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Tecnología y Sociedad

"Silicon Valley es un mecanismo de distribución de la riqueza sexista y racista"

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La fundadora del medio crítico sobre tecnología 'Model View Culture', Shanley Kane, arremete contra la cultura y los valores del valle

  • por Jason Pontin | traducido por Lía Moya
  • 11 Diciembre, 2014

Foto: Shanley Kane

Shanley Kane es la fundadora y editora de una de las publicaciones nuevas más interesantes y originales que cubren la tecnología: Model View Culture, una revista trimestral y su correspondiente web que ofrecen a los lectores una crítica feminista implacable de Silicon Valley (EEUU). Las críticas expresadas en los artículos, ensayos y entrevistas de la publicación, donde se hace mofa de y se desmontan las creencias y prácticas mas veneradas del valle, provienen de un conocimiento de primera mano del mundillo: Kane trabajó cinco años en operaciones, marketing técnico y relaciones con los desarrolladores en toda una serie de empresas de infraestructura del área de la Bahía de San Francisco. Sintiéndose frustrada a menudo por los supuestos sin revisar que utilizaba su industria e irritada por la incompetencia de sus jefes, empezó un blog sobre la cultura de la tecnología y la gestión disfuncional de las start-ups, que dio lugar a Model View Culture (el nombre es un juego de palabras con el nombre de una tecnología conocida por los desarrolladores de software que se usa para crear interfaces de usuario), fundada hace un año. Mantiene una muy activa y a veces ofensiva cuenta de Twitter en la que desestima con mordacidad los argumentos que presentan el tipo de hombres que ponían a prueba su paciencia cuando trabajaba para ellos y que amplifica generosamente las ideas de escritores y pensadores a los que admira, la mayoría mujeres o minorías. Ha hablado con el editor jefe de MIT Technology Review, Jason Pontin.

Silicon Valley se imagina a sí mismo como un sitio abierto a cualquiera que tenga talento, pero sus empresas suelen ser más homogéneas en cuanto a su composición que otras empresas. ¿Por qué sucede esto?

Silicon Valley se ha creído la idea de que es una meritocracia: un mundo de genios emprendedores que parten de cero, que son mucho mejores y más listos que nadie y que se merecen esas oportunidades salvajemente desproporcionadas de conseguir riqueza y poder. El problema es que eso es exactamente lo contrario de lo que Silicon Valley es de verdad: un mecanismo de distribución de la riqueza sexista y racista que se basa en el amiguismo, la corrupción y la exclusión para funcionar.

Crees que las empresas de tecnología sienten una especie de orgullo perverso en no tener una gestión profesional.

La industria de la tecnología se ve a sí misma como en rebelión contra la América empresarial: no es corrupta, no es estirada, no es vacua. En realidad una empresa de tecnología puede ser tan corrupta, desprovista de alma y vacua como cualquier empresa, pero no ser profesionales nos ayuda a mantener la creencia de que somos distintos a Wall Street.

A los tecnólogos les encanta ensalzar al hacker y al programador. ¿Qué papeles dentro de las empresas infravalora la industria?

Evidentemente los programadores son importantes, pero una disfunción bastante habitual, especialmente en las start-up de tecnología, es conceder privilegios a los programadores. Cuando no valoras otras habilidades, tu equipo de ingenieros se convierte en un grupo cargado de derechos que incluso abusa de otras partes de la empresa. Funciones muy importantes, como el marketing, las ventas, el desarrollo del negocio, la financiación y el departamento legal acaban consiguiendo pocos fondos y recursos escasos. Muchas veces acabamos con empresas que tienen una gran tecnología y que sin embargo mueren por que no han sido capaces de hacer funcionar la parte no técnica.

¿Por qué hay tan pocas mujeres en muchas empresas tecnológicas? ¿Es lo que se denomina un problema de canal, en el que no hay suficiente cantidad de mujeres formándose como programadoras e ingenieras? ¿O es porque las mujeres abandonan esta industria, como hiciste tú?

Evidentemente el canal es una cuestión importantísima. Pero nuestra industria se centra con frecuencia en los primeros tramos del canal, sobre los que no tienen ningún control. Los inversores de capital riesgo hablan de la necesidad de que haya más niñas de 10 años enganchadas a la programación y eso está muy lejos de su esfera de influencia directa. Mientras, hay un altísimo índice de abandono en todas las etapas de la carrera de las mujeres una vez que entran en la industria. Más del 50% de las mujeres habrán abandonado a la mitad de sus carreras. No se nos está contratando, no se nos está ascendiendo y se nos está echando sistemáticamente de la industria.

