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Biotecnología

Se logran corregir defectos genéticos en células madre humanas

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Una nueva investigación sienta las bases de lo que podrían ser nuevas terapias con células madre pluripotentes inducidas.

  • por Michael Day | traducido por Francisco Reyes (Opinno)
  • 01 Junio, 2009

Por primera vez, un grupo de investigadores han logrado corregir un defecto genético en células de pacientes con enfermedades heredadas, para después transformar el tejido en células madre que potencialmente podrían detener la enfermedad. Aunque los científicos no han probado aún el tratamiento en humanos, esta investigación podría suponer el comienzo de una serie de tratamientos curativos para una gran variedad de enfermedades genéticas.

El estudio de prueba de concepto, dirigido por Juan Carlos Izpisúa Belmonte en el Salk Institute for Biological Studies, en La Jolla, California, se centró en pacientes con una enfermedad poco común, la anemia de Fanconi, que provoca problemas en el esqueleto y fallos en la médula ósea, además de aumentar el riesgo de cáncer de aquellos que la padecen.

Los investigadores tomaron células de la piel de seis pacientes y utilizaron un virus para distribuir una copia funcional de uno de los genes defectuosos responsables de la enfermedad. Este método se había utilizado con éxito anteriormente para corregir defectos genéticos en ratones.

Después, los investigadores utilizaron unas técnicas de programación de células que se han venido desarrollando durante los dos últimos años y que transforman a las células en células madre capaces de crecer y convertirse en cualquier tipo de tejido—incluyendo a las células de la sangre sanas que son necesarias para corregir la anemia heredada del paciente. Esta técnica, conocida como reprogramación inducida de células madre pluripotentes (iPS en inglés), consiste en la introducción de cuatro genes conocidos por su papel activo en el desarrollo del embrión, con lo que se logra cambiar el patrón de las células referente a la expresión del gen para se parezca al del estado embrionario en vez de al del adulto.
 
“Nuestro estudio demuestra que es posible combinar las terapias celulares y de genes utilizando la tecnología iPS para generar células sanas,” afirma Belmonte. El estudio se publicó online en la revista Nature el domingo.

Las células iPS son una herramienta médica especialmente atractiva por dos motivos principales. A diferencia de las células madre embrionarias, las células iPS evitan la controversia ética asociada con el cultivo de embriones humanos. Y puesto que proceden del propio cuerpo del paciente, no sufren rechazo por parte del sistema inmunológico.

Para poner a prueba esta terapia, los científicos necesitarían cultivar células sanguíneas progenitoras a partir de las células iPS genéticamente corregidas, para después transplantarlas de vuelta en el paciente y así generar un suministro de células sanguíneas sanas. Sin embargo, Belmonte señala que las célula iPS que su equipo generó durante el estudio no resultaron apropiadas para su uso clínico.

“Hay que solucionar una serie de problemas graves antes de intentar llevar a cabo cualquier prueba clínica con células iPS; quizá el problema más importante sea el de la formación de tumores,” afirma Belmonte. Esto se debe a que los genes utilizados para reprogramar las células de la piel, cuya distribución se hace a partir de un virus, pueden permanecer incrustados en el ADN de la célula incluso después de llevar a cabo la reprogramación. Se piensa que estos genes se activan durante el proceso de diferenciación de las células, con lo que aumenta el riesgo de cáncer a largo plazo.

No obstante, durante las últimas semanas los científicos han publicado dos nuevos métodos para generar células iPS que no utilizan ningún tipo de virus y que, por tanto, podrían acabar solucionando este problema.

Los expertos afirman que esta investigación supone una prueba de concepto de gran importancia. “Este es un descubrimiento científico apasionante,” afirma Chris Mason, profesor de medicina regenerativa en el University College London, y que no estuvo involucrado directamente en la investigación. “Probablemente sea el primer estudio dentro de una serie de publicaciones que quizá ayuden a ofrecer algo de esperanza para aquellas enfermedades que, a día de hoy, no poseen terapias asociadas, y mucho menos una cura.”

Por ahora, el método de Belmonte sólo se puede aplicar a enfermedades en las que el defecto genético que provoca dicha enfermedad haya sido identificado. “Hay unas cuantas de este tipo—y la cifra se incrementará,” afirma Mason. Las enfermedades sanguíneas serán probablemente los primeros objetivos de esta terapia puesto que las células corregidas se pueden transferir de vuelta al paciente fácilmente a partir de transplantes de médula ósea.

Belmonte añade que, en el futuro, quizá sea posible la corrección de enfermedades genéticas más complejas, con lo que se incrementaría de forma significativa el número de enfermedades que se podrían tratar con células iPS alteradas.

Biotecnología

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