El cofundador de AOL, Steve Case, quiere frenar la 'fuga de cerebros' extranjeros que se forman en el país, y fomentar las inversiones más allá de Silicon Valley
Foto: El exdirector general de AOL, Steve Case, conversa con Joi Ito, director del MIT Media Lab.
"Los empresarios han convertido a EEUU en el líder del mundo libre, y solo los empresarios pueden hacer que siga siendo así". Esto es lo que opina el multimillonario fundador de America Online (AOL), Steve Case, que está resurgiendo como una figura influyente en Washington DC (EEUU) y como uno de los más importantes inversores en tecnología del país.
Case fue el cofundador de AOL, una empresa que, con sus CD-ROM y memorables anuncios de televisión, ayudó a que EEUU se conectara a internet allá por la década de 1990. Con un valor de hasta 172.000 millones de dólares (127.000 millones de euros) en su punto más álgido, la compañía perdió su protagonismo en internet después de una malograda fusión en el año 2000 con el conglomerado de medios tradicionales de Time Warner.
Pero Case ha vuelto a la luz pública con intenciones claramente proestadounidenses, para hablar del papel de los empresarios en la economía.
Además de su actividad de presión política y en su empresa de capital de riesgo, llamada Revolution, Case, de 55 años, también dirige una fundación de caridad con su esposa. "Estas actividades comparten el objetivo de hacer todo lo posible por asegurarse de que EEUU sigue siendo el país más emprendedor e innovador del mundo", aseguró Case durante la conferencia EmTech de MIT Technology Review.
En septiembre, Revolution planteó un nuevo fondo de 200 millones de dólares que, según Case, invertirá el 90% del dinero fuera de Silicon Valley, en lugares como Carolina del Norte y Austin, Texas. Su equipo se refiere a la estrategia como "el ascenso de los otros".
Case afirma: "Estamos buscando a empresarios en lugares poco establecidos. Todo el mundo es consciente de Silicon Valley, Boston y Nueva York (todas en EEUU), pero hay un montón de impresionantes empresarios en otros lugares, y estamos tratando de encontrarlos y apoyarlos ".
Las empresas de tecnología lo tienen cada vez más fácil para empezar en cualquier lugar y, si la financiación estuviera ahí cuando se necesita, la innovación podría dispersarse más en todo el país, asegura Case. A nivel mundial, cuatro áreas urbanas de Estados Unidos y el Reino Unido representan la mitad de todas las inversiones de capital de riesgo.
Revolution, con sede en Washington DC, cree que puede conseguir mejores ofertas a precios más bajos, si presta atención a aquellas áreas que los inversores en California "han abandonado sobre la mesa". Case cree que internet va a empezar a transformar la atención sanitaria, la educación y el transporte. Se trata de industrias enormes y reguladas, donde el Gobierno es el principal cliente. Case, que ha vivido en el área de Washington durante 30 años, cree que podría tener una ventaja en comparación con la actitud antigubernamental y en solitario de Silicon Valley.
Hasta hace dos años, Case invertía sigilosamente su fortuna personal, que Forbes estima en 1.200 millones de dólares (885 millones de euros). Pero en 2011, Revolution comenzó a recaudar fondos externos con la idea de convertirse en el fondo de capital riesgo más grande de la mitad oriental de EEUU. Hasta el momento, ha recaudado 650 millones de dólares (479 millones de euros) e invierte con mayor frecuencia en empresas de comercio electrónico.
Al mismo tiempo, Case fue llamado a formar parte del Consejo sobre Empleo y Competitividad del presidente de EEUU, Barack Obama. Se trata de un grupo de asesores de negocios. Case señala que utilizó su acceso al presidente para impulsar la Ley JOBS, con la que se han actualizado ciertas partes de la legislación de valores de EEUU para que sean más favorables a las start-ups y los inversores en fase inicial.
Una de las disposiciones clave de la Ley JOBS permite a las start-ups anunciar abiertamente y solicitar inversiones por parte del público general, incluso en sitios web de inversión (ver "Las inversiones colectivas son la nueva forma de financiar el desarrollo tecnológico"). Eso podría permitir que más empresarios en más partes del país recauden dinero fácilmente.
El fundador de AOL afirma que su otra prioridad en Washington es la aprobación de una ley de reforma migratoria. Los inversionistas se quejan de que EEUU da formación a estudiantes extranjeros, pero les dificulta que se queden en el país. En vez de eso, se van y ponen en marcha empresas en otros lugares (ver "Silicon Valley lucha por el talento extranjero").
Case señala: "El tema central en torno a la iniciativa empresarial es asegurarse de que ganamos la batalla global por el talento. Otros países se han dado cuenta de que el espíritu emprendedor y la innovación son el ingrediente secreto".
Case señala que trata de exponer el problema en términos contundentes frente a los grupos de presión política, tanto demócratas como republicanos, en el Capitolio destinados a facilitar las normas de inmigración. Les pregunta si tendría sentido llevar a la gente desde China a la Academia Naval de EEUU, enseñarles todo sobre la guerra naval, y luego enviarlos a casa para construir la marina china, y explcia: "Me responden que no lo harían".
Lo que realmente preocupa a Case es la velocidad con la que el éxito económico podría desaparecer. Recientemente ha visitado Detroit, ciudad en la que una explosión de empresas automovilísticas en la década de los 50 hizo que se convirtiera en el centro mundial de la actividad empresarial y la innovación. Desde entonces, sin embargo, Detroit ha perdido más de la mitad de su población. En julio, la ciudad se declaró en bancarrota. "Lo que ha ocurrido allí es bastante aterrador", afirma Case. "Detroit ha perdido su duende empresarial".
Case señala que su objetivo es asegurarse de que esto no le suceda a EEUU en su conjunto. "Hay otros países que están trabajando duro por cambiar el centro de gravedad y alejarlo de nosotros, así que no podemos bajar la guardia", concluye.