¿Por lo tanto hay que dejar que la educación primaria, la secundaria y las universidades, que saben de educación, se preocupen por el canal?

Es típico de Silicon Valley que unos inversores de capital riesgo ricos, blancos y hombres, que no tienen ni idea de educación o de cómo formar a los niños, hagan declaraciones grandiosas sobre el canal. Da asco.

¿Pero por qué querrían las empresas de tecnología actuar en contra de sus intereses y no contratar y ascender a mujeres competentes o a personas de grupos marginales?

Esto acaba siendo una cuestión de cuáles son sus verdaderos intereses. Si sus intereses fueran servir mejor al mundo usando la tecnología como una fuerza para lograr una mayor justicia social y distribuir equitativamente la riqueza de la tecnología para enriquecer a la sociedad, claro, estarían yendo en su propia contra. Pero la realidad es que las empresas de tecnología centralizan el poder y la riqueza en manos de un pequeño grupo de hombres blancos privilegiados. Cuando ese es el objetivo, aprovecharse del trabajo de personas marginalizadas y negarles el acceso al poder y la riqueza es algo que está completamente en línea con el objetivo final. Una industria tecnológica más diversa sería mejor para sus trabajadores y para todos los demás, pero sería peor para los hombres blancos privilegiados que la dominan, por que significaría que tendrían que renunciar a su monopolio sobre el dinero y el poder. Y lucharán contra ello con todo lo que tienen, por eso vemos barreras a la igualdad en todos los niveles de la industria.

¿Con qué frecuencia no reciben el crédito que se merecen las mujeres por la creación de una empresa?

Al contratarlos en las primeras fases y puestos de la empresa, a las personas de grupos marginales (entre ellos las mujeres), no se les ofrecen las mismas acciones y no se les ofrecen los puestos ejecutivos. Y muchas veces no entran en la empresa hasta fases posteriores del desarrollo de la misma, así que pierden la oportunidad de formar parte del equipo fundador. Vemos en concreto que los fundadores negros están infrarrepresentados. Y en general tendemos a dar demasiado crédito a fundadores blancos y hombres individuales cuando las empresas se componen de muchas personas que han dedicado su vida a hacer que su organización funcione.

En Twitter, dejas alucinadas a personas que nunca han visto una crítica feminista, sobre todo de tecnología. ¿Tienes alguna explicación para esta reacción? Sacas de quicio a los inversores y emprendedores masculinos porque no te tomas demasiado en serio sus buenas intenciones.

Parten de la premisa de que todos ellos se merecen todas estas ventajas y privilegios desproporcionados y entonces se encuentran con alguien que les dice: "No sólo no os merecéis esas cosas, sino que para poder arreglar los problemas de la industria de la tecnología no vais a poder seguir teniéndolas". Es un cambio profundo respecto a cómo se ve la gente a sí misma y les duele muchísimo.

Les enfada activamente. Sin embargo, hay cierto masoquismo en sus interacciones contigo. No pueden evitar decirte por qué te equivocas.

En los niveles superiores de la industria de la tecnología, normalmente te encuentras con hombres blancos que han estado entre algodones toda su vida y que rara vez se han encontrado con una crítica moderada siquiera. La ven como un golpe durísimo y violento a su ego. Es uno de los grandes problemas a los que se enfrentan las personas de grupos marginales y poco representados: tenemos que andar todo el día en el trabajo con pies de plomo, tratándolos como a animalitos desprotegidos.

Has menospreciado lo que denominas el "feminismo empresarial", el que defiende Sheryl Sandberg en su libro Vayamos adelante. ¿Por qué te opones a esa ideología?

Una de mis objeciones fundamentales es que tiende a ignorar sistemas más generales de sexismo, racismo, homofobia o transfobia y estas opresiones estructurales son la raíz de por qué las mujeres no tienen éxito en el mundo de la tecnología. En vez de hablar de eso, Vayamos adelante dice: "Tienes que trabajar más y ser más lista y tienes que tener mucho éxito personal", algo que promueve las excepciones más que el cambio estructural. Ya estamos trabajando más duro y siendo más listos que todos los que nos rodean. Imani Gandy tiene una entrada de blog muy buena sobre cómo las mujeres negras ya están yendo adelante.

