Sólo el 4% de los españoles menores de 30 años se lanza a la aventura del emprendimiento. Los expertos coinciden en la necesidad de educar en esta cultura, y cuanto antes, mejor
Más de la mitad de los españoles menores de 25 años carece de empleo, aunque el 46% de ellos estaría encantado de abandonar su situación de paro a través del trabajo por cuenta propia, según el último Informe Juventud del Ministerio de Sanidad. Sin embargo, es su propio país el que limita este impulso de dejar de ser asalariado. España se sitúa en el puesto 142 en cuanto a las facilidades que ofrece a la hora de abrir una nueva empresa, tal y como revela el informe Doing Business 2014 del Banco Mundial.
En Nueva Zelanda, se tarda aproximadamente medio día en crear una empresa, mientras que aquí, la media es más de 20 días. Factores como este motivan que el Banco Mundial considere más fácil emprender en Omán y Kazajstán que en España. De hecho, el deseo de los jóvenes que quieren trabajar por cuenta propia sólo se materializa en el 4% de los menores de 30 años.
Aunque se trata del país con menor iniciativa en este sentido de la UE-25, según el último Eurobarómetro de la CE, sus datos también reflejan que los españoles están por encima de la media a la hora de valorar la importancia de la educación para desarrollar el espíritu empresarial. Y es que las dificultades burocráticas no son el único freno que el emprendimiento encuentra en la cultura española
El informe Global Entrepreneurship Monitor España 2012 (GEM), que analiza la situación emprendedora del país, critica, especialmente, su panorama educativo y de formación, y lo puntúa con una nota de 1,53 sobre 5 durante la etapa escolar. La directora del Centro Universitario de la Escuela de Empresarios (EDEM), Lucía Egea, avisa: “Para que las tasas de éxito [a la hora de emprender] sean mayores hace falta formación”.
Para salvar la falta de savoir-faire de los españoles a la hora de crear una empresa, el país cuenta con una oferta formativa cada vez mayor. Aquellos que empiezan o terminan la universidad, disponen de másteres y grados para quienes quieren emprender y necesitan los conocimientos necesarios para hacerlo. Porque el emprendedor nace, pero también se hace.
Este es el objetivo de EDEM, con titulaciones especializadas como el grado en Administración y Dirección de Empresas para emprendedores y el MBA Junior, con el que se pretende formar a los empresarios del mañana.
Otras propuestas educativas son, incluso, más arriesgadas. Ejemplo de ello un programa educativo experimental de la Universidad de la Laguna aplicado a colegios. Esta simulación de creación de empresas finalizó su primera experiencia, llevada a cabo en 2011, con un mercadillo de cooperativas escolares en el que participaron más de 350 alumnos de 10 escuelas de la isla de Tenerife.
Pero para formar a los empresarios del mañana primero hay que crear a los formadores del hoy. Con este objetivo se creó el programa Aprender a Emprender de la Fundación Príncipe de Girona, enfocado en la formación de profesores que puedan educar el talento emprendedor de sus alumnos.
Ante la actual situación laboral española, la creación de empresarios podría ser un salvavidas del tejido económico. En este sentido, el director general de EDEM, Antonio Noblejas, afirma: “Que haya emprendedores es un paso previo para que después haya empresarios que desarrollen el tejido empresarial, una de las fuentes más importantes de creación de empleo y, por tanto, de generación de riqueza y bienestar.”. El experto considera que “a los jóvenes no se les pasa por la cabeza ser empresarios”, por lo que “es necesario educar desde la universidad o, incluso, antes”.
Nunca es demasiado pronto
Si el 46% de los jóvenes españoles menores de 25 reconoce que le gustaría emprender, ¿por qué sólo el 4% de los menores de 30 lo hace? Según una encuesta de la Fundación Bertelsmann, aunque su principal freno es económico, como reconoció el 60% de los encuestados, otra cuarta parte de ellos se considera demasiado joven.
Sin embargo, parece que el emprendimiento, como el amor, no tiene edad. Noblejas cuenta casos de sus propios alumnos de grado que ya se han lanzado a la creación de sus propias empresas. “Venden fundas de móvil a través de internet, ropa y bocadillos, e incluso han montado una compañía de certificados de eficiencia energética”, indica.
Y no son ejemplos aislados. Los premios MIT Technology Review Innovadores menores de 35, que concede la publicación, ya han reconocido el espíritu innovador de 50 jóvenes emprendedores a lo largo de 2013.
Los galardones españoles de 2013 fueron entregados durante el pasado encuentro EmTech España 2013, celebrado en Valencia. Esta conferencia, es otro intento esfuerzo más entre las iniciativas existentes para fomentar el emprendimiento, ya que actúa como escaparate y foro de encuentro para expertos en tecnología, científicos y jóvenes innovadores.
Aunque Noblejas reconoce que “que una idea salga bien a la primera es imposible, lo importante es fomentar la cultura del esfuerzo entre los jóvenes, para que sean capaces de corregir sus errores”. Estimular sus ganas, su energía y su potencial puede ser la clave para que desarrollen las propuestas que cambien el futuro de la sociedad.
Para ello, todas estas prometedoras iniciativas tendrán, sin embargo, que lidiar con las conclusiones de los expertos del GEM, que reflejan que España aún está por debajo de su capacidad emprendedora. Mejorar la financiación y facilitar el emprendimiento es necesario, pero también fomentar las vocaciones y educar la cultura empresarial de los jóvenes.