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Biotecnología

Una prueba prenatal para el feto ha detectado el cáncer en algunas madres

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Los casos ya registrados demuestran la urgencia de recomendar protocolos informativos y evaluar la proporción de falsos positivos

  • por Anna Nowogrodzki | traducido por Teresa Woods
  • 15 Junio, 2015

Foto: Erin Lindquist con su hijo Jackson y su hija Amaya

La profesora de biología Erin Lindquist estaba dando una clase cuando recibió una llamada que le informaba de que sus análisis prenatales habían devuelto resultados anormales. Lindquist, que tenía entonces 36 años y estaba embarazada de su segundo hijo, se había sometido a una prueba no invasiva prenatal (NIPT, por sus siglas en inglés), que busca detectar la presencia de cromosomas anormales en la sangre de la paciente. Puesto que aproximadamente el 10% del ADN presente en la sangre materna procede del feto, esta prueba se utiliza para detectar anormalidades genéticas del feto. Los resultados fueron "muy devastadores", dice Lindquist: una copia extra de la cromosoma 13 y la ausencia de la cromosoma 18.

Siguiendo las recomendaciones de sus médicos, procedió a someterse a una amniocentesis, una prueba más invasiva. Pero los resultados concluyeron que el feto estaba sano: los resultados de la prueba NIPT representaban un falso positivo. Su hijo Jackson nació sano el 4 de octubre de 2012.

Menos de 48 horas después de nacer Jackson, a Lindquist se le diagnosticó un cáncer, que finalmente se identificó como una rara forma avanzada de cáncer cervical que se había propagado causado metástasis en los huesos. Los cromosomas anormales de la prueba prenatal eran suyos, no de su hijo. El suyo fue el primer caso, publicado en 2013 en Prenatal Diagnosis, en el que el cáncer que padecía la madre fue visible en los resultados de pruebas prenatales.

El pasado lunes, la revista Journal of the American Medical Association publicó un trabajo que muestra que las NIPT han detectado ya varios casos más de cáncer. Los autores examinaron los datos de las pruebas prenatales de ocho madres diagnosticadas con cáncer (incluida Lindquist) para comprobar si los indicios de cáncer se podían divisar en los resultados de esas pruebas prenatales.

En el caso de tres de estas ocho mujeres, los resultados de la prueba prenatal habían provocado un examen médico que había detectado el cáncer (en las otras cinco mujeres, que incluyen a Lindquist, la presencia de otros síntomas impulsó el diagnóstico). El trabajo también demuestra que en principio, una prueba de "biopsia líquida" podría detectar el cáncer antes de que se presenten otros síntomas. De las empresas que comercializan estas pruebas prenatales, que incluyen Sequenom, Natera, Illumina y Ariosa, al menos Sequenom y Natera están desarrollando pruebas diagnósticas para el cáncer también.

"Necesitamos mejorar la comunicación inicial con las pacientes para informarles de que puede que [mediante estas pruebas prenatales] descubramos algo sobre su estado de salud también", dice Diana Bianchi del Centro Médico Tufts, la principal autora del trabajo que forma parte de un panel de consejeros de Illumina. Las mujeres que se someten a estas pruebas normalmente no son informadas de esto.

También es importante señalar que "esta prueba no se desarrolló como un cribado para el cáncer", dice Bianchi. "No detecta el cáncer".

Un resultado como el de Lindquist, que señaló anormalidades cromosómicas aunque el feto no las padecía, se puede explicar de varias maneras: la causa más común son cromosomas anormales procedentes de una parte determinada de la placenta, pero puede deberse también al fallecimiento por causas naturales de un gemelo o mellizo durante el embarazo, o a cromosomas sexuales anormales en la madre. "Después de repasar todas estas [causas], el cáncer está hacia el final de la lista", dice Bianchi.

Los autores del estudio examinaron los registros de Illumina, que ofrece pruebas prenatales bajo el nombre comercial Verifi. De unas 3.700 mujeres con resultados anormales, encontraron 10 mujeres cuyos médicos habían informado a Illumina de que habían sido diagnosticadas con cáncer o antes o poco después de dar a luz. Pidieron permiso a ocho de estas mujeres para revisar sus cromosomas (a las otras dos se les consideró demasiado enfermas para someterse al estudio cromosómico).

Cinco de las ocho mujeres, incluida Lindquist, tenían múltiples instancias de la ausencia de un cromosoma completo, o de un cromosoma duplicado. Es poco común que un feto sea compatible con este perfil, por lo que los autores sugieren que si la prueba muestra demasiados cromosomas o demasiado pocos, que el cáncer materno sea considerado como una posible causa. Las células cancerígenas pueden carecer de cromosomas enteros, o tenerlos duplicadas, porque mutan mucho más de lo normal (las células no cancerígenas del cuerpo del paciente todavía contienen cromosomas normales).

Durante meses previos al diagnóstico, Lindquist había estado experimentando varios síntomas, como un crecimiento del cuello del útero, dolor en la zona de la pelvis y sangrados, pero puesto que sus citologías devolvían resultados normales, estos síntomas se atribuyeron a un pólipo, y después a fibromas. "Los ginecólogos y los consejeros genéticos deberían saber" que las pruebas prenatales pueden indicar la necesidad de realizar un cribado para el cáncer, dice Lindquist. "Desde luego me habría ayudado que me hubieran diagnosticado pronto".

Durante el último año, Lindquist se ha sometido a tratamientos de radio y quimioterapia a causa de metástasis nueva en su cerebro, hígado, riñón y páncreas. Cuando le pregunté por su prognosis, se rió y me dijo, "No me dan una; yo no pregunto". Su cáncer es tan inusual que no existen datos suficientes para hacer predicciones.

Para evaluar el valor del cribado para el cáncer antes de que se presenten los síntomas, es importante examinar la tasa de falsos positivos del cáncer – en otras palabras, el número de veces que la prueba indica que puede que una mujer padezca de cáncer cuando resulta que no es así. Este trabajo no puede abarcar esto, porque faltan datos acerca de cuántas mujeres con múltiples anormalidades cromosómicas en los resultados de las pruebas prenatales no tenían cáncer.  

"¿Y qué ha de hacer a continuación el clínico?", pregunta Bianchi. ¿Es de recibo informar a un paciente de que padece un cáncer pero nadie sabe en qué parte del cuerpo? ¿Es de recibo pedir pruebas caras y estresantes? En un estudio publicado en la revista Journal of the American Medicine Association Oncology en junio, los médicos prosiguieron a realizar una resonancia magnética de cuerpo entero a tres madres para averiguar si podrían detectar pruebas visibles de cáncer. Encontraron un tumor en los tres casos. "Pero, no existen pruebas de que eso tenga que hacerse", dice Bianchi.

En un comentario en la revista Nature en junio, Bianchi remarcó la necesidad de desarrollar recomendaciones médicas y obtener el consentimiento de las madres para indagar en su salud antes de realizar las pruebas NIPT. Afirma que ya conoce casos en los que consejeros genéticos han informado a mujeres que reciben resultados con falsos positivos de anormalidades fetales que es posible que tengan cáncer.

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