Hoy da comienzo un análisis independiente de los planes de vuelos espaciales con humanos.
Un comité de 10 personas, encargadas de revisar el futuro de los viajes espaciales tripulados por humanos desde Estados Unidos, se reunirá públicamente hoy por primera vez para comenzar un proceso que pretende abarcar mucho en muy poco tiempo.
Este panel independiente de expertos examinará el Proyecto Constelación de la NASA, que tiene previsto enviar humanos a la Estación Espacial Internacional (EEI), a la Luna y probablemente a Marte, y se considerarán alternativas a las opciones que en la actualidad están sobre la mesa.
Esta revisión llega en un momento en que el Trasbordador Espacial (Space Shuttle) está a punto de retirarse, y el nuevo sistema de lanzamiento, llamado Ares, no está previsto que empiece a operar hasta por lo menos 2015, dejando un hueco de al menos cinco años o más dentro de la capacidad de los EE.UU. para llevar a cabo lanzamientos. El Proyecto Constelación de la NASA ha sido criticado debido al diseño del Ares, así como por dejar pasar fechas de ejecución y sobrepasarse en el presupuesto.
Durante un discurso en MIT la semana pasada, John Holdren, director de la Oficina de Política Científica y Tecnológica de la Casa Blanca, definió tres de las cuestiones principales que serán examinadas por el panel de expertos: si es posible o no reducir el hueco en la capacidad para realizar lanzamientos, qué opciones existen para extender el uso de la ISS más allá de 2016, y cuál sería el calendario de misiones más allá de la órbita terrestre baja (OTB) dadas las restricciones existentes en el presupuesto.
Hay que dejar claro que es un comité creado “sólo para aconsejar”: analizará las opciones y ofrecerá recomendaciones, pero no determinará el futuro de los vuelos espaciales con humanos. “No se nos ha pedido que tomemos la directiva,” afirma Edward Crawley, Profesor Ford de Ingeniería en MIT y uno de los 10 panelistas. “Para eso ya le pagan al presidente el dinero que le pagan. Nosotros nos limitamos a darle una lista de opciones.”
El comité emitirá informes con todos sus descubrimientos a la Casa Blanca presidida por Obama, a Holdren, así como a un nuevo directivo de la NASA: el astronauta retirado Charles Bolden, que en la actualidad está a la espera de ser confirmado. El informe del panel se espera que esté listo para finales de agosto, lo cual afectaría las decisiones a largo plazo de la administración, antes de que se configure el presupuesto para 2010.
Conocido como el “Comité Augustine”, en honor al nombre de su presidente, Norman Augustine, un directivo retirado de Lockheed Martin y antiguo miembro de la Junta de Consejeros del Presidente en cuestiones de ciencia y tecnología durante los mandatos de Bill Clinton y George W. Bush, el panel también incluye a antiguos astronautas, ejecutivos de la industria, ingenieros y expertos del programa de aviación espacial civil. Un equipo de revisión de la NASA proveerá apoyo técnico a las labores del comité.
John Logsdon, que trabajó en el Panel de Investigación de Accidentes de Columbia y fue fundador y antiguo director del Instituto de Política Espacial en la Escuela de Asuntos Internacionales de la Universidad George Washington, afirma que el panel ha sido bien elegido, con “gente capaz de llevar a cabo análisis técnicos en profundidad, que poseen años de experiencia, reputación e integridad.”
Sin embargo, muchos analistas y defensores de los vuelos espaciales con humanos se preguntan acerca de los temas específicos en los que los miembros del comité se acabarán centrando.
El bagaje técnico del panel, afirma Logsdon, capacita a sus miembros para examinar el actual Proyecto Constelación. Durante las investigaciones del equipo de transición de la NASA llevadas a cabo por el Presidente Obama, la “arquitectura” del Proyecto Constelación fue criticada, en particular debido al diseño del vehículo de lanzamiento Ares-I. La cuestión era si esta arquitectura o aquellas otras basadas en la tecnología actual podrían ser construidas más rápida y económicamente. Según Logsdon, estas críticas hicieron que el equipo de transición recomendara al presidente que encargara un análisis independiente acerca del asunto antes de “dar como válida” la arquitectura actual, para asegurarse de que es la arquitectura correcta. “Y eso es lo que este panel va a llevar a cabo,” afirma Logsdon.
