Un escáner digital del canal auditivo podría ayudar a crear mejores audífonos, más cómodos de llevar y más efectivos.
Alrededor de un 17 por ciento de los adultos americanos (36 millones de personas) sufren de algún tipo de pérdida auditiva, según informa el Instituto Nacional de la Salud. Sin embargo, sólo una de cada cinco personas que podrían beneficiarse de las ventajas de un audífono lo llevan puesto. Gran parte del problema se debe a que “los audífono a menudo no encajan bien, y resultan incómodos o no funcionan como deberían puesto que no se ajustan bien al oído,” afirma David Copithorne, un asesor de tecnología familiarizado con la industria de los audífonos, además de usuario personal de uno de ellos.
Una nueva técnica de escaneado digital desarrollada en MIT podría ayudar a que los audífonos del futuro encajasen mejor. Desarrollada por Doug Hart, profesor de ingeniería mecánica en MIT, este método utiliza el espectro de absorción y emisión de la luz para capturar una fotografía en 3-D y de alta precisión del oído interno.
Un audífono cuesta una media de 1.500 dólares, aunque los precios pueden subir hasta 5.000 cada uno. Para crearlos, normalmente se utiliza un molde del oído hecho a partir de una masa de silicio. Sin embargo, este proceso tiene imperfecciones: los moldes se pueden deformar e incluso dañar el oído durante su extracción, y si el audífono resultante no encaja de forma perfecta, puede provocar irritaciones, picores e incluso infecciones. Esto también provoca una menor calidad de sonido para el usuario. Copithorne afirma que el ajuste rápido y preciso de los audífonos “siempre ha sido uno de los problemas que sufre este sector.”
Hart desarrolló la nueva técnica de escaneado “completamente por accidente” mientras experimentaba con la reabsorción de la emisión de la fluorescencia inducida por láser (emission reabsorption laser induced fluorescence, o ERLIF, en inglés) como método para medir el grosor de la película de los combustibles para motor, y así llegar a un mejor entendimiento de cómo se produce el consumo del combustible y el desgaste del motor. Durante este proceso, se dio cuenta de que estaba logrando obtener unas medidas tridimensionales muy precisas de las películas. “Es tan preciso,” afirma, “que puedes medir cualquier cosa en 3-D.”
El proceso conocido como ERLIF se basa en el principio de que la luz se reparte de forma desigual en función de la profundidad de un líquido. Hart utiliza una cámara de fibra óptica insertada en el oído y envuelta en un globo lleno de líquido que se expande en función de la forma del oído. Si se mide la absorción de luz de las particulas colorantes tanto del líquido como del globo, se obtiene como resultado una fotografía exacta en 3-D de la forma y dimensiones del oído.
El ERLIF es “un método para analizar vías de luz a partir de la fluorescencia,” afirma Davide Marini, socio investigador del Hospital Infantil de Boston y que trabajó junto a Hart en esta técnica.
La rapidez de refresco de la imagen de la cámara es tal que incluso puede medir los cambios en la forma del canal auditivo cuando el paciente mastica o habla, así como el nivel de expansión al recibir presión—unas cualidades que varían según la persona, puesto que hay oídos más blandos y más elásticos que otros. Los moldes de silicio, por otro lado, normalmente obligan a que el paciente se siente con la boca abierta durante 10 minutos hasta que la masa moldeadora se endurece, afirma Hart.
Copithorne señala que la infraestructura para realizar moldes a partir de escáners digitales ya está disponible. Son cada vez más los audiólogos (especializados en la configuración de audífonos) que eligen escanear los moldes que fabrican. El siguiente paso para el equipo de Hart consiste en probar esta técnica de escaneado con los audiólogos y finalmente lograr fabricar audífonos. El equipo espera poder limar los últimos retoques técnicos durante el verano.
Aunque Hart no ha puesto precio a este proceso, afirma que es un concepto “simple, robusto y de bajo coste.” Su grupo ha estado manteniendo conversaciones con los principales fabricantes de audífonos, así como con el ejército naval de los EE.UU.: la pérdida de oído no sólo afecta a los pilotos, sino también al personal de cubierta de los porta-aviones y barcos militares.