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Biotecnología

Esta caja ha permitido reanimar y trasplantar 15 corazones después de la muerte

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La tecnología los mantiene vivos durante más tiempo, lo que podría aumentar hasta un 30% el número de órganos disponibles

  • por Antonio Regalado | traducido por Teresa Woods
  • 02 Septiembre, 2015

GIF: Un corazón donado late fuera del cuerpo mientras se le suministra sangre y oxígeno.

Los cirujanos de trasplantes han empezado a emplear un dispositivo que les permite "reanimar" los corazones de personas que han fallecido recientemente y utilizar los órganos para salvar otras vidas.

El "corazón en caja" (heart in a box) es un carro con ruedas con un suministro de oxígeno, una cámara estéril y tubos que se conectan al corazón donado mediante unas pinzas y lo alimentan con sangre y nutrientes. Los médicos dicen que podría prolongar el tiempo que resiste un corazón fuera del cuerpo y les permite recuperar los corazones de donantes que anteriormente no se consideraban aptos.

En al menos 15 casos, cirujanos de Reino Unido y Australia afirman haber utilizado el sistema para trasplantar con éxito corazones extraídos de pacientes después de morir. Por lo general, los corazones de trasplante sólo proceden de donantes que sufren de muerte cerebral, cuyos corazones se extraen mientras sus cuerpos aún están sanos.

El dispositivo de 250.000 dólares (unos 222.000 euros) fue desarrollado por Transmedics, una empresa de Massachusetts (EEUU), y está pendiente de ser aprobado en Estados Unidos. Podría aumentar el número de corazones donados entre un 15% y un 30%, según los médicos, salvando la vida de personas que de otra manera fallecerían a causa del fallo cardíaco.

Solo en Estados Unidos se realizan unos 2.400 trasplantes de corazón al año. Aunque esta cifra lleva 20 años sin sufrir apenas variaciones.

Este año, unos cirujanos del Hospital San Vicente de Nueva Gales del Sur (Reino Unido) revelaron en la publicación Lancet tres casos en los que esperaron apenas dos minutos después de pararse el corazón del donante antes de empezar a extraerlo. En 20 minutos, lo habían conectado al dispositivo de Transmedics, donde empezó a latir de nuevo después de ser suministrado con sangre oxigenada y electrolitos.

Sin este apoyo, los cirujanos consideran que los corazones procedentes de donantes muertos han sufrido demasiados daños para trasplantarse. "El dispositivo es vital. El corazón recibe una infusión esencial de sangre para restablecer su energía", afirma Stephen Large, un cirujano del Hospital Papworth de Reino Unido, que ha empleado el sistema en ocho trasplantes de corazón.

Los cirujanos de trasplante reconocen dos principales categorías de muertes. Las personas pueden sufrir una muerte cerebral, o pueden morir porque el corazón y el riego sanguíneo se detienen, lo que ahora se denomina como "muerte circulatoria". Pero para cuando se detiene por sí mismo, el corazón de una persona ya ha sido privado de oxígeno y las células del músculo ya se están muriendo. Si se deja a temperatura ambiente, los daños, llamados isquemias, progresan rápidamente.

Por este motivo los cirujanos han requerido corazones procedentes de donantes con muerte cerebral, que pueden ser enfriados dentro del cuerpo, parados, extraídos y enviados a una temperatura de unos 4 °C. Las bajas temperaturas reducen la tasa metabólica del tejido en un 90%, proporcionando así más tiempo para que llegue hasta el recipiente. Casi todos los órganos trasplantados, incluidos los riñones, se conservan de esta manera.

El corazón en caja forma parte de un cambio de tendencia mayor que en lugar de transportar los órganos en frío, los mantiene calientes y funcionando. En unas pruebas recientes de esta técnica, llamada perfusión caliente, los científicos han demostrado que pueden amputar una pierna de cerdo para luego volver a conectarla quirújicamente 12 horas después si mientras tanto ha recibido un suministro de nutrientes.

"El frío está pasado de moda, y el calor es lo nuevo", dice Korkut Uygun, un cirujano de trasplantes del Hospital General de Massachusetts. "El calor es la mejor opción para tejidos metabólicamente activos".

