La tecnología RFID permite fabricar estimuladores neuronales de pequeñísimo tamaño.
Un implante diminuto e inyectable, del tamaño del un grano de arroz, puede que algún día ocupe el lugar de los grandes estimuladores neuronales que se utilizan para tratar el dolor crónico y otras enfermedades neurológicas. Este nuevo dispositivo en fase de desarrollo de MicroTransponder, una startup con sede en Dallas, debe su reducido tamaño al uso de la misma tecnología de RFID (radio-frequency identification, identificación de radio frecuencia en español) que se usa en las etiquetas de la ropa para evitar robos.
El dispositivo funciona de forma similar a los estimuladores de la médula espinal a la hora de tratar el dolor crónico. La idea es que las sacudidas eléctricas que proceden del aparato invaliden las señales neuronales de dolor que se transmiten a la médula espinal. Sin embargo, aún están claros los detalles de este mecanismo.
Los dispositivos existentes en la actualidad tienen una batería y un controlador implantados debajo de la piel, que emiten pulsos eléctricos a una serie de puntos conectados cerca de la médula espinal. El dispositivo de MicroTransponder, por el contrario, es inalámbrico y no necesita baterías. Los implantes están formados a partir de pequeños electrodos y una pequeña bobina o carrete, que se alimenta de una bobina externa con baterías que se lleva puesta como brazalete en el brazo o en la pierna. Los parámetros de estimulación se ajustan mediante un ordenador portátil o un PDA y se diseñarían en función de cada paciente.
Al igual que algunos implantes cocleares y otros dispositivos médicos, este implante se alimenta a partir de transmisiones de radio frecuencia: las ondas de radio que se transmiten desde la bobina externa generan un campo magnético en la bobina interna, que proporciona energía a los electrodos. Los investigadores han podido reducir el tamaño de los implantes gracias al rápido avance de las tecnologías basadas en RFID. “En vez de intentar transferir la energía desde dos antenas emparejadas y así provocar un efecto de telemetría, un método muy común en bastantes aparatos médicos, la tecnología de RFID permite crear transpondedores muy pequeños, así que no es necesario el uso de bobinas de gran tamaño,” afirma Joseph Pancrazio, director de programa en el Instituto Nacional de Enfermedades y Apoplejías Neurológicas, una agencia financiada por el gobierno en Bethesda, Maryland, y que ha proporcionado una serie de pequeños préstamos de negocio a la compañía.
Las investigaciones aún están en una fase muy inicial. Los investigadores han desarrollado un dispositivo prototipo, que están probando en ratas. El dispositivo puede estimular los nervios periféricos de las ratas de forma muy efectiva, aunque aún no está claro si esta estimulación eléctrica alivia el dolor crónico. (Los científicos miden el dolor crónico en las ratas a partir de la cantidad de comida que comen; una rata con dolores no come tanto.)
Algunos científicos no acaban de creer que el aparato tenga la energía suficiente como para proveer un nivel de estimulación que resulte terapéutica. “La limitación principal de cualquier aparato lo suficientemente pequeño como para ser implantado en el cuerpo es que deben recibir la suficiente cantidad de energía como para que sus circuitos funcionen y provea los parámetros de estimulación requeridos,” afirma Gerald Loeb, director del Centro para el Desarrollo de Dispositivos Médicos de la Universidad de California del Sur, en Los Angeles. Loeb también ha desarrollado un microestimulador inyectable y que se alimenta por radio, con el que dice haberse encontrado una serie considerable de limitaciones en cuanto a alcance y a energía.
“Creemos que es posible conseguir todo esto con menos energía,” afirma Scott Armstrong, director técnico de MicroTransponder. Sin embargo, no quiso proporcionar más detalles acerca de este tipo de tecnología por razones de propiedad intelectual empresarial.
Si resulta que el aparato tiene éxito, se le podrían dar un gran número de aplicaciones. Los investigadores de MicroTransponder tienen previsto probarlo para el tratamiento del tinitus, un zumbido en los oídos que es particularmente común entre veteranos de guerra con lesiones de cabeza.