy crucial para mejorar la trayectoria de estos aparatos", asegura Weiss.