¿Qué consejos te darías a tu yo joven o a las mujeres que están pensando trabajar en tecnología ahora?

La verdad es que no tengo muchos consejos. No hay mucho que puedas hacer para impedir que tu carrera se vea aplastada por la misoginia. En mi experiencia, la idea de que diciéndole a la gente cómo actuar podrán evitar toda la discriminación y agresión estructural no es cierta, así que mi principal consejo es básicamente haz lo que puedas y cuídate.

Pero tú te saliste, Shanley, dijiste: "Vayamos hacia afuera". Diste un paso atrás y decidiste hacer otra cosa. Creaste tu propio negocio.

Bueno, yo tenía la opción porque, como mujer blanca tenía muchos privilegios financieros y muchas oportunidades.

¿Por qué depende tanto Silicon Valley del alcohol para lubricar sus interacciones?

No critico el alcohol; bebo mucho vino. El problema es cómo funciona el alcohol en las empresas tecnológicas: si consigues que todo el mundo salga a beber después del trabajo, eso equivale a que están pasando más tiempo en el trabajo con sus compañeros, pensando en el trabajo y trabajando. Eso conduce a una fusión total de la identidad propia con una empresa, donde lo social y lo personal se combinan con lo profesional. También es importante destacar que los eventos tecnológicos son un sitio donde hay agresiones sexuales y violaciones y el alcohol se suele usar para facilitar las agresiones.

¿Has visto señales de que la cosa mejora en algunos de los temas sobre los que escribes?

No suelo ser optimista respecto a estas cosas, pero si me presionas puedo presentar algunos ejemplos. en algunos eventos se están dando códigos de conducta y, aunque pudiera parecer algo superficial, refleja una conciencia de que nuestros eventos son sitios donde la gente está teniendo malas experiencias, donde hay desigualdad y a veces abusos graves. Otra cosa que he visto a lo largo de los dos últimos años es que hay mucha más organización en los medios sociales y activismo, lo que está ayudando a cambiar la imagen que tiene la gente de la tecnología y de sus problemas. Por último, es bueno que este año la Coalición Rainbow PUSH haya hecho muchísimo trabajo por conseguir que las empresas tecnológicas compartan sus datos sobre diversidad, lo que está obligando a sacar a la luz muchos de estos temas. No hay excusas para fingir que no sabemos nada.

Tienes una varita mágica. ¿Cuáles serían las tres primeras cosas que cambiarías en el mundo de la tecnología?

Creo que le quitaría la cuenta de Twitter a Marc Andreessen. Bueno, la verdad es que me gustaría apartar a Marc Andreessen de cualquier tipo de poder; pero en términos generales lo que me gustaría es que estos líderes de pensamiento viejos, ricos, blancos y hombres dejen de ser el centro de nuestro universo. Hay tecnólogos geniales y diversos que no tienen la oportunidad de hablar.

Lo segundo que cambiaría es que tenemos los peores medios de comunicación tecnológicos que existen. TechCrunch consiste en página tras página de publirreportajes; PandoDaily está tan consumido por los dramas mezquinos de sus articulistas que es un desastre sin coherencia y así sucesivamente. Me encantaría ver aparecer 10 empresas de medios de tecnología independientes con más integridad, valor y pensamiento crítico.

Y lo tercero que me gustaría cambiar es el dinero. Cambiar cómo fluye el dinero en Silicon Valley es esencial. Los inversores de capital riesgo ponen 100.000 dólares (unos 80.700 de euros) en una start-up dirigida por mujeres, pero luego la empresa dirigida por hombres privilegiados recibe 500 millones de dólares (unos 403 millones de euros). Cambiaría la distribución del capital riesgo. ¿Y si dijéramos que no vamos a invertir en hombres blancos heterosexuales en los próximos 10 años, sino que vamos a financiar a una diversidad de tecnólogos?

Describe Silicon Valley en una palabra.

Creo que elijo “corrupto”.

Nota: 'MIT Technology Review' está suscrita a 'Model View Culture' así como a otras publicaciones. Jason Pontin hizo una pequeña contribución en una ocasión para apoyar la publicación de un número de la revista. 

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