Varias empresas pequeñas están trabajando en máquinas de perfusión caliente, incluida Organ Assist, con sede en los Países Bajos, OrganOx de Oxford (Reino Unido), además de Organ Solution, una start-up fundada por Uygun para rescatar hígados de donantes fallecidos. Uygun cree que la máquina de Transmedics aún resulta demasiado cara y aún no está lo suficientemente automatizada. Por ejemplo, la cantidad de oxígeno que llega al corazón no se controla de forma automática en función de las necesidades de corazón.

"A corto plazo ampliarán el campo", dice Uygun. Algún día cree que podría ser posible recuperar hígados hasta una hora después de la muerte. Ahora, la mayor parte de la gente en lista de espera para recibir hígados de trasplante fallece durante la espera. "Entonces, el número de órganos del que hablamos es enorme".

El primer trasplante de corazón exitoso, en 1967, se realizó en Sudáfrica con un corazón procedente de una víctima de un accidente de tráfico de 25 años de edad cuyo corazón se había parado. El órgano entonces se desplazó varios metros hasta un segundo quirófano. Pero los cirujanos encontraron que los corazones que se habían parado de forma natural a menudo no arrancaban de nuevo, o no eran capaces de bombear la sangre, así que llegaron a depender por completo de los donantes con muerte cerebral para los órganos.

El problema es que realmente no existen suficientes donantes con muerte cerebral, dice Large, el cirujano del Hospital de Papworth (Reino Unido). La crisis es especialmente pronunciada en su país, donde las pistolas y otros tipos de armas de fuego están prohibidas, a diferencia de Estados Unidos. Existen más del doble de donantes de corazón per cápita en Estados Unidos en comparación con Reino Unido.

Large cree que aceptar corazones de donantes de muerte circulatoria podría aumentar en un tercio el suministro en Reino Unido, otros 50 corazones además de los 180 disponibles por año actualmente. Otros ofrecen cálculos más conservadores. Tales donantes ya representan la fuente de aproximadamente el 15% de los riñones de trasplante en algunos países.

Los donantes del Hospital Papworth han incluido víctimas de accidentes de tráfico e intentos fallidos de suicidio por ahorcamiento. Habían sufrido graves lesiones cerebrales pero no estaban en muerte cerebral. Estos pacientes normalmente están conectados a ventiladores mecánicos y algunos, aunque no todos, mueren poco después de decidir sus familias desconectarlos.

Si sus corazones se paran, el dilema ético gira en torno al tiempo que deben esperar los cirujanos antes de empezar a extraer los órganos. En Estados Unidos, el estándar aceptado es de cinco minutos, aunque unos cirujanos de Colorado en 2008 extrajeron los corazones de bebés recién nacidos con daños cerebrales después de esperar tan sólo 75 segundos.

Robert Truog, un eticista médico de la Universidad de Harvard (EEUU), dice que una cuestión es si estos donantes realmente están muertos, dado que sus corazones podrían ser reanimados, incluso dentro de otra persona. "¿Cómo se puede decir que es irreversible, cuando la función circulatoria se restablece en otro cuerpo? Tendemos a obviar esto porque queremos trasplantar estos órganos", dice Truog. "Mi argumento es que no están muertos, pero también que esto no importa" mientras que ellos y sus familiares hayan dado su consentimiento. "Están muriéndose y es permisible utilizar sus órganos. La cuestión es si se les está dañando, y yo diría que no".

El hospital de Large, ubicado en una zona rural a una media hora de Cambridge (Reino Unido), ha tomado unas medidas nuevas e incluso más radicales, dijo en una entrevista.

En siete de los ocho casos en los que se empleó el dispositivo de Transmedics, dice, su equipo reanimó el corazón dentro del paciente fallecido. Después de pararse el riego sanguíneo, su equipo esperó cinco minutos, y después cortó el suministro de sangre al cerebro y reanimaron el corazón del donante sin extraerlo.

De esta manera el equipo en efecto convierte una muerte circulatoria en un donante de muerte cerebral con un corazón que late. Con el corazón que late, dice Large, es posible comprobar su estado con precisión y también mantener el riego sanguíneo a los riñones y el hígado, conservando así esos órganos también. Después de ser observados latiendo dentro del donante, dice, los corazones se extrajeron y se colocaron dentro del dispositivo de Transmedics para ser transportados hasta los recipientes. Los resultados del equipo no se han publicado.

Los ocho trasplantes realizados hasta la fecha han sido exitosos, según afirma Large. Un paciente fue identificado públicamente como Huseyin Ulucan, un hombre de 60 años de Londres (Inglaterra).

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