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Tecnología y Sociedad

Las 'start-up' quieren fracasar rápido

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El método 'lean' de Eric Reis, basado en rápidas pruebas de ensayo y error, se ha hecho con Silicon Valley

  • por Ted Greenwald | traducido por Lía Moya
  • 23 Enero, 2014

De forma rutinaria, los sistemas automatizados toman las decisiones necesarias para vender y comprar acciones, detectar el fraude, encontrar terroristas y colocar anuncios en páginas web. Pero a la hora de desarrollar este tipo de tecnología, el mejor sistema de toma de decisiones no es tecnológico. Es una filosofía de desarrollo de producto conocida como lean start-up.

Formulada por un ingeniero de software Eric Reis, el método de lean start-up (o "metodología" como le gusta decir a quienes la practican) consiste en una serie de estrategias diseñadas para despejar la nube de la incertidumbre que envuelve a la innovación. Reis se dio cuenta de que las start-up necesitaban ayuda en 2001, cuando trabajó para una empresa que se gastó 50 millones de dólares (unos 37 millones de euros) en crear un mundo 3D on line para acabar dándose cuenta de que nadie quería visitarlo. ¿Cómo podía estar segura una start-up de que estaba creando el nuevo iPod y no el nuevo Zune?

El método de Reis, que sintetiza ideas de los métodos de fabricación japoneses, el desarrollo de software y el método científico, resultado ser irresistible para los geeks de Silicon Valley. El libro de Reis de 2011 The Lean Startup, se convirtió en un éxito de ventas y sus ideas se conocen "en el 100% de los círculos empresariales", afirma el director del programa empresarial de la Escuela de Negocios de Harvard (EEUU), Tom Eisenmann. "Una gran cantidad de equipos creen estar siguiendo los preceptos de lean start-up, sea verdad o no".

Entre los promotores de Reis se cuentan el director ejecutivo de General Electric, Jeff Immelt. La suya es una empresa que busca una forma de acelerar el desarrollo de motores para jets, turbinas eólicas y neveras. Emprendedores en sitios como los Emiratos Árabes Unidos y Pekín también están adoptando el método como una especie de fórmula preparada para emular a Silicon Valley.

En opinión de Reis, el riesgo tecnológico (la probabilidad de que una empresa no llegue a construir lo que se ha propuesto) ya no es el problema. Sin embargo, el riesgo del mercado es mortal. El problema es que las empresas suelen conceptualizar, diseñar y producir un producto antes de medir la reacción del mercado correctamente. El método de Reis descompone este tipo de apuestas de alto riesgo en una plétora de apuestas de bajo riesgo que se pueden probar en consumidores reales. La idea es llevar a cabo una serie de experimentos de la forma más rápida y barata posible, para que cuando lances tu producto, tengas una certeza razonable de que determinados consumidores lo demandarán.

El gráfico muestra la evolución de las búsquedas sobre 'lean startup' en Google.

Un experimento puede ser algo tan sencillo como entrevistar a un puñado de clientes potenciales que anden por el centro comercial local, u ofrecer un "producto viable mínimo" con una serie de funciones muy reducidas, a veces la mera promesa de capacidades que ni siquiera se han construido.

Aunque el enfoque se puede aplicar a cualquier nuevo negocio, la maleabilidad del software está especialmente bien adaptada a la creación de prototipos rápidos y la evolución sobre a marcha. Por ejemplo, el empresario Paul Howe sometió su gran idea para una aplicación para Facebook al método lean hace un par de años. Su aplicación, BlueSpark, animaría a los usuarios a registrar sus compras y a enviar una actualización de estado para contárselo a sus amigos. Esos amigos, a su vez, se descargarían la aplicación, creando un fenómeno viral. Genial, ¿verdad?

Pero para empezar, Howe construyó un script de software sencillo para probar su idea en usuarios reales. Se dio cuenta rápidamente de que estaban horrorizados. "¡Antes Facebook era para compartir poesía!", exclamó uno. Howe abandonó la idea. En aquella misma época había otros dos competidores dedicándose a gastar millones construyendo sus propias aplicaciones de avisos de compra. Nueve meses después ambos se rindieron, alegando como causa las reacciones hostiles del público. Para entonces Howe ya había pasado a su siguiente idea.

El método de Reis anima a los emprendedores a "fracasar rápido" y abandonar de inmediato las ideas que no funcionan. Pero los escépticos, como el inversor Marc Andreessen avisan de que eso puede significar rendirse antes de tiempo. Algunos de los productos más importantes de la historia, entre ellos el ordenador Macintosh, llegaron a existir en contra de las probabilidades y sólo lograron la popularidad gracias a la perseverancia y un marketing genial.

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