La evaluación del comité puede que se salga del presupuesto actual de la NASA. Scott Uebelhart, miembro del grupo de investigación sobre Espacio, Política y Sociedad de la NASA, coautor de un libro blanco a principios de este año en el que se describen los objetivos potenciales de los vuelos espaciales con humanos, afirma que la cuestión es si el panel realmente tiene “carta blanca” o no para elegir los mejores planes independientemente del coste, o si se le acabará diciendo, “Aquí está el presupuesto, dígannos qué es lo que pueden hacer con ese dinero.”
Mientras tanto, en un proyecto de ley que se enviará a la Cámara de Representantes hoy mismo, el Comité de Apropiaciones de la Cámara ha recortado 700 millones de dólares de los 3.900 millones que pidió la administración de Obama para el Proyecto Constelación en el presupuesto del año fiscal 2010, lo que deja al programa con los mismos niveles de financiación que tenía en 2009, a la espera de las recomendaciones del comité Augustine. Aunque la administración probablemente enviará un presupuesto modificado una vez conozca los resultados ofrecidos por el panel, Uebelhart afirma que estas “discrepancias” hacen que surjan dudas acerca del campo de acción del comité Augustine.
Las tecnologías alternativas que el panel puede que considere son, principalmente, el Vehículo de Lanzamiento Desechable Evolucionado (EELV, en inglés), financiado por el Departamento de Defensa, y basado en las lanzaderas de cohetes existentes tales como Atlas y Delta, así como en una opción llamada Direct, basada en componentes de los actuales Trasbordadores Espaciales.
El panel también debatirá acerca del equilibrio entre las misiones humanas y las robotizadas. Entre estas se podrían incluir misiones precursoras a la Luna o a Marte que preparen el terreno para la exploración humana, en vez de realizar misiones que sólo incluyesen elementos robóticos. Entre otras cuestiones hay que decidir también qué oportunidades existen para las colaboraciones internacionales, y cómo estimular aún más la capacidad para realizar vuelos espaciales comerciales—NASA ya ha firmado contratos con dos compañías espaciales, SpaceX y Orbital Sciences, para transportar carga a la EEI. El panel también debe considerar si los Estados Unidos deberían seguir involucrados en la EEI más allá de 2015. “No podemos volver a la Luna y utilizar la estación internacional al mismo tiempo teniendo el presupuesto que tenemos,” afirma Logsdon. “Hay que fijar un objetivo, un calendario, o incrementar el presupuesto.”
Sin embargo, al no poder evaluar los vuelos espaciales con humanos frente a otro tipo de prioridades espaciales como, por ejemplo, los satélites de observación de la tierra o los telescopios orbitantes de ciencia espacial, no está claro que los resultados del panel vayan a ayudar a configurar un plan detallado para los vuelos espaciales en el futuro. Con un presupuesto que cada vez se reduce más, la administración y el Congreso tendrán que hacer una estimación de qué cantidad de proyectos será capaz de llevar a cabo de forma segura la NASA una vez que el comité termine su examen.
Aún así, Crawley cree que la influencia del panel será significativa. “Hay ocasiones y lugares en los que estos grupos pueden llegar a tener una gran influencia,” afirma. “Al comienzo de una nueva administración, con un tema tan importante como el programa espacial, esta influencia es aún mayor.” Logsdon cree que el panel es “absolutamente crucial para el futuro de la NASA y el futuro del país en el espacio.”
Otro antiguo astronauta, Jeff Hoffman, añade, “Necesitamos una política que cubra la exploración humana más allá de la Tierra, una que no se limite a recortar el presupuesto y a aplazar las cosas cada vez más; al final, nada de esto es sostenible. Necesitamos decidir lo que es necesario llevar a cabo como país, y el comité Augustine tendrá mucho que decir en cuanto a eso.”