La élite mundial reunida en Davos para hablar de la economía a gran escala parece más bien una burbuja de ricos dándose palmaditas en la espalda
Las 62 personas más ricas del mundo ahora controlan la misma riqueza que los 3.500 millones de personas más pobres. Este es el hallazgo clave de un informe publicado el lunes pasado por Oxfam que manifiesta el alcance actual de la desigualdad a nivel global. El patrón es aún peor cuando se tiene en cuenta que el 1% de la población más rica tiene más dinero que el otro 99% junto.
Los líderes empresariales y gubernamentales se han reunido la semana pasada en el Foro Económico Mundial en Davos (Suiza), donde uno de los temas principales es el papel de las tecnologías avanzadas sobre la economía mundial. Es una gran cuestión, todavía sin respuesta. Mientras que muchos de los que tienen trabajos altamente tecnológicos prefieren pensar que su campo está mejorando el mundo, la verdad es que el tema es algo más complicado. Existen señales de que ampliar el acceso a internet aumenta la desigualdad, por ejemplo. Los trabajadores como los de Silicon Valley (EEUU), que gozan de unos amplios recursos tecnológicos, puede que se encuentren en el lado ganador de una economía al estilo: "el vencedor se lo lleva todo". ¿Y qué pasa con la creciente automatización del empleo? ¿Están los robots privando a la clase trabajadora de unos ingresos regulares?
A pesar de su promesa de reflexionar sobre estos temas importantes y de gran alcance, la élite mundial no es conocida por divisar soluciones radicales en su reunión anual en Davos. De hecho, la reunión tiene fama de constituir una burbuja en la que los adinerados se dan unas palmaditas en la espalda por hacer un buen trabajo con la economía mundial mientras se preocupan por su futuro.
(Fuentes: New York Times, Guardian, Economist)